Expertos instan a incluir la prescripción de ejercicio en las pautas dirigidas a la población general y no solo en los casos de obesidad
- Carla Nieto Martínez
- Maria Baena
- Noticias de Medscape
MADRID, ESP. En España, el 39,3 % de la población tiene sobrepeso y el 22 % presenta obesidad, cifras que aumentan en entornos con un menor nivel socioeconómico, en el sexo masculino y con la edad. Sin embargo, la evidencia refleja cómo siguiendo un patrón de dieta mediterránea de alimentación y eliminando las barreras para desarrollar la actividad física, la prevalencia de las enfermedades provocadas o favorecidas por el exceso de peso disminuye considerablemente. Estas son las principales conclusiones del estudio ENPE, que fueron comentadas en el marco de la I Jornadas de Ejercicio y Salud en Personas con Obesidad, organizadas por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).[1]
En este foro, profesionales de distintos ámbitos de la salud (médicos, fisioterapeutas, nutricionistas, entrenadores) manifestaron la necesidad de valorar la importancia de integrar la práctica habitual de ejercicio físico no solo en el abordaje de los pacientes con sobrepeso/obesidad, sino de forma generalizada a toda población.
"Es necesario hacer ejercicio a todas las edades para tener una condición física óptima, es decir, buenos niveles de fuerza y buena capacidad cardiorrespiratoria. Se sabe que el cuerpo tiene memoria para retomar el ejercicio y mejorar más rápidamente la condición física en la edad adulta cuando se ha realizado actividad física regular durante la infancia y la adolescencia, y también que con una buena condición física se puede reducir el riesgo de ciertas enfermedades e incluso revertirlas", declaró a Medscape en español Javier Butragueño, doctor en ciencias de la actividad física y del deporte, coordinador del Grupo de Trabajo de Ejercicio Físico de la SEEDO (GTE-SEEDO) y principal responsable de estas jornadas.
Butragueño hizo un repaso a las últimas evidencias respecto a los beneficios que tiene la práctica habitual de ejercicio sobre la salud: "Mejora la sensibilidad a la insulina, la inflamación crónica de bajo grado (tan habitual en personas con obesidad), la tensión arterial, el funcionamiento de las mitocondrias y, por tanto, el equilibrio energético. Asimismo, tiene un efecto positivo sobre la masa muscular y la densidad mineral ósea, la memoria, la capacidad cognitiva y los síntomas de depresión; mejora las enfermedades autoinmunes y en el caso del cáncer, tiene efectos beneficiosos sobre la caquexia y la calidad de vida".
"Si hoy nos dispusiéramos a encontrar un solo fármaco que sea capaz de producir todos estos beneficios, veríamos que es algo imposible, lo que pone en evidencia hasta qué punto es determinante prescribir la práctica de ejercicio físico a la población", destacó el especialista, añadiendo que las patologías en las que este efecto positivo parece ser más relevante.
"En personas con diabetes de tipo 2 se ha visto que una correcta alimentación y un ejercicio bien pautado podría revertir, no eliminar, la enfermedad. Asimismo, en personas con obesidad mejora considerablemente la calidad de vida y en pacientes con cáncer, como terapia coadyuvante, el ejercicio ha mostrado tener muy buenos resultados junto a otros tratamientos. Es decir, todavía no se conoce una sola enfermedad que no se vea beneficiada por un correcto programa de ejercicio pautado y supervisado por un educador físico deportivo especializado", agregó.
Butragueño, Ph. D., ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
Este es un resumen de un contenido publicado originalmente en Medscape en español, parte de la Red Profesional de Medscape.
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