Expertos europeos abogan por la detección precoz del VIH y la hepatitis vírica

  • Shrabasti Bhattacharya
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Aún queda mucho por hacer para mejorar la concienciación sobre la importancia de la realización de pruebas para la detección precoz del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la hepatitis B y C, especialmente entre las comunidades vulnerables de Europa. La detección precoz permite el acceso al tratamiento y evita la transmisión de la enfermedad.

"Si nos fijamos en el VIH, sigue afectando a la salud y el bienestar de millones de personas en Europa. A lo largo de la última década, se ha diagnosticado el VIH a casi 590.000 personas en la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo (UE/EEE), y a más de 2,3 millones en la región europea más amplia. Aproximadamente 1 de cada 8 (o el 12 %) personas seropositivas en la Unión Europea desconoce su estado serológico", declaró Andrea Ammon, directora del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC). Ammon hizo estas declaraciones en el lanzamiento de la campaña de primavera de la Semana Europea de la Prueba, una iniciativa que anima a las instituciones comunitarias, sanitarias y políticas a aumentar los esfuerzos de realización de pruebas y promover la concienciación sobre los beneficios de la realización temprana de pruebas de hepatitis y VIH. 

En 2021 el 36 % de los pacientes que vivían con el VIH tenían niveles transmisibles del virus porque no estaban diagnosticados o no recibían tratamiento. La región europea de la Organización Mundial de la Salud informa de que el 50 % de los diagnósticos de VIH se producen muy tarde en el curso de la enfermedad, y que pasa una media de tres años antes de recibir un diagnóstico. Jens Lundgren, director del Centro de Excelencia para la Salud, la Inmunidad y las Infecciones de Dinamarca, citó un reciente artículo de 2023 en el que se mostraba que las personas que aplazaban el tratamiento tras el diagnóstico del VIH se enfrentaban a un riesgo persistentemente mayor de contraer infecciones graves de sida y no sida, y de morir. Así pues, el diagnóstico precoz y el acceso al tratamiento reducen el riesgo de complicaciones sanitarias y mejoran la calidad de vida del paciente.

En la Unión Europea/Espacio Económico Europeo, aproximadamente 3,6 millones de personas viven con hepatitis B crónica y 1,8 millones con hepatitis C crónica. Alrededor del 50 % de los infectados permanecen sin diagnosticar. Si se deja pasar demasiado tiempo, algunos pacientes presentarán cirrosis y carcinoma hepatocelular en el momento del diagnóstico. 

Las infecciones de transmisión sexual también afectan a una proporción considerable de la población, por lo que también es necesario mejorar las pruebas y el diagnóstico de estas enfermedades.

¿Quién debe someterse a las pruebas?

"Hay una gran diferencia en cuanto a las poblaciones más afectadas, y esto parece difererir, tanto a nivel nacional entre las regiones como dentro de los países. Por tanto, no existe un enfoque único", afirma Anastasia Pharris, experta principal en enfermedades infecciosas del ECDC. 

Los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas con uso de drogas por vía parenteral, los reclusos, los profesionales del sexo, las personas transexuales y las poblaciones migrantes corren un riesgo desproporcionadamente mayor de contraer infecciones por VIH y hepatitis víricas. Algunos de estos grupos de población clave deberían someterse a pruebas de hepatitis B y C cada 6-12 meses, y de VIH cada 3-12 meses, dependiendo de la situación actual.

Las estrategias de realización de pruebas suelen ampliarse a las clínicas de pruebas prenatales, y el cribado se lleva a cabo en regiones geográficas específicas donde existe una alta prevalencia de alguna de estas infecciones. Las personas que presenten cualquier síntoma o biomarcador de VIH o hepatitis deben ser consideradas inmediatamente para someterse a las pruebas. Por regla general, las personas diagnosticadas de hepatitis B, hepatitis C o VIH deben someterse a las pruebas de detección de las otras dos enfermedades.

Los miembros de grupos de alto riesgo y las personas sintomáticas deberían poder someterse a las pruebas en centros de atención primaria, hospitales, prisiones, farmacias y otros entornos sanitarios. En la actualidad, Europa está abriendo camino mediante la realización de pruebas en organizaciones de base comunitaria. "El autodiagnóstico ha aumentado bastante entre 2018 y 2022", señaló Pharris. El autodiagnóstico tuvo un enorme éxito después de que se implementara como una estrategia de proyecto piloto en Polonia durante la pandemia de la COVID-19 de 2020. 

¿Qué debería hacerse para mejorar las pruebas?

Lundgren abogó por el desarrollo de estrategias nacionales integradas de pruebas para el VIH y la hepatitis B y C. Estas enfermedades comparten modos de transmisión comunes, suelen afectar a las mismas poblaciones y requieren servicios similares por parte de los proveedores de tratamiento. 

Sin embargo, solo el 37 % de las guías nacionales incluyen recomendaciones para la realización de pruebas integradas del VIH, las hepatitis víricas y las infecciones de transmisión sexual. Ofrecer servicios de pruebas voluntarias e integradas aumentará las tasas de detección de estas infecciones víricas.

Ann Sullivan, miembro de la junta directiva de la Sociedad Clínica Europea del Sida, recomienda que las pruebas formen parte de la atención rutinaria. Por ejemplo, las mujeres podrían recibir información sobre la importancia y relevancia de las pruebas del VIH y la hepatitis en las clínicas prenatales. En la actualidad, esta es una práctica habitual en el Reino Unido, y en 2021 más del 99 % de las mujeres que acudieron a los servicios de atención prenatal se sometieron a las pruebas. También se insta a los servicios de urgencias de las regiones con una alta prevalencia del VIH a que realicen pruebas de detección del VIH y la hepatitis.

El VIH y la hepatitis vírica están asociados a la estigma social, lo que a menudo conduce a un menor número de pruebas y a retrasos en el diagnóstico y el tratamiento. Por lo tanto, las opciones de pruebas deben ajustarse a las necesidades y preferencias de las personas, y el entorno debe ser acogedor y libre de juicios. 

La gente no debe tener miedo de ir a la cárcel o ser deportada por pedir una prueba, lo que sigue siendo un problema en muchos países, dijo Daniel Simões, director de información estratégica de Coalition Plus, Portugal. Las pruebas comunitarias deben ampliarse a las poblaciones clave y los servicios de pruebas deben ser gratuitos siempre que sea posible.

Las pruebas también deben ser confidenciales y los pacientes deben tener la opción, si así lo desean, de negarse a someterse a ellas.

Este contenido fue publicado originalmente en Univadis.com