Expert opinion - Investigación clínica: «Los doce horóscopos de una junta directiva o consejo de administración» (2º)
- Laura Collada Ali
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El Dr. Alfonso José Santiago Marí, Director Ejecutivo de la Fundación PETHEMA (“Programa Español de Tratamientos en Hematología”) nos presenta la segunda entrega de una interesante reflexión sobre los estereotipos humanos característicos de toda junta directiva o consejo de administración relacionado con la investigación clínica.
Por muy complejas que seamos las personas parece cierto que, en determinados entornos y situaciones, se generan comportamientos que son más comunes a todos nosotros de lo que pudiéramos haber imaginado en un principio. Un entorno muy interesante en el que se pueden explorar estas tendencias de conducta es el de los órganos colegiados de gobierno de empresas, fundaciones y otras instituciones, es decir los consejos de administración, los patronatos y similares, en donde se ponen de relieve posicionamientos y voluntades encontradas. Como quiera que a lo largo de mi vida profesional me he encontrado participando en muchos de estos órganos colegiados de muy diversas instituciones, me he podido ir dando cuenta de que determinadas conductas o estereotipos humanos característicos se reproducen sistemáticamente una y otra vez. De ahí que se puedan caracterizar determinados modelos de comportamiento que ciertamente pueden observarse con cierta habitualidad en estos contextos de interacción humana.
Sin mayores pretensiones, casi, que la de provocar una sonrisa en el lector, me he atrevido a definir 12 horóscopos fundamentales que probablemente todo el mundo podrá identificar en su propio entorno de trabajo. En un primer artículo previo ya mostraba ya los 6 primeros. En este segundo artículo, muestro finalmente los otros 6. Todos son identificables, evidentemente, en hombres y mujeres, pero se han redactado en formato masculino para una mejor y más adecuada simplicidad de la expresión.
EL CONCILIADOR: Suele ser una persona de gran habilidad e inteligencia negociadora. Identifica bien las posturas y facciones y busca puntos de encuentro entre todas ellas. Suele a veces sacrificar su propia opinión o visión de las cosas por su máximo objetivo de priorizar la armonía del consejo y el pacto amistoso entre todos. Es una persona clave para la resolución de conflictos de intereses.
EL MANIPULADOR: Suele tener una inteligencia social notable y una habilidad destacada para la comunicación. No suele tener interés por el bien común sino por el poder en sí mismo. En ese sentido confunde con bastante facilidad lo público con lo privado. Trata de disimular la opción que mejor le conviene en cada momento, pero al mismo tiempo dirigir al resto hacia ella. Suele emplear con bastante asiduidad el hacer luz de gas a los demás tratando de hacerles creer que están fuera de buen juicio sobre algunos temas. En algunos casos recurre al engaño fácil y burdo o a la ocultación de información inconveniente, para conseguir sus propósitos, y trata generalmente de procurarse todo tipo de cómplices para sus interesadas acciones.
EL INTERESADO: Suele ser esa persona que no se siente implicada en los problemas que se muestran y que no suele tener especial interés en participar en la búsqueda de soluciones a los mismos. Por lo general casi cualquier tema, por sencillo que sea, tiene un coste informativo (de esfuerzo para informarse) que no suele estar dispuesto a asumir. En este sentido no suele preocuparle que tales problemas existan y suele carecer de voluntad de implicación para la gestión de los intereses comunes. Es una persona que sólo pertenece al consejo porque le es útil para conseguir un fin privado y sólo suele intervenir cuando se tratan temas relacionados con él mismo. Suele ser una persona reiteradamente ausente en las reuniones salvo que considere que es necesario hacerlo para defender mejor sus intereses particulares.
EL MIEDOSO: Suele ser una persona de especial temor a las consecuencias de las decisiones del consejo y a su responsabilidad personal en las mismas. Suele ser hiper conservador en la adopción de acuerdos y suele tratar de que el resto también lo sea. Pese a todo, su actitud moderadora puede ser muy buena en ocasiones en las que el consejo se extreme en sus posturas.
EL INDIGNADO: Suele ser una persona que entra con facilidad en desequilibrios de comunicación con el resto y que tiene a gala defender a ultranza determinados valores absolutos de las cosas. Cuando uno de esos valores o principios sagrados, él considera que se pone en compromiso, suelen rasgarse las vestiduras y exhibir gestos grandilocuentes o incluso amenazar al resto con posturas extremas. Suelen estar siempre lanzando el mensaje de que es más íntegro y ético que el resto y que es el último bastión de la defensa de ciertos valores, que está obligado a defender frente a quien haga falta. Es la típica figura del consejo que presenta con facilidad su dimisión por cosas por las que los demás ni se lo plantearían.
EL FRANCOTIRADOR: Suele ser inteligente y estar callado todo el tiempo, con lo que consigue por lo general que nadie sea capaz de adivinar su parecer sobre la gran mayoría de materias que se debatan, al menos a priori, pero cuando se aborda algún tema en el que esté especialmente interesado o tenga un compromiso de intervención, deja caer con exquisita corrección su parecer tras haber escuchado todas las posturas, y suele acertar en el juicio más conveniente del asunto o de un aspecto del mismo la mayor parte de las veces. Si fuera un tirador sería aquel que sólo dispararía tras haberlo intentado todos y sólo cuando tuviera la calma debida, hubiera estudiado bien todos los factores y se hubiera acercado un poco más a la diana que los demás.
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