Evaluación del biomarcador sanguíneo CD26 como prueba complementaria en el cribado de cáncer colorrectal

  • Equipo editorial Univadis
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En España el cáncer colorrectal es el segundo tumor más mortal detrás del cáncer de pulmón. En 2021 16.470 personas fallecieron a causa de este cáncer. Los programas de cribado han demostrado reducir la mortalidad asociada al cáncer colorrectal ya que esta depende mucho del estadío del tumor en el momento del diagnóstico.

Programas de cribado 

En el cribado del cáncer colorrectal la colonoscopia tiene diversas limitaciones a pesar de su potencial terapéutico y preventivo. Entre ellas se encuentran su naturaleza invasiva y los altos costes económicos asociados. Actualmente, el uso de pruebas inmunoquímicas fecales de detección de hemoglobina en heces, seguidos de endoscopias en caso de prueba positiva, ayudan a reducir el número de pruebas invasivas y los costes. 

Sin embargo, la baja adherencia de la población a estas pruebas y la moderada sensibilidad de la prueba inmunoquímica fecal para la detección de adenomas avanzados premalignos hacen necesario el desarrollo de pruebas en sangre mínimamente invasivas para aumentar la participación en los programas de cribado poblacional.

Un nuevo estudio español ha investigado si el biomarcador sanguíneo CD26 soluble (sCD26), una glicoproteína con actividad de la enzima dipeptidil peptidasa (DPP-4), podría ayudar en el diagnóstico precoz del cáncer colorrectal y los adenomas avanzados en combinación con la prueba inmunoquímica fecal. 

CD26 soluble como biomarcador para programas de cribado

Los investigadores españoles llevaron a cabo un estudio prospectivo, controlado y doble ciego en el que incluyeron a 1.703 pacientes de cuatro hospitales españoles: Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, Hospital de Donostia, Hospital Clínic de Barcelona y Hospital General Universitario de Alicante.

En todos los participantes se tomó una muestra de sangre en las que se midieron los niveles de CD26 soluble mediante la técnica ELISA y la actividad de la enzima DPP-4. Posteriormente todos los pacientes fueron sometidos a una colonoscopia y se clasificaron en base a los hallazgos en: sin neoplasia, adenomas no avanzados, adenomas avanzados y cáncer colorrectal. Además, en un subconjunto de la muestra se obtuvo una prueba de inmunoquímica fecal.

El análisis de los resultados mostró que entre los que tuvieron una prueba inmunoquímica fecal positiva se detectó CD26 soluble y DDP-4 en un 71,43 % y 88,89 % respectivamente. Lo mismo sucedió con los adenomas avanzados, 71,61 %y 75,93 % respectivamente.

Entre los falsos positivos de la prueba inmunoquímica fecal un 58,59 % sin neoplasia se clasificó correctamente como negativos según la CD26 soluble y un 48,63 % según la DDP-4. 

Además, encontraron diferencias estadísticamente significativas entre sexos para la actividad de CD26 soluble y DPP4, ambas más altas en mujeres.

Propuesta del grupo español

Los autores del artículo proponen el uso de estos biomarcadores para poder reducir el número de colonoscopias entre los individuos con un falso positivo en la prueba inmunoquímica fecal.

Su propuesta es la siguiente: prueba de inmunoquímica fecal, en caso de positividad realización de prueba de CD26 soluble en sangre, si esta también da positiva recomienda la realización de una endoscopia.