ESC 2023 – Una comisión Lancet busca reducir la incidencia a nivel mundial de la muerte súbita cardiaca

  • Moheb Costandi
  • Cobertura de Congreso
El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados. El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados.

La incidencia de la muerte súbita cardiaca es mayor en los deportistas, pero los casos relacionados con los deportes generalmente no son mortales porque los eventos ocurren en los campos de juego, donde la reanimación cardiopulmonar (RCP) puede llevarse a cabo inmediatamente. Por el contrario, en la población general, aproximadamente dos tercios de los casos ocurren en el hogar, y en casi un tercio no hay testigos. En aquellos casos en los que sí hay testigos, generalmente hay un retraso en la llegada de la ambulancia. Por tanto, se estima que la tasa de supervivencia en la población general es de, aproximadamente, el 10 %.

En el Congreso de 2023 de la Sociedad Europea de Cardiología en Ámsterdam, la revista Lancet presentó una nueva comisión para reducir la incidencia mundial de la muerte súbita cardiaca en la próxima década. Los miembros de la comisión subrayaron la falta de soluciones óptimas para los pacientes de alto riesgo, solicitaron acciones multidisciplinares para encontrar nuevas formas de prevenir la muerte súbita cardiaca y explicaron las recomendaciones principales para reducir la incidencia.

Se sabe que los antecedentes familiares son un factor de riesgo importante para la muerte súbita cardiaca y que se han hecho grandes progresos en las pruebas genéticas para la muerte súbita cardiaca y otras enfermedades cardiovasculares hereditarias durante la última década. Aun así, el cribado genético no está generalizado y las tasas de autopsias han disminuido en todo el mundo desde hace décadas.

Por tanto, la comisión recomendó que se amplíen las pruebas genéticas para el riesgo de muerte súbita cardiaca y que sean más asequibles a nivel mundial. Aumentar la disponibilidad de las autopsias y de los servicios de recolección de muestras de sangre podría aportar información crucial para las familias afectadas por muerte súbita cardiaca y ayudar a entender los factores que contribuyen a la supervivencia tras este tipo de eventos.

Estos objetivos se alinean con los presentados por la Sociedad Europea de Cardiología en las guías de 2022 sobre el tratamiento de pacientes con arritmias ventriculares y la prevención de la muerte cardiaca súbita, donde se recomiendan las pruebas genéticas “cuando se diagnostique una enfermedad a un paciente vivo o fallecido con una probable base genética y riesgo de muerte súbita cardiaca”.

La comisión también recomendó llevar un control de los desfibriladores públicos, vincularlos directamente a los servicios de emergencias y explorar la posibilidad de trasladar estos dispositivos en taxis o drones para que sean más fácilmente accesibles.

Otra recomendación fue la diseminación de la formación para la reanimación cardiopulmonar en la comunidad para mejorar la concienciación y la respuesta ante estos eventos. Las aplicaciones móviles (apps) y las redes sociales podrían integrarse en iniciativas educativas y la formación para la reanimación cardiopulmonar podría ser obligatoria en la educación secundaria, paralela a la obtención del permiso de conducción o al recibir el alta hospitalaria. 

El co-comisario Frederik Folke, profesor asociado de Servicios de emergencia en la Universidad de Copenghage sugiere que la reanimación cardiopulmonar personalizada también podría mejorar los resultados de la muerte súbita cardiaca.

“Ahora mismo, la reanimación cardiopulmonar es la misma para todas las personas y realizamos el mismo número de compresiones, ventilaciones y análisis del ritmo cada dos minutos”, declaró Folke a Univadis.

“Esto puede aplicarse a la gran mayoría de pacientes, pero no todos los pacientes tienen la misma talla, la misma anatomía, el mismo fenotipo o la misma causa subyacente para la parada cardiaca”.

“Si pudiésemos obtener retroalimentación en directo durante la reanimación para personalizar el tratamiento en el lugar de la parada según la fisiología y la etiología, con suerte podríamos mejorar la supervivencia”, añadió.

El comité también subrayó que los datos sobre la muerte súbita cardiaca provienen principalmente de pacientes europeos. Aun así, se sabe que otras poblaciones infrarrepresentadas tienen factores de riesgo únicos para la muerte súbita cardiaca, por lo que se requieren datos a gran escala de otras etnicidades para hacer avanzar las investigaciones y reducir la incidencia mundial de la muerte súbita cardiaca.

El doctor Kumar Narayanan, Doctor en Medicina, cardiólogo consultor sénior/electrofisiólogo de los hospitales Medicover en Hyderabad, India, subrayó otros retos del manejo de la muerte súbita cardiaca en países de ingresos bajos y medios (incluyendo menor concienciación sobre la salud cardiovascular y la forma física) así como la frecuente falta de disponibilidad de médicos, dispositivos y servicios médicos.

La incidencia de las enfermedades cardiovasculares está aumentando en los países de ingresos bajos y medios y esto también puede llevar al incremento desproporcionado de la muerte súbita cardiaca.

“Considerando los escasos datos publicados, la incidencia de la muerte súbita cardiaca (en países de ingresos bajos y medios) parece ser ligeramente menor”, afirmó Narayanan a Univadis, “pero tengo la impresión de que la incidencia está significativamente infraestimada y podría ser la misma o incluso superior a la registrada en países de altos ingresos y creo que esto va a tener muchas consecuencias”.

“En primer lugar, la concienciación de la población sobre la prevención de las enfermedades cardiovasculares y los estilos de vida saludables no es tan alta como en los países occidentales, por lo que la incidencia de la enfermedad coronaria y de los síndromes coronarios agudos va a aumentar”, explicó. “En segundo lugar, debido a la falta de servicios de emergencia organizados y la falta de concienciación de la población sobre las paradas cardiacas y la necesidad de iniciar la reanimación inmediatamente, la muerte súbita cardiaca va a aumentar de forma desproporcionada por la incidencia de enfermedad coronaria”.