ESC 2023 – Muerte súbita en el deporte
- Moheb Costandi
- Cobertura de Congreso
Se podría decir que Elmar Sprink estaba en muy buena forma según cualquier criterio. Su carrera como deportista comenzó en el año 2000, cuando empezó a participar en carreras de resistencia y, cuatro años después, en triatlones Ironman. Aun así, en julio de 2010, con tan solo 38 años, Sprink se derrumbó en casa tras sufrir una insuficiencia cardiaca y una muerte súbita cardiaca. Lo reanimó su vecino, cardiólogo, e inmediatamente lo trasladaron al hospital.
Finalmente, a Sprink le implantaron un desfibrilador. El proceso diagnóstico por parte de sus médicos fue arduo, pero recibió el diagnóstico de hipertrofia cardiaca. Se le añadió a la lista de espera para un trasplante cardiaco y, aproximadamente dos años después tras la parada cardiaca, por fin encontró un donante adecuado. Un año después del trasplante, Sprink completó otro triatlón y en la actualidad goza de tan buena forma como hace veinte años.
Aunque la historia de recuperación de Sprink podría considerarse rara, su cardiopatía no lo es. La muerte súbita cardiaca, definida como la muerte en la hora siguiente a la presentación de los síntomas con testigos o a las 24 horas si no hay testigos, aunque es poco frecuente en la población general, es mucho más frecuente en deportistas, en quienes se describe una incidencia estimada de 1:54.000. Los deportistas masculinos tienen un riesgo significativamente más alto de muerte subida cardiaca que las mujeres y los deportistas negros más que los blancos, encontrándose la mayor incidencia en jugadores de baloncesto de la División 1.
Los médicos describieron las posibles causas de la muerte súbita cardiaca, cómo llevar a cabo el cribado y cómo prevenirla en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés) de 2023 en Ámsterdam.
Los programas básicos de cribado, que consisten en los antecedentes familiares, la exploración clínica y un electrocardiograma (ECG) de 12 derivaciones, pueden identificar a los deportistas jóvenes con riesgo de muerte súbita cardiaca. Además, la optimización del cribado preparticipación para identificar a los deportistas jóvenes con riesgo de muerte súbita cardiaca ha demostrado reducir la incidencia en niños. La ESC propuso recientemente añadir la ergometría para el cribado de arritmias ventriculares a la batería de pruebas.
La muerte súbita cardiaca puede ser el resultado de una hipertrofia del ventrículo izquierdo, como parece ser el caso de Sprink, y se puede detectar con una resonancia magnética cardiaca. Sin embargo, en los deportistas el vínculo entre la muerte súbita cardiaca y la hipertrofia cardiaca no es directo.
“En un gran número de enfermedades, la hipertrofia cardiaca es generalmente una compensación por algo dañino y esto generalmente se asocia con muerte prematura”, declaró a Univadis André La Gerche, profesor de cardiología del deporte en el Hospital St. Vincent en Melbourne (Australia).
“Pero, los deportistas son un grupo especial donde parece que la hipertrofia es generalmente buena. Tienes un corazón mayor que bombea más eficientemente”, añadió. “Cuanto más entrenas, mayor se hace tu corazón, principalmente por el agrandamiento de las cavidades cardiacas, pero el músculo también tiene que aumentar, por lo que puedes terminar con una mayor masa cardiaca o hipertrofia ventricular”.
La cardiomegalia de los deportistas, como se conoce a este suceso, puede, por tanto, ser difícil de distinguir de una cardiopatía estructural, pero en un pequeño estudio publicado en 2019 se sugirió que la resonancia magnética cardiaca durante el ejercicio puede ayudar a distinguir a los deportistas sanos de aquellos con una miocardiopatía subyacente.
Las nuevas técnicas ecocardiográficas también ayudan a distinguir entre la remodelización cardiaca en los deportistas y los estadios iniciales de una miocardiopatía. En los deportistas, la muerte súbita cardiaca generalmente se debe a miocardiopatías silentes o sintomáticas, y una gran proporción de las muertes afecta a deportistas en los que se observa un corazón morfológicamente normal.
En los estudios genéticos se ha mostrado que la mayoría de los casos de muerte súbita cardiaca en los deportistas se asocian con un componente genético y están causadas por mutaciones en genes que codifican los canales de iones en las membranas de las células del músculo cardiaco.
Estas canalopatías incluyen el síndrome de QT largo, el síndrome de QT corto, el síndrome de Brugada y la taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica.
Para los pacientes que presentan hipertrofia cardiaca, es útil emplear una combinación de técnicas de imagen y análisis genéticos.
“Si se identifica una miocardiopatía hipertrófica en una persona joven, es recomendable hacer pruebas genéticas para determinar si tienen una variante de alto riesgo no”, declaró a Univadis Sabiha Gati, una cardióloga en el Hospital Royal Brompton de Londres.
“Esto no solo ayudará a los pacientes a manejarla, sino que también puede ser útil para el cribado familiar”.
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