ESC 2023 – La dislipidemia y la ateroesclerosis no son lo mismo para las mujeres que para los hombres
- Moheb Costandi
- Cobertura de Congreso
La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte a nivel mundial, y representa casi 19 millones de muertes al año o aproximadamente un tercio de todas las muertes en el mundo.
Tradicionalmente, la enfermedad cardiovascular se consideraba un problema de hombres de mediana edad que sufrían hipertensión y obesidad, que empezaban a desarrollar placas ateroescleróticas, que bloqueaban los vasos sanguíneos y, finalmente, la ruptura de estas placas causaba un evento cardiovascular.
Sin embargo, las enfermedades cardiovasculares no solo afectan a los hombres. Las mujeres también desarrollan placas ateroescleróticas, pero hay diferencias relacionadas con el sexo en la aterogénesis, el proceso de formación de las placas. Los expertos debatieron sobre las diferencias entre los sexos en los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares en una sesión del Congreso de 2023 de la Sociedad Europea de Cardiología celebrado en Ámsterdam.
Una de las principales diferencias es que las mujeres van 10 años por detrás de los hombres en cuanto a la formación de las placas. De media, tienen menos placas a cualquier edad que los hombres según las mediciones por ecografía carotídea, y sufren infartos de miocardio y otros eventos cardiovasculares más tarde en la vida.
Los factores de riesgo no tradicionales, como las complicaciones derivadas del embarazo, el estrés psicosocial, los niveles bajos de estrógenos, el cáncer de mama, las enfermedades autoinmunes y la depresión, contribuyen al desarrollo de las enfermedades vasculares en las mujeres.
Lina Badimón, de la Universidad de Barcelona, subrayó que la mortalidad ajustada por edad para las enfermedades cardiovasculares ha disminuido en las últimas décadas, aunque no tanto en las mujeres frente a los hombres. Las tasas de mortalidad por cardiopatías siguen aumentando en las mujeres menores de 50 años.
Por ejemplo, la proporción de hombres hospitalizados por síndromes coronarios agudos aumentó del 30 al 33 % entre 1995 y 2014, mientras que la de las mujeres jóvenes pasó del 21 al 31 % durante ese mismo periodo de tiempo.
“El riesgo en las mujeres jóvenes también es alto y no debería ignorarse”, afirmó Badimón. “Y la idea de que el riesgo de las mujeres (de enfermedad cardiovascular) solo aumenta tras la menopausia debería revisarse”.
Dislipidemia
Las diferencias entre los sexos en el metabolismo de los lípidos aparecen en las primeras etapas de la vida.
En un estudio reciente se mostró que las niñas recién nacidas tienen concentraciones mayores de muchos metabolitos de colesterol y ácidos grasos poliinsaturados y menores concentraciones de ácidos grasos monosaturados que sus iguales masculinos, pero la relevancia clínica de estos hallazgos todavía no está clara.
Los hombres muestran un aumento pronunciado del 64 % del colesterol de lipoproteínas de baja densidad entre los 20 y los 49 años de edad, mientras que los niveles de este tipo de colesterol no parecen sufrir cambios en las mujeres hasta los 35 años de edad, momento en el que se observa un aumento pronunciando del 42 %, con el mayor aumento de todos durante la menopausia.
Los niveles de colesterol total medio llegan a un pico 10 años antes en los hombres, entre los 40 y los 49 años de edad, pero en las mujeres el pico es más pronunciado.
Las mujeres con síndrome de ovario poliquístico, el trastorno endocrino más frecuente en las mujeres de edad reproductiva, muestran un aumento significativo de los triglicéridos y los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad.
El perfil lipídico de las mujeres también cambia durante el ciclo menstrual, ya que los niveles de lipoproteínas de colesterol varían debido a al estrógeno endógeno y exógeno.
Durante el embarazo, el colesterol de lipoproteínas de baja densidad aumenta en un 40-60 %, y se observa un aumento del doble al triple de los niveles de triglicéridos. Esto es especialmente relevante para las mujeres con hipercolesterolemia familiar porque se traduce en un aumento absoluto muy alto durante un momento vital que se asocia con lagunas en los tratamientos.
“Necesitamos prestarles atención a las mujeres con hipercolesterolemia familiar debido al alto nivel de colesterol durante la juventud, especialmente durante el embarazo, que se agrava por la descontinuación de los tratamientos”, declaró Ulrich Laufs, profesor de Cardiología de la Universidad de Leipzig.
Así se hizo énfasis en la nueva llamada a la acción de la Sociedad Europea de Ateroesclerosis en la que se recomiendan “acciones para minimizar el tiempo sin tratamiento con estatinas para las mujeres con hipercolesterolemia familiar tras el embarazo y la lactancia”.
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