ESC 2023: El ácido acetilsalicílico a largo plazo podría reducir los riesgos cardiovasculares tras un infarto de miocardio
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Una dosis diaria de ácido acetilsalicílico ayuda a los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio a evitar otro infarto de miocardio, un ictus o la muerte, según se ha observado en un estudio que se presentará en el Congreso 2023 de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés) el 28 de agosto en Ámsterdam.1 El ácido acetilsalicílico ya es obligatorio inmediatamente tras un infarto de miocardio, pero los avances en el tratamiento y el diagnóstico han puesto en duda los beneficios de su uso a largo plazo en la prevención.
El ácido acetilsalicílico beneficia a los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio porque evita la formación de coágulos, lo que reduce el riesgo de ictus o de un segundo infarto de miocardio. Sin embargo, también aumenta el riesgo de hemorragias, por lo que los potenciales beneficios deben sopesarse junto con los riesgos. Más aún, los pacientes no siempre siguen las recomendaciones de tomar una dosis diaria de ácido acetilsalicílico. Los pacientes necesitan conocer mejor las consecuencias, lo que ayudaría a los facultativos a decidir si prestar especial atención a esta parte del tratamiento.
“El ácido acetilsalicílico, como cualquier otro medicamento, puede tener efectos secundarios. Algunas personas pueden sufrir hemorragias, problemas gastrointestinales como hemorragias estomacales o úlceras como consecuencia del consumo de ácido acetilsalicílico. Estos efectos secundarios pueden provocar incomodidad y preocupaciones a los pacientes, lo los lleva a abandonar el tratamiento. Los pacientes también pausan o abandonan el consumo de ácido acetilsalicílico cuando se someten a cirugías”, declaró Anna Meta Kristensen del Hospital Bispebjerg y Frederiksberg en Dinamarca, donde está a cargo de este nuevo estudio. En declaraciones a Univadis.com, añadió que los pacientes que han sufrido infartos de miocardio muchas veces se enfrentan a tratamientos complejos, que pueden ser difíciles de gestionar.
Kristensen y sus colegas analizaron datos de más de 40.000 pacientes con un primer infarto de miocardio después de los 40 años de edad en registros de salud daneses. Los investigadores comprobaron qué pacientes seguían tomando una dosis diaria de ácido acetilsalicílico a los dos, cuatro, seis y ocho años tras el infarto de miocardio y registraron los resultados los pacientes en esos momentos.
En los resultados se mostró que los pacientes que no tomaban una dosis diaria de ácido acetilsalicílico tenían un riesgo un 20-40 % mayor de sufrir otro infarto de miocardio, un ictus o la muerte. La protección que otorga el ácido acetilsalicílico parece disminuir con el tiempo, aunque el equipo sigue trabajando para confirmar si esta tendencia es estadísticamente significativa. Con estos resultados se enfatizan las recomendaciones recogidas en las guías para que los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio tomen una dosis diaria de ácido acetilsalicílico con el objetivo de evitar resultados negativos.
“Recomendamos que todos los pacientes que hayan sufrido un infarto de miocardio sigan las recomendaciones de las guías y tomen una dosis diaria de ácido acetilsalicílico hasta que en los ensayos clínicos aleatorizados se muestren otros resultados y se modifiquen las guías de práctica clínica”, declara Kristensen. Además, añadió que los médicos y las enfermeras deben animar a los pacientes a seguir el tratamiento prestando especial atención a la comunicación, mostrándose disponibles y proporcionándoles información y explicaciones a través de un enfoque personalizado.
Sin embargo, también subrayó que en los resultados del estudio se establece una correlación, pero esto no demuestra causalidad. En el estudio no se investigó por qué los pacientes abandonaron el tratamiento con ácido acetilsalicílico y se centró específicamente en pacientes con implantó una endoprótesis vascular coronaria que no recibían tratamiento con anticoagulantes. También es posible que las personas que ya estaban enfermas tuviesen menos posibilidades de continuar el tratamiento con ácido acetilsalicílico, aunque los investigadores intentaron mitigar este efecto con el diseño del estudio. A pesar de estas advertencias, Kristensen afirma que “con estos resultados se apoyan las recomendaciones de las guías actuales sobre el uso a largo plazo del ácido acetilsalicílico tras un infarto de miocardio”.
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