ERS 2023 - Microbiota intestinal y pulmones, una relación muy estrecha
- Cobertura de Congreso
La microbiota intestinal también ha sido objeto de atención en el congreso de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS) que se celebra estos días en Milán, ya que cada vez se diseñan más estudios para explicar cómo las bacterias comensales del intestino modulan otras funciones del organismo, incluida la respiración.
Niki Ubags, del Servicio de Neumología del Hospital CHUV de Lausana (Suiza), resumió las conexiones demostradas entre las enfermedades respiratorias y las manifestaciones intestinales.
"Varios estudios han relacionado el asma con la dismicrobiosis intestinal y la presencia de signos de inflamación en la mucosa. A su vez, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica se acompaña de una alteración de la integridad de la barrera intestinal", explica Ubags. En la fibrosis quística, además de una microbiota alterada, la presencia de una disfunción del regulador de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística (CFTR, una proteína de membrana) también altera el ecosistema intestinal. Por último, sabemos que las infecciones respiratorias como la gripe (pero también la COVID-19) se acompañan de lesiones intestinales mediadas por la migración de linfocitos del pulmón a la mucosa intestinal".
La respiración en las personas con obesidad
Esta relación entre intestino y pulmón también depende de la dieta, que influye en la composición de la microbiota. "En las personas con obesidad o con una dieta rica en grasas, es frecuente observar una disbiosis intestinal que mantiene un estado de inflamación perpetua, lo que a su vez conduce a una falta de regulación del sistema inmunitario". Los últimos estudios básicos parecen confirmar que, además de otros factores relacionados con la obesidad que afectan a la función pulmonar, la microbiota alterada también puede desempeñar un papel importante".
Ubags mostró los resultados de una investigación que analizó el microbioma fecal en pacientes con obesidad y asma y en pacientes con obesidad sin asma, demostrando que existen alteraciones distintas en la composición del microbioma en pacientes asmáticos y en pacientes que solo presentan obesidad pero no padecen asma, y que en ambos casos la dismicrobiosis provoca dificultades respiratorias. "Muchas personas con obesidad presentan síntomas asmáticos en presencia de una microbiota alterada y un aumento de la interleucina-6 (IL-6) en los pulmones, que se reducen tras la cirugía bariátrica", prosigue el experto. "En esencia, muchas enfermedades respiratorias tienen un componente 'intestinal' que puede relacionarse con alteraciones de la microbiota. En ocasiones, la propia patología puede explicarse a través de la interacción entre el microbioma y el sistema inmunitario tanto en el pulmón como en el intestino". ¿Qué significa esto desde el punto de vista clínico? En la actualidad estamos empezando a comprender estos mecanismos de interferencia mutua y aún es demasiado pronto para traducirlos en indicaciones terapéuticas. Sin embargo, podemos decir que la obesidad 'pesa' sobre los pulmones no solo por razones mecánicas, sino también por alteraciones metabólicas. Por último, podemos decir que "una nutrición adecuada también es importante en las enfermedades respiratorias".
Niños con asma e intestinos inmaduros
En otra sesión, la atención se centró en los niños, con un estudio que demuestra que los pequeños que tienen comunidades más maduras de bacterias en el intestino tienen menos probabilidades de desarrollar sibilancias respiratorias o asma de tipo alérgico.
Yuan Gao, investigador de la Universidad Deakin de Geelong (Australia), que presentó el estudio, declaró: "La microbiota es un elemento clave en el crecimiento de los niños. Nuestras investigaciones en el Barwon Infant Study han demostrado que una microbiota intestinal más madura al año de edad se asocia a una menor probabilidad de desarrollar alergias alimentarias y asma en la infancia. Esto parece deberse a la composición general de la microbiota intestinal más que a bacterias específicas", prosigue Gao.
El estudio en curso Barwon Infant Study (BIS) en Australia reclutó a 1.074 niños entre 2010 y 2013. Para este estudio se examinaron las bacterias presentes en muestras fecales recogidas un mes después del nacimiento, a los seis meses y al año. En las visitas al año y a los cuatro años, los investigadores preguntaron a los padres si sus hijos habían desarrollado sibilancias o asma alérgica en los 12 meses anteriores y realizaron pruebas cutáneas para una docena de alérgenos alimentarios y del aire, como el polvo. En un subgrupo aleatorio de 323 niños, el equipo secuenció el ADN para identificar y caracterizar la microbiota intestinal, calculando la "puntuación z de la microbiota por edad" (MAZ), una estimación matemática de la madurez de la microbiota intestinal de los niños.
Los mecanismos por los que la microbiota intestinal madura contribuye a prevenir las enfermedades relacionadas con la alergia aún no están del todo claros. "Dada la complejidad de los orígenes y el desarrollo de la microbiota intestinal y el sistema inmunitario del lactante, es probable que el efecto protector sea el resultado de comunidades de bacterias que actúan de distintas maneras, y no de un único mecanismo", explicó Gao. Comprendiendo cómo la microbiota intestinal refuerza el sistema inmunitario, esperamos encontrar nuevas formas de prevenir enfermedades alérgicas como el asma. Por ejemplo, podríamos encontrar formas de adelantar la maduración de la microbiota intestinal en los primeros años de vida, lo que daría lugar a menos niños asmáticos."
La prevención del futuro
El mismo grupo de investigadores tiene previsto reclutar a 2.000 niños en Australia y Nueva Zelanda como parte del ensayo clínico ARROW para comprobar si la administración de una mezcla de bacterias inactivadas puede proteger a los niños pequeños de la bronquiolitis o el asma al potenciar la respuesta inmunitaria frente a las infecciones víricas.
Erol Gaillard, secretario del Grupo de Alergia y Asma Pediátricas de la Sociedad Respiratoria Europea y profesor asociado de Alergología de la Universidad de Leicester (Reino Unido), comentó: "Las enfermedades relacionadas con la alergia, como el asma y el eccema, figuran entre las afecciones más comunes que afectan a los niños y están aumentando en muchas partes del mundo. La causa podría estar en las familias más pequeñas, donde los niños están menos expuestos a sus hermanos y a los gérmenes que inevitablemente traen consigo, y en una dieta menos variada a una edad temprana". El estudio de Gao y sus colegas confirma que aumentar la madurez de la microbiota intestinal podría tener un efecto significativo en la incidencia de las alergias infantiles".
Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Italia.
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