ERS 2022 — Desaconsejados los antibióticos en la bronquiolitis grave por virus sincitial respiratorio al inicio de la vida

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Conclusión práctica

  • Un tratamiento de 14 días con azitromicina no redujo el riesgo de sibilancias recurrentes en los lactantes con bronquiolitis grave por el virus respiratorio sincitial (VRS) en los primeros años de vida, durante los 2-4 años siguientes.
  • El riesgo de sibilancias recurrentes fue mayor con azitromicina que con placebo cuando los participantes no recibieron ningún otro antibiótico.
  • El uso de azitromicina o de cualquier antibiótico no macrólido (o ambos) empeoró las sibilancias y debería evitarse en lactantes con bronquiolitis por VRS.

La bronquiolitis por VRS es un factor de riesgo bien conocido de sibilancias recurrentes y de asma infantil. De acuerdo con un estudio de 2012 realizado por Bacharier y cols., aproximadamente un 75 % de los lactantes hospitalizados con bronquiolitis por VRS sufrieron ≥3 episodios de sibilancias antes de los 7 años de edad. Algunos estudios anteriores habían mostrado que la azitromicina disminía la inflamación de las vías respiratorias y podía prevenir la recurrencia de las sibilancias después de la infección por VRS.

Teniendo esto en cuenta, se puso en marcha el APW-RSV II, un ensayo clínico doble ciego de grupos paralelos, couyo objetivo fue probar la eficacia del tratamiento con azitromicina sobre la recurrencia de las sibilancias en lactantes con bronquiolitis grave por VRS. En el ensayo se incluyó a 200 lactantes de 1 a 18 meses de edad que fueron hospitalizados debido a la infección, sin otras enfermedades. Se asignó de modo aleatorio a los pacientes a recibir azitromicina o placebo durante 14 días. El criterio de valoración principal se definió como la aparición de un tercer episodio de sibilancia posterior a la infección por VRS o de sibilancias recurrentes. La aleatorización se estratificó en función del uso reciente de otros antibióticos sin enmascaramiento. Aunque no se recomiendan los antibióticos durante la bronquiolitis por VRS, el 30 % de los lactantes de la cohorte recibieron otros antibióticos, principalmente amoxicilina.

Sin embargo, la azitromicina no redujo el riesgo de sibilancias recurrentes después de la infección por VRS (p= 0,11). De hecho, en el grupo de azitromicina se observó una tendencia hacia el aumento de las sibilancias. Además, se realizó un análisis a posteriori para determinar cómo otros antibióticos no macrólidos podrían afectar a la respuesta a la azitromicina en el tratamiento de las sibilancias recurrentes. Entre el 30 % de los pacientes que recibieron otros antibióticos, la azitromicina demostró un efecto neutro en comparación con el placebo (p= 0,88). Por el contrario, el riesgo de sibilancias recurrentes después de la infección por VRS aumentó con azitromicina frente a placebo en los pacientes que no recibieron otros antibióticos (hazard ratio [HR]: 1,79; p= 0,037).

Por último, los participantes que recibieron algún antibiótico (azitromicina, azitromicina + cualquier antibiótico, placebo + cualquier antibiótico) experimentaron un mayor riesgo de recurrencia de las sibilancias después de la infección por VRS en comparación con los participantes que recibieron placebo y ningún otro antibiótico (HR: 1,65; p= 0,048).

Una limitación importante de este estudio fue que el análisis basado en el uso de otros antibióticos no se había especificado previamente y exige más evaluación. También es necesario investigar a través de qué mecanismos afecta la azitromicina a los desenlaces de las sibilancias recurrentes. En sus comentarios finales, el Dr. Beigelman afirma: “No debemos molestar a estos niños, no debemos darles ningún antibiótico a menos que sea necesario”.

Este estudio recibió financiación del Instituto Nacional de Cardiología, Neumología y Hematología.