Encuesta sobre la percepción del comportamiento de la comunidad médica dentro y fuera de la consulta

  • Carlos Sierra, PhD

  • Maria Baena
  • Noticias
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Cada vez son más frecuentes los informes que ponen el foco en la mala praxis de algunos miembros de la comunidad médica, ya sea durante el desarrollo de su actividad profesional, en su vida personal o en su comportamiento en las redes sociales. Las causas que pueden estar detrás de este comportamiento inadecuado son variadas, siendo las explicaciones más repetidas la presión a la que están sometidos las y los profesionales sanitarios: jornadas laborales muy largas, salarios por debajo de las expectativas de los médicos, etc. Otros consideran que el problema es la propia personalidad de parte de la comunidad médica. Sin embargo, en lo que casi todos están de acuerdo es en que la profesión médica necesita auto vigilarse para evitar las conductas inapropiadas.

Para conocer con más profundidad como la clase médica se ve a sí misma, Medscape en español realizó una encuesta de treinta preguntas online desde el 30 de octubre al 17 de diciembre de 2021 y en la que participaron 1.600 médicos (51 % hombres, 47 % mujeres) que desarrollan su profesión en España (un 89 % a jornada completa y un 11 % a jornada parcial) y están suscritos a la Red Profesional de Medscape. En este artículo se muestran los resultados más destacados.

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Evolución del comportamiento de los médicos durante los últimos cinco años

La mayoría de los encuestados, el 55 %, no ha presenciado ningún comportamiento inapropiado por parte de ningún profesional médico en los últimos cinco años. Este resultado implica que, por el contrario, un 45 %, sí que han observado mala praxis: un 29 % en el lugar de trabajo, un 17 % fuera del trabajo, y un 16 % en redes sociales. 

Esto se traduce en más de un 60 % de los participantes que consideran que el comportamiento de los profesionales médicos no ha variado durante los últimos cinco años, no observándose diferencias significativas cuando la cuestión se refería al comportamiento durante el desarrollo de su actividad profesional, un 61 %, o en su vida personal, un 64 %. 

Por el contrario, sí que se observan diferencias en los datos referentes a los profesionales que consideran que el comportamiento ha mejorado en el último lustro. Un 25 % considera que los médicos se comportan cada vez mejor dentro de la consulta, un porcentaje que disminuye al 17 % fuera de ella. Respecto a los que consideran que ha habido una involución en los últimos años, un 14 % opinan que este retroceso se ha dado dentro en las instalaciones médicas, por el 18 % que cree que esto ha ocurrido fuera del trabajo. 

Sin embargo, la percepción de la situación cambió por completo cuando se refiere al comportamiento propio: solo el 16 % de los participantes consideran que han actuado de manera inadecuada en alguna ocasión durante los últimos cinco años.

Principales actos de mala conducta

Las causas más comunes de comportamiento inapropiado, según el personal médico encuestado que manifestó haber presenciado y/o haber sufrido algún acto de mala conducta por parte de miembros de la comunidad médica, fueron: un 59 % aseguraron haber escuchado comentarios denigrantes o burlas hacía pacientes; un 58 % observaron comportamientos sexistas, el mismo porcentaje que percibió acoso a otros profesionales sanitarios; mientras que la mitad escucharon comentarios racistas.

Le siguen a distancia, pero con porcentajes nada desdeñables, los comportamientos agresivos, un 32 %, estados de ebriedad y/o bajo el efecto de estupefacientes, un 29 %, mentir sobre la identidad/formación/título profesional, un 27 %, intentar conseguir una cita con un paciente, un 19 %, y el acoso a pacientes, un 16 %.

Estos comportamientos inapropiados fueron mayoritariamente observados en hombres, un 66 %, frente al 34 % en mujeres. Respecto a la distribución por edades, están en cabeza los profesionales médicos con entre 50 y 59 años, con un 45 %, siguiéndoles muy cerca aquellos en el rango entre 40 y 49 años, un 44%, y un poco más de lejos, con un 35 %, los médicos de entre 30 y 39 años.

Uso de las redes sociales

La clase médica no es ajena al boom del uso de las redes sociales en la sociedad española durante los últimos años: el 66 % de los participantes en la encuesta las usa, frente al 34 % que no. Entre los usuarios de las redes sociales destacan claramente los que las usan con fines personales, el 62 %, frente a los que afirman darles un uso exclusivamente profesional, el 7 %. El 31 % restante tiene perfiles en los que se mezclan lo personal y lo profesional.

Pero, independientemente del uso que los profesionales médicos den a sus perfiles en redes sociales, la gran mayoría, el 78 % consideran que no es admisible ser amigo o seguir a un paciente en este entorno virtual. También hay un amplio acuerdo respecto a si los médicos pueden publicar fotos de su tiempo libre en las que aparezcan practicando malos hábitos desde el punto de vista médico, como  fumar, consumir alcohol o ingerir comida basura. Un 68 % de los participantes en esta encuesta respondieron que no.

Reacciones ante los actos de mala conducta

El 32 % de los profesionales médicos que observaron algún acto de mala conducta por parte de un compañero o compañera optaron por no hacer nada, frente al 68 % que reaccionaron de manera activa: un 44 % habló directamente con el profesional sobre su reprobable comportamiento, un 20 % trasladó la información al responsable del servicio/hospital o de recursos humanos, un 2 % hizo una reclamación anónima en su lugar de trabajo, otro 2 % puso una denuncia ante el Colegio Oficial de Médicos y un 8 % que tomó otro tipo de medidas, pero no especificó cuáles.

Factores causantes de la mala conducta

Un 52 % consideró que los profesionales que realizaron actos reprobables lo hicieron por su arrogancia personal, lo que coloca a esta causa en el primer lugar de la lista de factores que pueden explicar porque un miembro de la comunidad médica puede realizar actos de mala praxis. Le sigue de cerca, con un 42 %, la educación familiar que haya recibido y, a un poco más de distancia, con un 36 y un 35 % respectivamente, el estrés relacionado con el trabajo y problemas personales sin relación con el trabajo.

Son también factores importantes problemas de salud mental del médico, un 30 %, la cada vez mayor exigencia de los pacientes, un 24 % y la presión provocada por la pandemia de la COVID-19, con un 19 %.

Medidas para combatir el comportamiento inapropiado

La gran mayoría de los profesionales médicos encuestados, un 98 % consideran que se han de tomar medidas para combatir los comportamientos inapropiados por parte de sus compañeros de profesión, frente al únicamente 2 % que defienden que no se ha de hacer nada.

Pero hay disparidad de opiniones respecto a qué actuaciones serían más adecuadas. Un 39 % considera que con recibir una amonestación verbal es suficiente, frente al 31 % que opinan que deberían ser sancionados por la dirección, el 27 % que creen que deben recibir una carta disciplinaria y el 26 % que abogan por una denuncia frente al jefe del departamento o a recursos humanos. Pero los hay que demandan acciones más contundentes, como la presentación de una denuncia frente al Colegio Oficial de Médicos, el 19 %, o la suspensión de empleo, el 14 %.

Datos demográficos de la encuesta

De los 1.600 profesionales médicos participantes en la encuesta, 816 fueron hombres (un 51 %), 752 mujeres (un 47 %), mientras que los restantes 32 participantes se declararon no binarios o rehusaron proporcionar esta información.

Por edades, esta encuesta tuvo mayor aceptación entre los médicos de mayor edad, ya que los grupos mayoritarios fueron los de los profesionales médicos con edades comprendidas entre los 60 y 64 años, un 27 %, seguidos por los de 55 a 59 años, un 18%, y los de 50 a 54 años, un 15 %. En el otro extremo se encuentran los grupos de 28 a 34, 35 a 39, y los de más de 70 años, con un 4 % cada uno, y los de 45 a 49 años, con un 8 %.

Respecto al contexto laboral de los participantes, dos ámbitos dominan: los hospitales públicos, con un 44 %, y los centros de atención primaria, con un 27 %. Le siguen muy de lejos aquellos que poseen una consulta particular, un 9 %, los médicos en prácticas, ya bien sea en una única especialidad, un 6 %, o en múltiples especialidades, un 5 %. La gran mayoría de ellos son trabajadores por cuenta ajena, un 72 %, por solo un 13 % que tienen su consulta particular o el 9 % que desarrollan  su actividad en una consulta de una especialidad en grupo.

Por último, por especialidades, destaca ampliamente la medicina familiar y comunitaria, con un 28 %, seguida muy de lejos por la pediatría, un 6 %, la psiquiatría, la obstetricia y ginecología, y la medicina interna, con un 5 % cada una, y la anestesiología y reanimación, la cirugía general y del aparato digestivo, y la cirugía ortopédica y traumatología con un 4 %. El resto de especialidades se mueven entre el 3 % y el 0 %.

Puedes acceder al informe completo en Medscape en español.