El trabajo de los equipos de psiquiatría infanto-juvenil a domicilio
- Andrea Jiménez
- Noticias
Como advierten las sociedades expertas, en los últimos años los trastornos mentales han aumentado significativamente en todo el mundo, agudizándose los casos todavía más por la pandemia de la COVID-19, que incrementó en más del doble los comportamientos suicidas entre niños y adolescentes en España.
Según la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente (Sepypna), solo en la Comunidad de Madrid unos 700 niños ingresan al año con trastornos mentales graves en unidades de hospitalización psiquiátrica, con un gran impacto en la vida de los pacientes y sus familias y un elevado uso de recursos.
En el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, las urgencias por salud mental en menores se dispararon en más del 100 %, de acuerdo con datos aportados por el propio centro madrileño, que en el 2021 puso en marcha la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica a Domicilio (UHPaD), la primera de su tipo en el país para este tipo de población.
Se trata de un programa pionero que persigue la estabilización clínica de los episodios agudos de origen psiquiátrico de los niños y adolescentes que, por su complejidad o gravedad, no pueden ser atendidos en otros dispositivos.
Para ello, la unidad cuenta con un equipo multidisciplinar compuesto por un psiquiatra, una psicóloga clínica y seis profesionales de enfermería distribuidos en turnos de mañana y tarde de lunes a domingo y con guardias de noche, de forma que se cubran todos los días de la semana. El seguimiento se realiza tanto de forma presencial como telefónico.
Esta fórmula, alternativa a la hospitalización tradicional, proporciona una atención individualizada con beneficios tanto para el paciente como para los profesionales sanitarios, pues facilita un tratamiento en un entorno en el que el menor se siente más cómodo, consiguiendo que los cambios perseguidos sean más firmes y estables, al tiempo que permite al personal sanitario tener una mayor comunicación tanto con el paciente como sus familiares y un mejor conocimiento de las condiciones, un aspecto esencial para poder modificar dinámicas cotidianas que pueden contribuir al mantenimiento o empeoramiento de algunas patologías.
Además de no tener que modificar de forma drástica las rutinas personales, ya que los menores pueden seguir realizando algunas de sus actividades habituales, este recurso asistencial evita la dependencia de un centro externo y la estigmatización en los pacientes.
Como explica la coordinadora de esta Unidad de Hospitalización a Domicilio, Goretti Morón, “el objetivo es mantener al paciente en un entorno lo menos restrictivo posible y acompañado por su familia, la cual se empodera también en los cuidados de su hija o hijo”.
Los pacientes son derivados desde las salas de hospitalización, urgencias psiquiátricas y consultas externas. Y tras recibir la solicitud, miembros del equipo UHPaD realizan la valoración de ingreso en el programa según criterios de inclusión y exclusión bajo el consentimiento de los padres o tutores legales.Las causas susceptibles de ser atendidas por esta unidad son muy amplias, ya que se puede realizar o completar en domicilio el proceso clínico-asistencial de muchas patologías, entre otros, trastornos obsesivo-compulsivos, psicóticos, fóbicos o afectivos, reacciones a estrés agudo, o de conducta alimentaria. La pérdida de peso en el contexto de una anorexia nerviosa supone el 63,6% de los motivos de ingreso. Un trastorno que afecta mayoritariamente a las mujeres, “aunque cada vez se encuentra más en varones y a edades más tempranas”, expone la responsable del programa. Hasta la fecha, el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús ha atendido en su casa “unos 100 pacientes, de los cuales el aproximadamente 90 % de ellos son chicas”, señala la psiquiatra.
Dos de los principales criterios clínicos que el centro madrileño utiliza para seleccionar el tipo de pacientes que pueden beneficiarse del programa es que los cuidados se puedan realizar en domicilio sin que ello suponga un riesgo y la posibilidad de administración del tratamiento específico. “Por ejemplo, se puede introducir un fármaco depot en domicilio, como lo hemos hecho con un paciente diagnosticado de psicosis, la realización de un ajuste de litio o la posibilidad de que puedan estar con sonda naso-gástrica, en el caso de pacientes diagnosticados de trastornos de la conducta alimentaria”, detalla Morón. Como criterio geográfico establece que el tiempo necesario para un posible traslado desde el domicilio al hospital sea inferior a 30 minutos.
Además de los beneficios que aporta al paciente, la asistencia psiquiátrica a domicilio contribuye a mejorar la gestión de los recursos hospitalarios de la red de Salud Mental, desbordada por la pandemia, permitiendo la disponibilidad de camas en los centros o acortar o evitar los periodos de estancia. Lo que resulta un modelo con grandes beneficios en todos los sentidos.
Si bien ya existían equipos psiquiátricos a domicilio en otros centros de España, la unidad del Niño Jesús fue la primera enfocada a la población de niños y adolescentes, un modelo que han seguido hospitales como el Sant Joan de Deu y Hospital Clínic Barcelona, que desde el año pasado ya cuentan con sus propias unidades especializadas.
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