El Premio Nobel de Medicina otorgado a Svante Pääbo por el origen de la paleogenómica

  • Stéphanie Lavaud

  • Maria Baena
  • Noticias de Medscape
El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados. El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados.

El Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2022 se ha otorgado al Prof. Svante Pääbo, Ph. D., por su trabajo sobre los genomas de homínidos extintos y por sus nuevos conocimientos sobre la evolución humana. A Pääbo se le considera el fundador de la paleogenética.[1]

Pääbo realiza investigaciones en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig y en la Universität Leipzig, ambos en Leipzing, Alemania. Su investigación también mostró, entre otras cosas, que las secuencias de genes arcaicos de nuestros parientes extintos influyen en la fisiología de los humanos modernos.

Al estudiar el genoma del hombre de Neandertal, que fue el primero en secuenciar, y compararlo con el de los humanos vivos, "sus descubrimientos forman la base para explorar qué nos hace seres humanos únicos", consideró el jurado.

Secuenciación del genoma neandertal

Desde el comienzo de su carrera, Pääbo investigó la posibilidad de utilizar métodos genéticos modernos para estudiar el ADN de los neandertales. Pronto se enfrentó a dificultades técnicas extremas debido a la degradación de las cadenas de nucleótidos con el tiempo. Fue durante su formación postdoctoral en la Universidad de California, Berkeley, Estados Unidos, tras una tesis obtenida en 1986, con Allan Wilson, pionero en el campo de la biología evolutiva, que Pääbo comenzó a desarrollar métodos para estudiar el ADN de los neandertales, un trabajo que abarcó varias décadas.

En 1990, el investigador fue contratado en la Universidad de Múnich, en Múnich, Alemania donde, como profesor recién nombrado, continuó su trabajo sobre el ADN arcaico, con especial interés en el ADN mitocondrial de los neandertales. Aunque el genoma mitocondrial es pequeño y contiene solo una fracción de la información genética de la célula, tiene la ventaja de estar presente en miles de copias, lo que aumenta las posibilidades de éxito. Gracias a las técnicas que desarrolló, Pääbo logró secuenciar una región de ADN mitocondrial de un hueso de 40.000 años de antigüedad. Las comparaciones con humanos y chimpancés contemporáneos han demostrado que los neandertales son una especie genéticamente distinta.

En 1997, el biólogo sueco creó un centro de investigación en paleogenética dentro del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, donde abordó la secuenciación del genoma, ya no mitocondrial sino nuclear, de los neandertales gracias a nuevos desarrollos técnicos que han hecho que la secuenciación del ADN sea muy eficiente. Pääbo también invitó a varios colaboradores importantes, especializados en genética de poblaciones. Sus esfuerzos se vieron coronados por el éxito ya que en 2010 el investigador publicó la primera secuencia del genoma neandertal. Los análisis comparativos muestran que el ancestro común más reciente de los neandertales y el Homo sapiens vivió hace unos 800.000 años.

Neandertal frente a Homo Sapiens

La investigación ha proporcionado evidencia de que el hombre anatómicamente moderno, el Homo sapiens, apareció en África hace unos 300.000 años, mientras que nuestros parientes más cercanos conocidos, los neandertales, se desarrollaron fuera de África y han poblado Europa y Asia occidental desde hace unos 400.000 años hasta hace 30.000 años, cuando se extinguieron. Hace cerca de 70.000 años, grupos de Homo sapiens migraron de África a Oriente Medio y desde allí se extendieron al resto del mundo. Homo sapiens y neandertales coexistieron en gran parte de Eurasia durante decenas de miles de años.

Un descubrimiento sensacional: Denisova

En 2008, se descubrió un fragmento de hueso de un dedo de 40.000 años de antigüedad en la cueva Denisova, en el sur de Siberia. El hueso contenía ADN excepcionalmente bien conservado, que el equipo de Pääbo secuenció. Los resultados causaron sensación: la secuencia de ADN era única en comparación con todas las secuencias conocidas del hombre de Neandertal y del hombre moderno. Pääbo había descubierto un homínido hasta entonces desconocido, al que se le dio el nombre de Denisova. Las comparaciones con secuencias de humanos contemporáneos de diferentes partes del mundo mostraron que el flujo de genes también se produjo entre Denisova y Homo sapiens. Esta relación se observó por primera vez en poblaciones de Melanesia y otras partes del sudeste asiático.

¿Qué aportan los descubrimientos del premio nobel Svante Pääbo?

Esencialmente para comprender mejor la historia de nuestra evolución. En el momento en que el Homo sapiens emigró fuera de África, al menos dos poblaciones de homínidos extintas habitaban Eurasia. Los neandertales vivieron en el oeste de Eurasia, mientras que los denisovanos poblaron las partes orientales del continente. Durante su expansión fuera de África y su migración hacia el este, el Homo sapiens se encontró y se cruzó no solo con los neandertales, sino también con los denisovanos.

Fisiológicamente, el trabajo de paleogenómica indica que las secuencias genéticas arcaicas influyen en los humanos modernos. Como la versión de Denisovano del gen EPAS1, que confiere una ventaja de supervivencia a gran altitud y es común entre los tibetanos modernos. También descubrió que la transferencia de genes se produjo entre estos homínidos ahora extintos y el Homo sapiens después de la migración fuera de África hace cerca de 70.000 años. Este antiguo flujo de genes para los humanos modernos tiene un significado fisiológico en la actualidad, por ejemplo, al afectar la forma en que nuestro sistema inmunológico responde a las infecciones.

Este contenido fue publicado originalmente en Medscape en francés y adaptado para Medscape en español, parte de la Red Profesional de Medscape.