El mercado negro de los antivirales

  • Roberta Villa

El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados. El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados.

El impacto sanitario de las desigualdades es en ocasiones realmente sorprendente: impulsado por la pandemia de la COVID-19 está emergiendo un mercado negro provocado por la falta de acceso a medicamentos y vacunas en los países de ingresos bajos y medios. Según datos de la Universidad de Duke, a principios de abril de 2022, dos tercios de la producción de molnupiravir, el primer antiviral autorizado para el tratamiento de la enfermedad, ya habían sido adquiridos por los países de rentas más altas. El resto de países, que en términos de población representan la gran mayoría, tienen que conformarse con las dosis restantes. De hecho, tres cuartas partes de los habitantes del planeta viven en países de renta media y, al igual que los más pobres, aspiran a tener las mismas oportunidades que los más ricos.

La empresa fabricante ha declarado contar con estrategias para acelerar el acceso al medicamento en todo el mundo, hasta el punto de que ya ha empezado a conceder licencias para la producción del genérico a países de ingresos medios y bajos. De manera directa a cinco empresas indias y a través del Medicines Patent Pool (MPP) de la ONU a otra treintena. 

Sin embargo, una investigación llevada a cabo por la sección de investigación del BMJ denuncia que, junto a las empresas autorizadas -cuyos medicamentos se comprueban como equivalentes a los de marca-, otras entidades han comenzado a sintetizar y vender ilegalmente productos no verificados y potencialmente peligrosos ya que no cumplen los mismos criterios de calidad. Quienes los compran por internet no tienen forma de comprobarlo y, además, sin la orientación de un médico que los prescriba, no pueden recibir indicaciones sobre si deben tomarlos o qué precauciones tomar durante y después del tratamiento. Las propiedades mutagénicas del molnupiravir, por ejemplo, todavía se están investigando, hasta el punto de que no solo está contraindicado su uso durante el embarazo, sino que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos recomienda el uso de un método anticonceptivo fiable durante al menos tres meses después de finalizar el tratamiento. Con los tratamientos "hazlo tú mismo" (do it yourself), existe la posibilidad real de que se ignoren estas precauciones.

Por ello, los gobiernos de México y Filipinas han advertido a sus ciudadanos de los riesgos de las compras abusivas por internet de un producto que, por cierto, incluso en su versión "original", tiene importantes limitaciones. Lanzado por Merck, en base a datos preliminares como un fármaco capaz de reducir a la mitad el riesgo de hospitalización y muerte en pacientes con enfermedad de alto riesgo leve a moderado, su eficacia final se vio ampliamente reducida cuando se publicó el análisis final del ensayo de autorización. En conjunto el antiviral podía presumir de reducir el riesgo en un decepcionante 30 %, frente a casi el 90 % del competidor directo de Pfizer, Paxlovid. Otros estudios han arrojado un jarro de agua fría a quienes esperaban tener una alternativa viable para los muchos pacientes que no pueden recibir el Paxlovid por sus múltiples interacciones medicamentosas.

Por lo tanto, millones de dosis de molnupiravir yacen en los almacenes de los países más ricos, que no saben qué hacer con ellas, mientras los ciudadanos de los países de ingresos medios y bajos las buscan. En México, por ejemplo, cuando en enero el país se vio golpeado por la peor ola de la COVID-19 desde el inicio de la pandemia, las búsquedas en Google sobre el fármaco y las formas de obtenerlo se dispararon. Al menos dos empresas (Azista y Merit Organics) empezaron a distribuir en línea sus versiones genéricas no autorizadas a 600 euros por ciclo, un precio superior al del producto de marca, al que, sin embargo, era difícil acceder a través de los centros sanitarios. Pero el fenómeno es global, y los precios variables. Los periodistas de investigación del BMJ han localizado, por ejemplo, una página web (buymolnupiravironline.com), que parece tener su sede en Londres y vende un ciclo completo por menos de 150 euros.

Mientras tanto, en Europa y Estados Unidos, el molnupiravir se utiliza cada vez menos. La Agencia Italiana del Medicamento (AIFA) informa de que desde mediados de enero hasta principios de mayo, menos de 40.000 pacientes en Italia recibieron comprimidos antivirales, de los cuales casi 25.000 fueron molnupiravir, disponible desde el 13 de enero de 2022. Sin embargo, en la semana entre abril y mayo, las solicitudes de este antiviral descendieron más de un 20 % en comparación con la semana anterior, más que la demanda de Paxlovid. Según el Instituto para la Revisión Clínica y Económica de los Medicamentos (ICER), no hay pruebas sólidas de que el molnupiravir ofrezca ningún beneficio significativo frente al tratamiento sintomático habitual. Incluso si esta valoración no fuese del todo cierta, no merece la pena correr el riesgo de adquirir ilegalmente productos de origen desconocido con la esperanza de reducir mínimamente el riesgo de hospitalización en personas con formas ya leves de COVID-19, que, al ser de alto riesgo, deberían estar ya vacunadas.

Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Italia.