El informe del U.S. Surgeon General sobre el impacto de las redes sociales en la salud mental

  • Santiago Cervera
  • Salud Digital
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El U.S. Surgeon General es la máxima autoridad pública en materia de salud pública en el Gobierno de los Estados Unidos. El puesto fue creado en 1871 y se encuadra dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos de ese país. Es nombrado por el presidente, y requiere la confirmación del Senado. El actual titular es el doctor Vivek Murthy, vicealmirante de marina, de ascendencia india, y que llegó a ser el norteamericano oficial de bandera más joven.

Según la propia página web de su oficina, el U.S. Surgeon General es “el Médico de la nación, y brinda a los estadounidenses la mejor información científica disponible sobre cómo mejorar su salud y reducir el riesgo de enfermedades y lesiones. Supervisa el Cuerpo Comisionado del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos (USPHS), un grupo compuesto por más de 6.000 oficiales del ejército que son así mismo profesionales de la salud pública. La misión de USPHS es proteger, promover y promover la salud de nuestra nación”.

Este comisionado, a medio camino entre un analista de salud pública y una “task force”, tiene la responsabilidad de proporcionar liderazgo y orientación en asuntos relacionados con la salud pública en Estados Unidos. Desempeña un papel crucial en la comunicación de informaciones relevantes sobre asuntos que afecten a la salud poblacional, que resulten confiables por su nivel de autoridad, y que estén basadas en la evidencia. Se dirige tanto a la población general como a los profesionales. Lo hace principalmente a través de informes temáticos y recomendaciones. También realiza informes epidemiológicos, supervisa el Cuerpo de Oficiales de Sanidad de los Estados Unidos, y participa en actividades de prevención y respuesta a emergencias de salud pública. De manera habitual, se involucra en campañas de concienciación y educación pública, en materias como el tabaquismo, la obesidad, el VIH/sida o las enfermedades mentales.

Posiblemente, una de las aportaciones históricas del U.S. Surgeon General se produjo en el año 1964, cuando emitió el informe titulado Smoking and Health Report, en el que por primera vez se identificaba al tabaquismo como una causa principal de enfermedades graves y mortales, incluyendo el cáncer de pulmón y la patología cardiaca. Tuvo un impacto significativo en la concienciación sobre los riesgos del tabaquismo, e ilustro las políticas antitabaco de todos los países occidentales. En años sucesivos, ofreció nuevos informes con propuestas en este mismo campo, algunos de los cuales fueron el origen de medidas como el etiquetado en los paquetes de cigarrillos o las prohibiciones de fumar en espacios públicos.

Las redes sociales como elemento relevante de salud pública

No se puede saber todavía si el informe que acaba de publicar, en relación con el impacto en la salud mental de las redes sociales, tendrá tanta trascendencia como los que se publicaron en relación con el tabaco, pero es indudable que la categoría que le ha dado a este asunto ya constituye un nuevo elemento de interés para prevencionistas y clínicos. 

El informe se ha publicado en el mes de mayo de 2023, y tiene como título Social Media and Youth Mental Health. Se desarrolla a lo largo de 25 páginas, y es el fruto de un trabajo de colaboración con diversas agencias e instituciones públicas y privadas estadounidenses, y de la revisión de abundante bibliografía.

 

 

 

Comienza por afirmar que casi el 95 % de los jóvenes de 13 a 17 años informan que usan algún tipo de red social, y más de un tercio dice que las usan “casi constantemente”.

Reconoce que aunque las redes sociales pueden ofrecer algunos beneficios, cada vez hay más evidencia de que su uso está asociado con daños a la salud mental de los jóvenes. Y además, que afectan de manera colateral a estilos de vida que tienen relevancia en la esfera preventiva, como las alteraciones del sueño y la reducción de la actividad física.

Se considera especialmente relevante, en términos de salud pública, que la adolescencia y la niñez representan una etapa crítica en el desarrollo del cerebro, que puede hacer que los jóvenes sean especialmente vulnerables a los daños de las redes sociales. De ahí que se demande la adopción de medidas urgentes en materia de investigación, reducción de los daños y creación de entornos más seguros y saludables para proteger a los jóvenes.

“Estamos en medio de una crisis nacional de salud mental juvenil, y preocupa que las redes sociales sean un factor importante de esa crisis, una posible causa que debemos abordar con urgencia”, establece el informe.

Entre los beneficios que perciben los adolescentes y que informan en encuestas, autodeclaran que las redes sociales les ayudan a sentirse más aceptados (58 %), como si tuvieran personas que les pueden apoyar en los momentos difíciles (67 %), como si tuvieran un lugar para mostrar su lado creativo (71 %), y más conectados con lo que sucede en la vida de sus amigos (80 %).

Sin embargo, el uso de las redes sociales puede ser excesivo y problemático. Investigaciones recientes muestran que los adolescentes que pasan más de tres horas al día en las redes sociales doblan su riesgo de experimentar sintomatología relacionada con la salud mental, como depresión y ansiedad. También pueden perpetuar la insatisfacción corporal, los comportamientos alimentarios desordenados, la comparación social y la baja autoestima, algo que se produce con mayor incidencia entre las adolescentes.

De hecho, un tercio o más de las niñas de 11 a 15 años dicen que se sienten “adictas” a ciertas plataformas de redes sociales, y más de la mitad informan que les sería difícil dejarlas. Cuando se les preguntó sobre el impacto de las redes sociales en su imagen corporal, el 46 % de los adolescentes de 13 a 17 años dijo que las redes sociales les hacen sentir peor, el 40 % dijo que no les hace sentir ni mejor ni peor, y solo el 14 % dijo que les hace sentir mejor.

Además, se calcula que el 64 % de los adolescentes están “a menudo” o “a veces” expuestos a contenido basado en el odio a través de las redes sociales. Los estudios también han demostrado una relación entre el uso de las redes sociales y la mala calidad del sueño, la reducción de la duración del sueño, las dificultades para dormir y la depresión entre los jóvenes. 

El informe del U.S. Surgeon General ofrece recomendaciones de impacto comunitario para ayudar a garantizar que los jóvenes y sus familias dispongan de información y herramientas para que las redes sociales sean más seguras. 

Plantea que los legisladores adopten regulaciones para fortalecer los estándares de seguridad, incluso limitando el acceso en determinados casos, proteger mejor la privacidad, apoyar la alfabetización digital, y desarrollar investigación en este ámbito. 

Por su parte, las empresas de tecnología han de evaluar mejor y con mayor transparencia el impacto de sus productos en los niños, compartir datos con investigadores independientes para aumentar el análisis de la evidencia sobre su impacto, tomar decisiones relativas al diseño y usabilidad que prioricen la seguridad y la salud, y mejorar los sistemas para brindar respuestas efectivas y oportunas a las quejas y amenazas detectadas.

Los padres y cuidadores tienen la responsabilidad de conocer cómo este fenómeno puede afectar a sus hijos, establecer espacios libres de tecnología que fomenten mejor las relaciones personales, educar sobre comportamientos responsables, y ser capaces de detectar e informar sobre actividades problemáticas.

Y también hay un espacio para la responsabilidad de los propios niños y adolescentes. Se les pide que sepan adoptar prácticas saludables como limitar el tiempo que dedican a las plataformas, aprender a bloquear contenido no deseado, tener cuidado al compartir información personal, y comunicarse si ellos o un amigo necesitan ayuda o ven acoso o abuso en las plataformas.

Lo más relevante de este informe (que viene a coincidir en el tiempo y en sus contenidos con otros que se han publicado, como el que recogíamos en el artículo de esta misma sección (“ El decálogo de los psicólogos norteamericanos sobre uso de redes sociales por jóvenes”) consiste en cómo se eleva el tema de las redes sociales a un ámbito de preocupación relevante en términos de salud pública, casi como hace sesenta años ocurrió con el tabaquismo.