El colesterol remanente: un factor novedoso en el riesgo de infarto agudo de miocardio

  • Olga Fernández Castro
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El colesterol remanente está formado por todas las lipoproteínas ricas en triglicéridos. Estudios previos lo han identificado como uno de los principales valores lipídicos asociados a la incidencia de cardiopatías coronarias. Un estudio español publicado recientemente ha investigado la relación entre niveles elevados de colesterol remanente y el síndrome coronario agudo en pacientes hospitalizados.

Colesterol remanente y enfermedad cardiovascular

Los niveles elevados de colesterol remanente se han asociado con el riesgo de eventos cardiovasculares mayores.

Una investigación española, publicada en 2020 y basada en la cohorte PREDIMED, analizó la asociación de este colesterol remanente con eventos cardiovasculares graves en personas mayores con alto riesgo cardiovascular. 

Los resultados mostraron que valores de colesterol remanente mayores o iguales a 30 mg/dl, pero no las lipoproteínas de alta intensidad (HDL) o de baja intensidad (LDL), se asociaban con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares.

Ahora, el nuevo estudio español publicado en el European Journal of Preventive Cardiology, realizado en pacientes hospitalizados con síndrome coronario agudo asocia los niveles de colesterol remanente elevados con un mayor riesgo de mortalidad e insuficiencia cardiaca a largo plazo. 

“Se trata de un concepto relativamente nuevo que se engloba dentro de lo que actualmente se conoce como ‘riesgo cardiovascular residual’ y que se sale un poco de los factores de riesgo tradicionales que son la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y el LDL. Sabemos que hay personas que aún teniendo niveles normales de LDL, siguen teniendo eventos cardiovasculares. Es otra forma de ver las partículas del colesterol circulante, que no son solo el LDL”, explica a Univadis España el primer autor del estudio, Alberto Cordero, cardiólogo en el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de San Juan, en Alicante, e investigador en la Unidad de Investigación en Cardiología FISABIO, en Valencia. 

Mayor mortalidad a largo plazo

El trabajo ha estudiado un total de 7.479 pacientes con síndrome coronario agudo ingresados en el Complejo Hospitalario de la Universidad de Santiago (A Coruña) y en el Hospital Universitario de San Juan (Alicante), con una media de edad de 68 años y a los que se les hizo un seguimiento durante cinco años. El colesterol remanente se calculó mediante la ecuación: colesterol total menos colesterol LDL menos colesterol HDL, y los valores mayores o igual a 30 mg/dl se consideraron altos. 

“Lo que hicimos fue comprobar cómo tenían el colesterol remanente los pacientes que ingresan por un infarto agudo de miocardio y vimos que el 45 % lo tiene alto, por encima de 30 g/dl”, apunta el especialista. Quien añade que hallaron una asociación entre el colesterol remanente elevado y una mayor mortalidad a largo plazo en los pacientes tras el alta médica, así como más riesgo de reingreso por insuficiencia cardiaca. 

“Hemos visto que a partir de 60 mg/dl de colesterol remanente se eleva significativamente el riesgo de mortalidad en el seguimiento a cinco años”, indica. Sin embargo, el estudio no observó una mayor mortalidad en la fase hospitalaria, ya que según explica el Dr. Cordero, “el colesterol remanente en esta fase no tiene un valor pronóstico porque lo que causa mortalidad es que tengan un infarto evolucionado, hipotensión, fallo renal, afectación del ventrículo, es decir, es una situación mucho más hemodinámica que metabólica. Sin embargo, los que han ingresado con el colesterol remanente elevado, aunque no fallezcan en la fase hospitalaria, a largo plazo sí que mueren más”.

Un factor de prevención

El estudio también encontró una relación entre el colesterol remanente, la edad y el índice de masa corporal. “Hay una relación progresivamente decreciente con la edad: cuanto mayor es la edad, más bajos son los valores de colesterol remanente. Y cuanto más joven es la persona, más alto. Un índice de masa corporal alto también se asoció con mayor colesterol remanente”, explica Cordero. Con estos hallazgos, ¿podría utilizarse como indicador en prevención primaria? 

El cardiólogo explica que “distintas sociedades científicas han elaborado un documento de consenso para que los informes de las analíticas sean mejores e incluyan el colesterol remanente. Son formas de mejorar un poco la calidad de los informes y que salten más alertas para que veamos que algunos pacientes realmente no están bien controlados”. La fórmula para medir este tipo de colesterol es sencilla: Basta con restar al colesterol total, el LDL y el HDL. Lo que queda son partículas ricas en triglicéridos. Es una forma de ver los triglicéridos circulantes. Cuanto más bajo esté, mejor. Por debajo de 30”, concluye el cardiólogo.