El cambio climático aumenta la gravedad y la propagación de muchas enfermedades infecciosas

  • Dr. Thomas Kron

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Más de la mitad de las enfermedades conocidas causadas por patógenos pueden verse exacerbadas por el clima extremo y el cambio climático. Esta es la conclusión de los autores de un artículo de revisión publicado hace unos días en la revista científica Nature Climate Change. El Science Media Center pidió al Dr. Renke Lühken, del Instituto de Medicina Tropical Bernhard Nocht de Hamburgo, una clasificación y evaluación. Lühken es jefe del Grupo de Ecología de Arbovirus del Departamento de Arbovirología y Entomología.

Encuesta: el cambio climático preocupa más a los jóvenes que la COVID 19

Las posibles consecuencias del cambio climático son bien conocidas. Durante años científicos, políticos y activistas del clima han advertido sobre los. En Alemania, por ejemplo, el cambio climático preocupa a los jóvenes más que la pandemia de la COVID 19, según una encuesta representativa publicada por el recién creado Centro Liz Mohn de la Fundación Bertelsmann. Según la encuesta, el cambio climático global es un problema para los niños y adolescentes: casi el 48 % de los jóvenes de 16 a 18 años y el 46 % de los de 12 a 13 años dicen estar muy preocupados por ello. La pandemia de la COVID-19, en cambio, preocupa a muy pocos jóvenes. Los niños de 12 a 13 años son los que están más preocupados (29 % de 12 a 13 años, 20 % de 14 a 15 años, 17 % de 16 a 18 años).

Catástrofes naturales, olas de calor, propagación de patógenos tropicales

La preocupación por el cambio climático está justificada. Según los investigadores del clima, el calentamiento global está provocando más catástrofes naturales (tormentas, inundaciones, desprendimientos de tierra) y olas de calor extremas más frecuentes que en el pasado, lo que puede causar una serie de problemas de salud, incluso mortales, sobre todo a las personas mayores y a los enfermos crónicos. El espectro abarca desde complicaciones cardiovasculares, como arritmias cardiacas, hasta patologías pulmonares y síntomas neurológicos. Otra de las consecuencias del calentamiento global de la que se viene hablando desde hace tiempo es la propagación mundial de patógenos tropicales. Dos ejemplos son los virus del dengue y del chikungunya.

Además, según los estudios, el cambio climático también influye en la salud mental de algunas personas. La mera preocupación por el cambio climático, que se percibe como una amenaza similar a la del terrorismo y la guerra nuclear, supuestamente desencadena ansiedad, angustia y depresión, especialmente en las mujeres jóvenes con alta conciencia medioambiental. Sin embargo, hasta la fecha se ha prestado poca atención a las consecuencias psicológicas, escribían hace unos años en el Bundesgesundheitsblatt los doctores Maxie Bunz y Hans-Guido Mücke, de la Agencia Federal de Medio Ambiente de Berlín. En el mundo anglosajón esto se conoce como ecoansiedad, el miedo causado por los cambios inminentes en el medio ambiente.

Más de 800 estudios evaluados

La reciente publicación en Nature de Camilo Mora (Universidad de Hawai en Mānoa, Honolulu, Estados Unidos) y sus colegas refuerza las preocupaciones existentes. La evaluación sistemática de 830 estudios muestra una conexión explícita entre las condiciones influidas por el calentamiento global, como por ejemplo la temperatura o la subida del mar, y la aparición de patógenos, explica Renke Lühken. Se aplica una definición muy amplia de patógenos que incluye tanto los patógenos transmisibles (como el virus del Nilo Occidental causado por los mosquitos) como los no transmisibles, como los alérgenos de las plantas. Con el calentamiento del planeta aumenta el riesgo de enfermedad de la mayoría de los patógenos considerados. Según el especialista, el estudio muestra de forma clara que muchas vías de transmisión diferentes influyen en varios patógenos. Esta complejidad hace que la adaptación de la sociedad sea muy difícil, por lo que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero debe seguir siendo la contramedida más importante.

Los vectores desempeñan un papel importante

Según Lühken, el aumento de las temperaturas y los cambios en los regímenes de precipitaciones suelen aumentar el riesgo de patógenos transmitidos por los llamados vectores, como los mosquitos o las garrapatas. Esto es preocupante, dice, porque solo hay vacunas aprobadas para algunos de estos patógenos. Sin embargo, es interesante que los mismos procesos puedan tener una influencia diferente en los mismos patógenos, continuó Lühken. Las sequías, por ejemplo, podrían reducir la prevalencia de la malaria o del virus chikungunya al reducir los criaderos de mosquitos. Pero en otros casos, la sequía podría provocar un aumento de la densidad de mosquitos en menos lugares de cría.

En Alemania y Europa ya se observa la influencia de los fenómenos del cambio climático en los patógenos. También en este caso, los patógenos transmitidos por vectores desempeñan un papel importante. Según Lühken, especies exóticas de mosquitos, como el mosquito tigre asiático, se están estableciendo en amplias zonas de Europa. El mosquito tigre asiático es especialmente responsable de los brotes del virus chikungunya y del dengue en la región mediterránea. Al mismo tiempo, según el especialista, los patógenos transmitidos por especies nativas de mosquitos, como el virus del Nilo Occidental, se están extendiendo en Europa. En España en el verano de 2020 provocó graves problemas en varios municipios de la provincia de Sevilla.

Según Lühken, y como también señalan los autores del artículo en la revista Nature, es necesario adoptar medidas agresivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para reducir los riesgos futuros de los patógenos. Al mismo tiempo se deben establecer sistemas de vigilancia para detectar los cambios en la prevalencia de los agentes patógenos en una fase temprana. Además, hay que desarrollar ya escenarios de prevención, por ejemplo, para combatir los mosquitos. Lühken finaliza: "En Europa Central podemos aprender sobre todo de los países de la región mediterránea o del sur, que llevan muchos años enfrentándose a los patógenos que se propagan actualmente”. 

Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Alemania.