El cambio climático afecta a nuestro microbioma intestinal
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La actividad humana influye en el cambio climático, el medio ambiente y nuestro microbioma. De hecho, esta última reacciona y se adapta a los cambios que debe afrontar. Un reciente artículo publicado en Human Nutrition & Metabolism aborda estas cuestiones.
Un proceso insidioso en marcha
El sistema climático que protege la vida en la Tierra es un delicado equilibrio de interacciones y composición de la atmósfera, los océanos, los casquetes polares, la superficie terrestre y sus componentes. Actualmente se sabe que la actividad humana, incluida la silvicultura, la producción de residuos, los desplazamientos basados en combustibles fósiles, la agricultura intensiva y la ganadería, es la causante de la producción de gases de efecto invernadero y del cambio climático.
Múltiples investigaciones han demostrado que la proporción y estructura de bacterias, arqueas y hongos hifales en los suelos, entre 40.000 y 50.000 por gramo de tierra, han cambiado como consecuencia de la actividad humana y el cambio climático.
Este sutil equilibrio es esencial para la capacidad de adaptación de las especies, para las interrelaciones entre ellas, para la fertilidad del suelo y para la regulación de los gases de efecto invernadero a través del ciclo del nitrógeno, el fósforo y el carbono.
Estos cambios en la calidad del suelo afectan a la calidad de la alimentación humana. Estos alimentos con propiedades nutricionales modificadas afectan a su vez al equilibrio de la microbiota intestinal humana, cerrándose así el círculo.
Relación entre el respeto de la naturaleza y la salud humana
El microbioma intestinal desempeña un papel fundamental en la salud humana. Contribuye a la respuesta nutricional, el metabolismo, los procesos fisiológicos del organismo y el sistema inmunitario. La ciencia ha puesto de relieve el papel del microbioma intestinal, a través de su función de barrera y de los metabolitos que sintetiza, en la prevención de la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares e inflamatorias y el cáncer. Las carencias de macronutrientes (malnutrición) y micronutrientes pueden afectar a la abundancia y el equilibrio de la microbiota intestinal. Modificar ciertas actividades humanas y preservar la calidad del microbioma del suelo terrestre puede ayudar a prevenir el riesgo de enfermedad inflamatoria intestinal, celiaquía, eccema, síndrome del intestino permeable, obesidad, diabetes y enfermedades autoinmunes.
Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Francia.
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