EAS 2022 — Cómo el entorno modifica el riesgo de enfermedad cardiovascular
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En la sesión “Entorno y riesgo cardiovascular” celebrada durante el Congreso 2022 de la Sociedad Europea de Ateroesclerosis, presidida por Dan Gaita (Rumanía) y Jeanine E. Roeters van Lennep (Países Bajos), los expertos analizaron la función de diversos factores ambientales y del estilo de vida que pueden influir en el riesgo de enfermedades cardiovasculares en la vida en los seres humanos.
Riesgos alimentarios (Alice H. Lichtenstein, Estados Unidos)
Históricamente, una mala calidad en la alimentación se ha relacionado con un mayor riesgo de morbimortalidad por enfermedad cardiovascular. En un estudio reciente se muestra que el riesgo alimentario es el principal factor de riesgo de enfermedad isquémica cardiaca e incluso que otros factores de riesgo destacados en la lista, como la elevación de la presión arterial sistólica, el colesterol de lipoproteínas de baja densidad y la glucosa en sangre en ayunas, están estrechamente relacionados con la alimentación. El riesgo alimentario se evalúa en función de múltiples factores, como la baja ingesta de frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos, semillas, legumbres, fibra y mariscos, y la ingesta elevada de ácidos grasos trans, sodio, carnes procesadas y bebidas azucaradas.
En 2021, la Asociación Estadounidense de Cardiología (American Heart Association, AHA) publicó directrices alimentarias para mejorar la salud cardiovascular. En lugar de centrarse en los componentes individuales de los alimentos, las directrices hacen especial hincapié en los patrones alimentarios, que es la suma de todos los alimentos y bebidas consumidos. La Dra. Lichtenstein afirma que necesitamos enfoques creativos para promover mejoras en los patrones alimentarios desde una perspectiva de prevención y no solo actuar después de que se haya producido un episodio cardiovascular.
Ejercicio y riesgo de enfermedad cardiovascular (Patrick Schrauwen, Países Bajos)
El ejercicio ayuda a mantener una buena salud metabólica al desplazar los lípidos del hígado/corazón/músculos. El ejercicio por la tarde puede ser especialmente beneficioso para la salud metabólica. Los efectos beneficiosos del ejercicio son patentes en una gran diversidad de personas, incluidas las que son delgadas u obesas, o las que padecen diabetes de tipo 2 o hígado graso no alcohólico. Sin embargo, el 20 % de las personas no responde de forma adecuada al ejercicio a pesar de realizarlo. Pasar menos tiempo sentado puede producir unos efectos beneficiosos equivalentes a los del ejercicio.
Contaminación acústica (Thomas Münzel, Alemania)
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Europea de Medio Ambiente, en Europa occidental se pierden cada año al menos 1,6 millones de años de vida saludable a consecuencia del ruido relacionado con el tráfico. El ruido de aviones es el más molesto y es probable que desempeñe una función en la aparición de hipertensión, la arteriopatía coronaria, la insuficiencia cardiaca y los ictus. En un estudio europeo se mostró que el ruido de aviones se asociaba de forma significativa con la mortalidad por infarto de miocardio, con independencia de la exposición a la contaminación atmosférica. En particular, un fuerte estímulo de ruido nocturno (>50 dB), puede desencadenar episodios cardiovasculares agudos. En otro estudio se halló que las molestias extremas relacionadas con el ruido se asociaban con el aumento de los riesgos de arritmia y enfermedad cerebral.
El Dr. Münzel explica que una exposición elevada al ruido da lugar a la activación de la amígdala lo que, a su vez, activa el sistema nervioso simpático y desencadena una vía de inflamación sistémica, inflamación ateroesclerótica y complicaciones cardiovasculares graves posteriores.
Microbiota intestinal y alimentación occidental (Tess Yntema, Países Bajos)
La disbiosis intestinal se asocia con varias enfermedades, incluyendo las enfermedades cardiovasculares. Cada vez hay más pruebas que apuntan a un papel de la alteración de la microbiota intestinal en la aparición de ateroesclerosis. Utilizando un modelo murino de inactivación del receptor de las lipoproteínas de baja densidad (Ldlr-/-), los investigadores demostraron que las bacterias comensales producían un efecto ateroprotector y específico según el sexo en ratones alimentados con pienso. Además, los investigadores hallaron que una alimentación de tipo occidental neutralizaba el efecto ateroprotector y específico según el sexo de las bacterias comensales en los ratones Ldlr-/-.
Infecciones infantiles (David Burgner, Australia)
Está bien establecido que el riesgo de enfermedad cardiovascular se acumula a lo largo de toda la vida. Dado que la enfermedad cardiovasculares se considera ahora una enfermedad que puede, en gran medida, evitarse, determinados acontecimientos que se producen al principio de la vida podrían ser objeto de prevención. La inflamación, estímulo inflamatorio clave durante la infancia, también es fundamental para la patogénesis de la ateroesclerosis en todas las etapas. Existen datos epidemiológicos sustanciales que relacionan las infecciones infantiles con la enfermedad cardiovascular en la edad adulta. Las infecciones leves durante el primer año de vida se han asociado a perfiles metabolómicos y lipidómicos adversos, y se sabe que los mismos perfiles son proaterogénicos y diabetogénicos en adultos.
De acuerdo con el Dr. Burgner, hay varias preguntas clave sin respuesta: si determinadas infecciones son peores que otras y si hay ventanas específicas de vulnerabilidad en la infancia que se puedan abordar.
Microplásticos (Karsten Grote, Alemania)
Los microplásticos se definen como partículas de plástico de 1 μm a 5 mm de tamaño. La absorción de microplásticos en los seres humanos se produce principalmente por ingesta, por inhalación respiratoria y, con menor frecuencia, por exposición cutánea. No se sabe mucho sobre la carga de los microplásticos en los seres humanos, pero hay algunas pruebas que muestran su presencia incluso en tejidos distantes como la placenta y la córnea, lo que indica su capacidad para atravesar la barrera intestinal. Los microplásticos podrían desempeñar una función en la aparición de la ateroesclerosis por medio de múltiples mecanismos, tales como el aumento de los marcadores inflamatorios, la activación del endotelio y del epitelio, y el aumento de la adherencia de los monocitos endoteliales.
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