¿Dónde está presente el virus de Crimea-Congo en España?

  • Carlos Sierra, PhD

  • Maria Baena
  • Noticias
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La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, a pesar de lo que su exótico nombre pueda hacer pensar, está considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad emergente en zonas de Europa Occidental, entre las que se encuentra España. 

Esto es un dato muy preocupante, ya que esta infección zoonótica causada por el virus de ARN Orthonairovirus, del género Nairovirus, y que se transmite mediante la picadura de una garrapata o por el contacto con sangre o tejidos de animales infectados, es la enfermedad viral hemorrágica más expandida en el mundo, lo que supone un grave problema de salud pública debido a su carácter pandémico, la importancia de los síntomas provocados: posibilidad de fiebre, dolor muscular, mareos, cefaleas, náuseas, vómitos, somnolencia, dolor abdominal, taquicardia, erupciones cutáneas y hemorragias, e incluso, en los pacientes graves, un rápido deterioro renal, o insuficiencia hepática o pulmonar repentina, lo que se traduce en  una elevada tasa de mortalidad en las personas infectadas, un 30 % aproximadamente; y la falta de medidas efectivas de mitigación para combatirla.

Por todo ello, la OMS la ha catalogado como una de las siete enfermedades pandémicas prioritarias en las que urge investigar para poder disminuir su fatal impacto en la humanidad.

Con este objetivo en mente, investigadores del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), pertenecientes también al CIBER de Enfermedades Infecciosas, en colaboración con profesionales de la Universidad de Zaragoza, la Universidad Complutense de Madrid, el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, y los ministerios de Sanidad y Agricultura, Pesca y Alimentación han llevado a cabo un estudio en torno a la distribución del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en España. Los resultados de esta investigación, liderada por las Dras. Anabel Negredo y Maria Paz Sánchez Seco y que se llevó a cabo entre 2016 y 2018, han sido recientemente publicados en la revista Emerging Infectious Diseases, órgano de difusión científica de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. 

Distribución del virus de Crimea-Congo en España

Este virus se detectó por primera vez en España en 2010 en garrapatas capturadas sobre animales, pero no fue hasta 2016 cuando se diagnosticaron los primeros casos humanos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Desde esa fecha se han detectado otros ocho casos en nuestro país: uno en 2013, recientemente documentado en un estudio retrospectivo; dos (uno de ellos hallado retrospectivamente en 2018), tres en 2020 y dos en 2021. Estos números, que pueden parecer pequeños, revelan en realidad una distribución del virus más amplia de lo esperado inicialmente. Por ello, en 2016 se puso en marcha este estudio multidisciplinar con el objetivo de determinar la distribución nacional de garrapatas con el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, ya que, conocido este dato, se puede prever el número estimado de casos de la enfermedad que pueden darse en humanos e implementar estrategias de prevención.

En él, se buscó localizar el virus mediante el análisis con técnicas moleculares de más de 12.584 garrapatas provenientes de vegetación (1.791 muestras) y animales (10.793 muestras) de diversas áreas geográficas. Estas regiones se escogieron porque, a priori, son las presentan unas condiciones más favorables para la existencia del virus. Estas zonas se localizan en cinco comunidades autónomas: Extremadura, Castilla La Mancha, Castilla y León, Madrid y Andalucía. Los resultados obtenidos confirmaron la conveniencia de haber realizado este estudio “ya que el virus se detectó finalmente en 135 muestras provenientes de Cáceres (Extremadura), Madrid , Toledo (Castilla La Mancha) Ávila (Castilla y León), Córdoba y Cádiz  (Andalucía), lo que confirma su extensión por un área geográfica importante de España”, declaró la Dra. A. Negredo.

La principal fuente de preocupación: la garrapata Hyalomma lusitanicum

Los datos resultantes de la secuenciación de las muestras positivas mostraron la presencia de diferente genotipos (genotipos I, III y IV) del virus, encontrándose mayoritariamente en las garrapatas Hyalomma lusitanicum, las que, por otra parte, también fueron la especie más frecuente hallada en este estudio.

Respecto a los huésped mayoritario de estas garrapatas en España, todos los indicios apuntan al ciervo común (Cervus elaphus) y al jabalí, lo que explica porque este tipo de garrapata se está propagando rápidamente por España, ya que este último animal se está expandiendo a gran velocidad a lo largo de amplias áreas de la geografía española.

El impacto en los humanos

A día de hoy, dar una respuesta sobre cómo el virus de Crimea-Congo presente en H. lusitanicum puede incrementar el riesgo de transmisión a humanos es complejo por varias razones. La primera, porque se necesitan datos de más áreas de España para concretar la distribución real del virus y conocer el origen de las cepas circulantes. 

Además, “la presencia de las garrapatas como parásito en personas no se ha estudiado lo suficiente, quizá porque no se hayan identificado con precisión en muestras obtenidas en humanos”, apuntaron las investigadoras principales del estudio.

Pero, “lo que sí podemos afirmar es que este estudio aporta nuevos datos para conocer mejor la dinámica de circulación y propagación del virus, mejorar la investigación, diagnóstico y vigilancia de la infección, y desarrollar herramientas de detección adecuadas. Por ello, supone una muestra más de la necesidad de mantener e impulsar la vigilancia de este virus en España”, concluyeron las expertas.