Diario de una estudiante: "Telemedicina y el estudiantado de Medicina"
- Esther Cacho Lobo
Hace apenas dos años y medio una pandemia vino para cambiarlo todo. La COVID19 desmontó la atención médico-paciente presencial para poner una barrera telefónica entre ambos extremos de la cadena comunicativa.
No fue fácil adaptarse a la nueva situación, ni para los médicos ni para los pacientes. Si ya es difícil de por sí dar una atención de calidad, ¿cómo hacerlo usando unas herramientas desconocidas?, ¿cómo enfrentarse a críticas constantes?, ¿cómo manejar una enfermedad desde la distancia?...
Estas situaciones son las que nos demuestran que nunca es suficiente. En muchas ocasiones olvidamos formar tanto a los profesionales como a los futuros médicos en las vías de atención al paciente para así poder mejorar el servicio que se ofrece. El conocimiento teórico va de la mano de las habilidades comunicativas. Por ello, sería conveniente enseñarnos a todos las herramientas de videoconferencia con las que contamos para ponernos en contacto con los pacientes, habilidades para desarrollar una consulta telefónica y algoritmos de selección de pacientes para el desarrollo de cada tipo de consulta (telemática o presencial).
Hace dos meses se realizó una encuesta para un trabajo de la asignatura de Informática Médica de 5º curso del Grado en Medicina de la Universidad de Extremadura (UEx) para conocer qué sabían nuestros médicos y estudiantes sobre la telemedicina. Se envió a todos los servicios del Hospital Universitario de Badajoz y a todo el estudiantado del Grado en Medicina de la Universidad de Extremadura. Se obtuvo respuesta de 70 médicos y de 150 estudiantes .
Analizando las respuestas obtenidas en la encuesta realizada a los médicos del Hospital Universitario de Badajoz observamos que a la pregunta: “¿Considera que su servicio hace un buen uso de la telemedicina?” la mayoría de ellos responde: “Sí, pero podría mejorar”. Anclando esta respuesta a una nueva pregunta: “¿Cómo podría mejorar?” las opciones más respondidas fueron: “recibiendo formación” y “con un mejor aprovechamiento de los recursos”.
Los profesionales encuestados encontraron dificultades en varios apartados propuestos: la asistencia a los pacientes, lectura del lenguaje no verbal y comprensión de la información. En contraposición, consideraron que la calidad de vida del paciente es el parámetro que más información revela, ya que todos los médicos señalaron que esta ha mejorado en todos los pacientes que son usuarios de esta modalidad.
En vista de las respuestas obtenidas concluimos que un médico que desarrolle la telemedicina debería mostrar como valores primordiales empatía, adaptabilidad y paciencia. Dejando en un segundo plano la disponibilidad, la flexibilidad y el rigor científico. Además, la mayoría de los médicos afirman no haber recibido ningún tipo de formación previa para la realización de consultas telemáticas.
Acorde a la última respuesta de los médicos, relacionada con la formación, podemos establecer un vínculo con la que los estudiantes aportaron. La mayoría de ellos habían escuchado hablar de esta modalidad aunque no sabían dar una definición de ella. Tampoco sabían a quién está orientada la telemedicina. El 100 % de los estudiantes encuestados consideraron que esta modalidad es importante, aunque no sustituta del desarrollo presencial de la medicina. Y más del 75 % de los estudiantes afirmaron no haber recibido formación en este campo.
En conclusión, la telemedicina es el presente y el futuro y, a pesar de que no podrá reemplazar la asistencia presencial, si se considera una herramienta complementaria en el abordaje de las patologías. Por ello, es importante formar a nuestros profesionales y a los estudiantes de todas las facultades en este campo y poder mejorar el servicio que se ofrece.
Esther Cacho Lobo es estudiante de Medicina de la Universidad de Extremadura.
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