Diario de una estudiante: la temida ECOE

  • Esther Cacho Lobo
  • Editorial
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Marzo, con más de dos tercios del curso académico completados, es el mes cuando en mi facultad comienzan una serie de talleres que se impartirán hasta llegar al final del curso con el objetivo de repasar conceptos de cara la ECOE. 

La Evaluación Clínica Objetiva Estructurada (ECOE) es una herramienta muy valorada en la formación médica. Consiste en la realización de una prueba diseñada para evaluar de manera objetiva las habilidades clínicas de los estudiantes mediante la simulación de situaciones clínicas en un entorno controlado. 

Todos los estudiantes de medicina españoles nos enfrentamos a esta prueba al terminar el sexto curso de nuestra carrera. El examen se compone de varias estaciones, cada una de las cuales simula un escenario clínico diferente. En cada una de ellas, los estudiantes deben realizar una evaluación clínica completa y detallada de un paciente simulado, lo que incluye la obtención de la historia clínica, la exploración física y la realización de pruebas diagnósticas pertinentes. Una vez que han terminado en una estación, los estudiantes deben pasar a la siguiente, hasta completar todas las del examen.

Cada estación de la ECOE tiene un tiempo limitado para terminarse, lo que aumenta la presión sobre los estudiantes y los obliga a ser precisos y eficientes en su evaluación clínica. Además, los estudiantes son evaluados por examinadores expertos que utilizan una lista de verificación detallada para evaluar su desempeño en cada estación. En la ECOE, además de valorar los conocimientos clínicos, se evalúan habilidades genéricas, tales como la comunicación con el paciente, la ética médica, la capacidad para trabajar en equipo y la gestión del tiempo y los recursos.

En los últimos momentos de la carrera de medicina de un estudiante, la ECOE representa un hito importante en su formación clínica. Muchos estudiantes se preparan para ella durante varios meses, practicando y perfeccionando sus habilidades clínicas. También reciben orientación y apoyo por parte de sus profesores y tutores, quienes les proporcionan información detallada sobre el formato del examen y los criterios de evaluación.

El perfil de estudiante de sexto a estas alturas del curso es el de asistente a prácticas por las mañanas, consumidor de talleres por las tardes y escritor del trabajo de fin de grado (TFG) por las noches. Todo el mundo aprovecha los talleres, pues son una gran oportunidad para ver tus puntos débiles y poder mejorarlos. Además, aunque para nosotros ahora mismo la ECOE suponga un gran reto, cuando preguntamos a compañeros de cursos anteriores, la mayoría consideran esta prueba como una oportunidad para demostrar todo lo que han aprendido durante su formación clínica y para consolidar su conocimiento clínico. 

En conclusión, si eres estudiante de sexto y en un par de meses te enfrentas a esta prueba solo puedo darte un consejo, que yo también tendré que aplicarme, y es que confíes en lo que has construido durante estos seis años. ¡Ánimo y suerte, casi médico!

Esther Cacho Lobo es estudiante de 5º de Medicina en la Universidad de Extremadura.