Diario de una estudiante: “¿Falta de médicos o falta de oportunidades?”

  • Esther Cacho Lobo

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Hace días, el gobierno anunciaba el plan de aumentar un 15 %  las plazas de Medicina en las universidades. Con esto se conseguiría formar a 1.000 futuros médicos más cada año y con ello paliar la falta de médicos. Pero, ¿es esta la solución al problema?

Esta medida que idealmente parece solucionar el mayor de los problemas, debe ser analizada en todas las vertientes a las que afecta para comprenderla.  

En primer lugar, cabe destacar la tendencia decreciente que en los últimos años sufre el número de profesorado. Cada vez más alumnos y cada vez menos profesores, ¿cómo puede asegurarnos esto una enseñanza de calidad?

Sin tutores, no hay prácticas. Sin prácticas, no hay formación. Si se aumenta el número de estudiantes, pero no el de tutores, la situación desemboca en un mayor número de alumnos por médico, es decir, en saturación de las consultas y más trabajo para el profesional. Todo esto resulta en detrimento tanto de la formación de los estudiantes como de la calidad asistencial. Deberíamos trabajar primero en asegurar una calidad formativa de todos los estudiantes antes de forzar un aumento de estos en las prácticas. 

Por otro lado, todos los años, miles de Médicos Internos Residentes (MIR) terminan su residencia. A muchos de ellos no les ofrecen un contrato para continuar y se tienen que ir a buscar su sitio en el extranjero. A otros tantos, les ofrecerán contratos precarios con condiciones que más parecen una burla que una oportunidad. 

También se debe tener en cuenta el porcentaje de médicos recién graduados que deciden elegir vías alternativas al MIR, como marcharse al extranjero para hacer su especialidad. Fuera del país, donde tu formación sí importa, donde las condiciones difieren mucho de lo que tenemos aquí y donde la oportunidad sí existe. 

Quizás si cuidáramos a nuestros docentes, a nuestros profesores asociados, a los tutores clínicos y a nuestros MIR, la formación sería de mayor calidad, las prácticas más enriquecedoras y esas plazas, que al gobierno le falta por rellenar, estarían completas.

Al fin y al cabo, bajo mi punto de vista, el gobierno ha cometido un error de diagnóstico. No ha sabido (o no ha querido) reconocer la causa real del problema, y si esto fuese un cuadro vírico, el gobierno lo habría tratado con antibióticos. 

Yo os pregunto: ¿No hay médicos suficientes o no hay oportunidades suficientes?

Esther Cacho Lobo es estudiante de sexto de Medicina en la Universidad de Extremadura.