Diario de una estudiante: “El impacto de las prácticas en los estudiantes de Medicina”

  • Esther Cacho Lobo
  • Editorial
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Las prácticas de Medicina pueden ser una de las experiencias más emocionantes y abrumadoras en la carrera de un futuro médico. Después de años de estudio teórico, finalmente llega el momento de poner en práctica lo aprendido en un entorno real. Esta oportunidad es un gran logro, pero también puede ser una fuente de nerviosismo y ansiedad. 

En primer lugar, es normal sentirse abrumado por la cantidad de información y responsabilidades que implica el trabajo en una clínica o un hospital. Durante las prácticas, los estudiantes de Medicina debemos aprender a trabajar en equipo, comunicarnos con los pacientes y sus familias, tomar decisiones rápidas y precisas, y estar siempre atentos a las necesidades de los pacientes. Este nivel de exigencia puede generar una gran presión y estrés.

Además, debemos enfrentarnos con emociones que son inherentes al trato con pacientes. A menudo, nos encontramos con personas que están pasando por momentos difíciles, como enfermedades graves o dolor crónico. En estas situaciones, es importante que consigamos empatizar con los pacientes, pero también debemos cuidar de no vernos afectados demasiado emocionalmente. Este equilibrio es difícil de alcanzar, y es común que experimentemos sentimientos de tristeza, ansiedad, impotencia o frustración. Por otro lado, las prácticas también pueden ser una fuente de alegría y satisfacción. Los estudiantes podemos ver cómo nuestro futuro trabajo tiene un impacto positivo en la vida de las personas, ya sea al aliviar el dolor de un paciente, hacer un diagnóstico preciso o proporcionar una terapia efectiva. 

Estos momentos de triunfo pueden reforzar nuestra motivación y confianza, y nos recuerdan por qué elegimos estudiar Medicina. Sin embargo, también hay situaciones difíciles en las que podemos sentir que vamos a fracasar. A veces, a pesar de ver cómo los médicos que nos tutorizan dan sus mejores esfuerzos, los pacientes no mejoran o sufren complicaciones. En estas situaciones, los estudiantes podemos sentirnos desanimados y cuestionar nuestra capacidad para ser buenos médicos. 

Es importante recordar que los errores son inevitables en cualquier campo, y que debemos aprender de ellos y seguir adelante. En última instancia, lo que experimentamos durante las prácticas son una mezcla compleja de emociones positivas y negativas. Si bien es importante ser consciente de estas emociones, es igual de importante encontrar maneras de manejar el estrés y la presión que se presentan. Esto puede incluir hablar con compañeros de clase o profesores, hacer deporte, disfrutar de la vida social… 

En resumen, las prácticas de Medicina pueden ser una experiencia emocionante, pero también abrumadora. Es normal experimentar sentimientos de ansiedad, tristeza, frustración o alegría durante este tiempo. Es importante encontrar maneras de manejar estas emociones, y recordar que los errores y las situaciones difíciles son oportunidades para aprender y crecer. Al final, las prácticas son una parte muy importante de nuestra formación de los médicos, y una experiencia que nos ayudará a convertirnos en profesionales. 

Esther Cacho Lobo es estudiante de sexto de Medicina en la Universidad de Extremadura.