Diario de una estudiante: “Antes y después de morir”

Como os comentaba, hace no mucho atendimos a un paciente que había intentado quitarse la vida. No era un chico cualquiera, era el hermano de una de mis mejores amigas. Me impactó tanto verlo allí. No sabía cómo reaccionar, tampoco si era correcto hablar con mi amiga, pues no sabía si ella estaba al tanto… fue una situación durísima. Decidí mantenerme al margen, no quería involucrarme por si esto provocaba consecuencias peores. 

Con las Navidades de por medio, las reuniones de amigos son más frecuentes. Durante este tiempo he visto a mi amiga numerosas veces y jamás ha contado nada acerca de su hermano. Solo había en mi una duda: ¿Lo sabrá ella? 

A principios de la semana pasada, resolví mi duda. Un joven de 20 años apareció muerto, un suicidio que esta vez si tuvo éxito y arrebataba la vida al chico. ¿Adivináis quién era? El hermano de mi amiga. 

Sigo sin saber cuál debería haber sido mi actitud. Por un lado tengo un deber de confidencialidad, que no puedo incumplir. Por otro, me pregunto si podría haber evitado su hermana este desenlace si se lo hubiera contado. 

El suicidio convive con nosotros, cada vez más. En mi provincia ha habido aproximadamente el triple de muertes por suicidios que por accidentes de tráfico en el último año.

Esther Cacho Lobo es estudiante de Medicina en la Universidad de Extremadura.