Diario de un estudiante: Las facultades de Medicina, un boom insostenible
- Ángel Benegas Orrego
- Maria Baena
- Editorial
En España, la formación médica se ha puesto de moda y así lo demuestra el incansable aumento de nuevas facultades de medicina en el territorio nacional. Tanto es así que, en los últimos 10 años, hemos pasado de tener menos de una treintena de ellas a superar las 45. Poder satisfacer la demanda para estudiar el grado en Medicina es una de las razones objetivas por las que las comunidades autónomas plantean seguir con esta dinámica, pero ¿qué precio paga la formación médica del país? Voy a intentar realizar una checklist analizando los puntos más importantes acerca de la apertura de nuevas facultades.
En primer lugar, en España NO HACEN FALTA más médicos. Esta justificación siempre ha sido una de las razones principales por parte de las autoridades. En realidad, en España existe una pésima planificación entre la oferta y la demanda en este ámbito y, es que, en nuestro país, encontramos un exceso de médicos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa recomendada es de 0,5 centros por cada 100.000 habitantes y en España nos situamos prácticamente en el doble. Para que se entienda, según estos estándares deberíamos tener unos 4.600 estudiantes de nuevo ingreso en el grado y, actualmente, tenemos más de 7.000. ¿Qué implica tener estos números de nuevo ingreso? La existencia de una bolsa de médicos sin especialidad ya que la oferta real de formación sanitaria especializada supera, con creces, el número de personas que egresan anualmente de estos centros.
En segundo lugar, debemos conocer que las facultades de medicina se sostienen por el profesorado clínico que existe en ellas, pero actualmente existe un déficit de profesorado notable. Existe una disminución de esta figura, tal y como ha denunciado en reiteradas ocasiones la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina de España y además, hasta el año 2026 seguirá en descenso. El principal problema existente son los criterios de acreditación docente exigidos por las diferentes agencias, cosa que bajo mi punto de vista deberíamos revisar y reescribir para favorecer la incorporación de personas implicadas con la formación médica. Entonces, ¿cómo es posible la apertura de nuevas facultades sin contar con las necesidades docentes propias de un centro?
En tercer lugar, tenemos el punto de vista del propio estudiantado y la saturación de los hospitales y centros de salud. Al existir nuevas facultades de medicina inexorablemente existirán más estudiantes en los centros sanitarios, lo que hace que descienda drásticamente la calidad docente y asistencial conllevando a una repercusión negativa en la salud y en la calidad de la población.
Todos estamos de acuerdo en la necesidad de las habilidades y competencias prácticas en la formación médica, pero debemos ser conscientes en la calidad de dicha docencia. ¿Estamos formando a médicos de libro? ¿Verdaderamente son capaces de enfrentarse a pacientes de todo tipo? ¿Son capaces de comunicarse adecuadamente, según el ámbito en el que estén? ¿Pueden llevar a cabo procedimientos, bajo supervisión, de técnicas inocuas? La respuesta a muchas de esas preguntas es, desgraciadamente, en sentido negativo y debemos luchar para poder cambiar y girar el sentido de la formación 180 º.
En cuarto lugar, debemos conocer cuánto cuesta una facultad de medicina, ya que en comunidades autónomas en las que ya existe alguna facultad, la creación de una nueva supone un auténtico gasto innecesario. Si tras estudios se viese necesario el aumento de estudiantes, sería más rentable el aumento de los números clausus (número de personas de nuevo ingreso en una determinada titulación) antes que la creación de una nueva facultad. Para aumentar el número de profesionales en determinadas áreas la solución no está en aumentar el número de estudiantes de medicina, sino en incrementar el número de plazas MIR acorde a los estudios de demografía médica existentes, además de mejorar las condiciones laborales que se ofertan en nuestro sistema sanitario.
Por todo ello, concluyo diciendo que la apertura de nuevas facultades de medicina no demuestra la necesidad de médicos en España, pone de manifiesto el déficit de profesorado, augura un descenso en la calidad docente y asistencial que pueden recibir los pacientes y es un auténtico despilfarro de dinero que podría emplearse en mejorar las ya existentes.
Ángel Benegas Orrego es estudiante del Grado en Medicina y miembro del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM).
Desafortunadamente este artículo no esta disponible para usuarios no logados
Has alcanzdo el límite de artículos por usuario
Acceso gratuito Un servicio exclusivo para profesionales sanitarios