Cuidados críticos para el personal sanitario
- Lara Reid
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Ahora que en abril la Organización Mundial de la Salud (OMS) cumple 75 años, esta hace un llamamiento urgente a todas las naciones para que protejan, apoyen y amplíen su personal sanitario en respuesta a los inmensos retos surgidos por la pandemia de la COVID-19. Los gobiernos deben basarse en la flexibilidad generada durante la pandemia y empoderar al personal sanitario y asistencial garantizando una remuneración justa y unas condiciones de trabajo dignas para todos.

"El personal sanitario y asistencial de todo el mundo ha trabajado en circunstancias extremas durante los últimos tres años", declaró a Univadis Jim Campbell, Director de Personal Sanitario de la OMS. "Demasiado personal se infectó con la COVID-19 y murió. Demasiados sufren ahora ansiedad, estrés y agotamiento. Pero su capacidad humana para adaptarse bajo tanta presión salvó innumerables vidas".
Ante la previsión de una escasez de 10 millones de profesionales sanitarios y asistenciales en todo el mundo para 2030, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios, la OMS pide que se amplien las inversiones, la protección y la seguridad del personal sanitario. El sector sanitario está en crisis en muchos países, con escasez crónica de personal en muchos servicios, huelgas por salarios justos y demandas de mejora de las condiciones laborales, así como preocupación por el bienestar y la protección de los trabajadores sanitarios en el lugar de trabajo. La escasa inversión en educación, junto con el desajuste entre la formación y las cualificaciones que se requieren actualmente, también requieren una atención especial por parte de los gobiernos y los líderes.
Para facilitar el debate y compartir ejemplos de buenas prácticas, la OMS celebró su Quinto Foro Mundial sobre Recursos Humanos para la Salud durante la Semana Mundial del Trabajador Sanitario, del 3 al 5 de abril de 2023, en Ginebra (Suiza). A la conferencia híbrida asistieron unos 4.000 delegados de todo el mundo.
"Resulta alentador que los participantes en el foro reconocieran que los países de todos los niveles de ingresos son testigos de una fuerza de trabajo agotada y compartieran preocupaciones legítimas sobre las condiciones de trabajo, los niveles de dotación de personal y la remuneración", señala Campbell. "Hay una necesidad acuciante de que gobiernos y empleadores apoyen a los profesionales sanitarios y asistenciales que tanto han dado para protegernos".
Los debates del foro se centraron en tres nuevos informes publicados por el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud. En ellos se abordan las principales enseñanzas extraídas de la pandemia de la COVID-19, la necesidad de reforzar las estructuras de personal y la gestión intersectorial para aumentar la resiliencia, y la necesidad de inversiones específicas en sistemas sanitarios digitales.
La principal prioridad para los próximos años en todos los países debe ser mejorar la atención primaria y garantizar la equidad sanitaria para todos. En el foro se compartieron ideas y planes para el desarrollo del personal sanitario en la era posterior a la COVID-19.
"Durante la pandemia han surgido muchos ejemplos de buenas prácticas que se recogen en los informes políticos del foro y en los debates sobre el papel de la gestión intersectorial", afirma Campbell. "Las buenas prácticas implican el liderazgo de los jefes de gobierno, el trabajo conjunto de todos los ministerios y una articulación clara de los beneficios colaterales de proteger e invertir en el personal sanitario y asistencial".
En muchos casos, los gobiernos europeos avanzan a buen ritmo en cada uno de estos ámbitos, señala Campbell. Las reformas del personal sanitario son competencia de varios fondos y subvenciones de los Estados miembros de la Unión Europea, y algunos países han utilizado activamente su presupuesto de emergencia de la COVID-19 para invertir en la mejora de las cualificaciones y en transiciones ecológicas y digitales. Las herramientas digitales, en particular las que permiten la telemedicina y las consultas a distancia, deben utilizarse ampliamente para apoyar la atención al paciente y mejorar el seguimiento. Sin embargo, hay que tener cuidado para no exacerbar las desigualdades en términos de acceso digital, y la seguridad debe ser una parte integral de la asistencia sanitaria digital y la recopilación de datos para garantizar la privacidad del paciente.
Las mujeres siguen siendo el género dominante tanto en la profesión sanitaria como en los cuidados no remunerados en todo el mundo, y muchas de ellas han desempeñado papeles vitales a lo largo de la pandemia. Sin embargo, sus necesidades específicas suelen pasarse por alto a la hora de elaborar políticas.
Los responsables de la elaboración de políticas sanitarias también deberían aprovechar la flexibilidad aportada por la pandemia de la COVID-19. Existe la oportunidad de capitalizar las estructuras de personal multidisciplinarias y basadas en equipos, por ejemplo, garantizando que la formación y las habilidades de cada persona se aprovechen al máximo. Se necesita una gran inversión en formación y educación, y la OMS recomienda que cada país se proponga aumentar lel número del personal sanitario graduado para que los trabajadores del sector sanitario representen cada año entre el 8 % y el 12 % de la mano de obra activa. El trabajo en el sector sanitario y asistencial debe ser reconocido y valorado abiertamente por su contribución vital a la sociedad en general. Centrar la atención en estos objetivos debería, a su vez, fomentar la retención de la mano de obra existente y animar a nuevo personal a incorporarse.
"Los cambios en el ámbito de la práctica, las funciones de los equipos y el uso de la tecnología durante la pandemia han demostrado su valor", afirma Campbell. "La flexibilidad de las normativas también ha sido primordial, sobre todo en lo que respecta a los programas de desarrollo y despliegue de vacunas. Sin embargo, quizá la lección más valiosa que podemos extraer de la pandemia es que debemos proteger a todos y cada uno de los trabajadores sanitarios y asistenciales y garantizar que cada Estado nación cumpla sus obligaciones de ofrecer un trabajo digno."
Este contenido fue publicado originalmente en Univadis.com
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