¿Cuál es la relación entre los desequilibrios hormonales y la obesidad?
- Pura C. Roy
- Noticias
En el marco del Día Europeo de las Hormonas, celebrado el pasado 15 de mayo, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha destacado la relación entre los desequilibrios hormonales y la obesidad al tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de las personas. “La relación entre hormonas y obesidad es una cuestión bidireccional. La obesidad causa problemas hormonales, alterando sus niveles y por otro lado, el mal funcionamiento de ciertas hormonas pueden generar obesidad al no poder controlar bien los procesos vinculados con el sobrepeso”, explica a Univadis España la doctora Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la SEEN.
La obesidad es un problema en el que influyen múltiples factores. Entender el funcionamiento de las hormonas y cómo poder modularlas es fundamental para mejorar uno de los factores que pueden favorecer el aumento de peso. Hay que matizar, comenta de Hollanda, “que la obesidad no es una enfermedad puramente hormonal. Sin embargo, las personas con obesidad normalmente presentan una alteración en diferentes sistemas hormonales que puede tener consecuencias patológicas”.
Alteraciones hormonales en personas con obesidad
La obesidad se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa en el organismo, fundamentalmente en el tejido adiposo y cuando este último se satura, infiltra los órganos. “En la obesidad se alteran los niveles circulantes en sangre de diferentes hormonas como la leptina, la adiponectina (producidas por el tejido adiposo), la hormona del crecimiento, la grelina, la insulina o la testosterona, entre otras”, manifiesta la doctora de Hollanda.
Las hormonas regulan procesos esenciales como el crecimiento y la reproducción, el metabolismo de la glucosa, las grasas, la respuesta inmunitaria, el sueño y el estado de ánimo, entre otros. Algunas de estas hormonas están influidas por factores genéticos, otras por el estilo de vida o por patologías médicas, pero también por los cambios en el peso o la composición corporal. Y de ahí su importancia.
La obesidad, señala de Hollanda, puede inducir un estado de resistencia al funcionamiento de ciertas hormonas, como en el caso de la insulina. Según datos de la SEEN entre el 25 % y el 50 % de las personas con obesidad tiene resistencia a la insulina, lo que puede derivar en diabetes de tipo 2.
Otras hormonas, como la vitamina D, se pueden ver afectadas por la obesidad. En consecuencia también se podrían ver alterados los niveles de paratohormona, y por tanto el metabolismo óseo. El papel del endocrinólogo aquí es fundamental ya que muchas veces alrededor de la vitamina D se dan unas expectativas que no existen, por tanto hay que interpretar su déficit y saber quién debe ser tratado por esta alteración”, apunta la experta.
Alteraciones hormonales que pueden producir obesidad
Otras alteraciones hormonales como el hipotiroidismo, el exceso de cortisol o de la hormona del crecimiento se puede asociar a un incremento de peso y a la obesidad.
Patologías como el síndrome del ovario poliquístico, y otros trastornos en los que se produce una alteración de las hormonas gonadales (estrógenos y progestágenos), como la menopausia, también se asocian a aumento de
peso y cambios en la composición corporal que favorecen la acumulación de grasa.
“Es importante tener en cuenta el síndrome de ovario poliquístico. Este afecta a un número considerable de mujeres jóvenes. Al tener varios fenotipos puede comportarse de forma diferente en cada mujer, pero una consecuencia es la resistencia a la insulina y fundamental para regular los niveles de glucosa en sangre”, señala de Hollanda.
Nuevos avances
Desde la SEEN destacan las investigaciones de los últimos años sobre el papel que desempeñan las llamadas “hormonas del hambre”, como la grelina y la leptina, en la regulación del apetito y el control del peso corporal.
“La grelina se produce en el estómago y estimula el apetito, mientras que la leptina, producida por las células grasas, quita el apetito y promueve la saciedad”. La leptina es una hormona sintetizada en el tejido adiposo, cuyo receptor se encuentra en el hipotálamo.
Por ello, el estudio de las hormonas gastrointestinales, que regulan el hambre y la saciedad, es actualmente una de las líneas prioritarias para el área de Endocrinología y Nutrición. Además cuenta con una gran inversión por parte de la industria farmacéutica. En opinión Hollanda “la investigación es muy prometedora y ya se han obtenido resultados espectaculares con nuevos medicamentos que alteran o regulan estas hormonas y ofrecen una esperanza a las personas con obesidad grave”.
Papel del endocrinólogo
La figura del endocrinólogo es fundamental en el manejo de la obesidad, siendo el eje de un enfoque multidisciplinar. Desde la SEEN destacan la importancia de mantener un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada y actividad física regular.
“En los casos más graves, además de fomentar un estilo de vida saludable, se recurre al tratamiento farmacológico en el que se utilizan análogos de hormonas gastrointestinales o incluso cirugía bariátrica, que también actúa como un gran modulador de estas hormonas”, concluye la endocrinóloga.
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