Crisis sanitaria en Ucrania: entre el riesgo de COVID-19 y la falta de material
- Fabio Turone (Agenzia Zoe)
- Maria Baena
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Mientras sigue aumentando la trágica cifra de fallecidos en Ucrania por la invasión rusa, crece también la preocupación por la crisis humanitaria y sanitaria provocada por el éxodo forzoso de millones de ciudadanos, algunos de los cuales ya han cruzado las fronteras del país en busca de protección.
Según las cifras oficiales facilitadas por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la primera semana de conflicto armado fallecieron 136 civiles, entre ellos 13 niños y otros 400 (entre ellos 26 niños) resultaron heridos. Son cifras conservadoras, muy inferiores a las más de 2.000 comunicadas por fuentes gubernamentales ucranianas.
Riesgo de COVID-19 entre los refugiados
"Como en cualquier situación de guerra, las condiciones sanitarias también están riesgo por la imposibilidad de mantener las prácticas normales de higiene, por lo que es fácil contraer enfermedades de transmisión oro-fecal e intoxicaciones alimentarias", declaró a Univadis Medscape Italia Fabrizio Pregliasco, director de salud del IRCCS (Istituto Ortopedico Galeazzi) y profesor de Higiene de la Universidad de Milán. "Hoy en día, esto se ve agravado por el riesgo de un resurgimiento de la infección por la COVID-19, también en vista de la baja tasa de vacunación en Ucrania, donde solo un tercio de la población está vacunada".
Según el portal Our World in Data, hasta el 23 de febrero (día en el que comenzó el conflicto y se interrumpió la campaña de vacunación en el país), solo el 34,5 % de la población había recibido al menos dos dosis de la vacuna, mientras que el 35,6 % había recibido al menos una dosis, solo el 1,7 % había recibido también la dosis de refuerzo. Ucrania es un país que sufre una desconfianza histórica hacia las vacunas, hasta el punto de que solo el 53 % de la población está vacunada contra la polio. El temor a que la afluencia masiva a las zonas fronterizas pueda dar lugar a focos de contagio es real, sobre todo porque algunos países vecinos, como Rumanía, también tienen tasas de vacunación muy bajas. En una situación en la que todas las medidas de prevención -desde la distancia social hasta el uso de mascarillas, que ahora son imposibles de encontrar- han fracasado, y en la que muchas personas se hacinan en espacios reducidos entre los campos de refugiados y los sótanos utilizados como refugios, la previsión de un repunte de los contagios entre quienes han abandonado sus hogares es considerada por el experto como "inevitable".
El número de refugiados que han cruzado las fronteras de Polonia, Rumanía, Hungría, Moldavia y Eslovaquia ha alcanzado el millón, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, el italiano Filippo Grandi. "La situación de estos refugiados es preocupante", explica Grandi, "porque muchos están agotados y en estado de hipotermia y deshidratación tras días de caminar en el frío y sin comida ni agua. Muchos salieron pensando que solo tardarían unas horas en cruzar la frontera, pero las horas se han convertido en días, por carreteras en las que ya no hay estaciones de servicio ni lugares donde comprar comida.
Infraestructuras dañadas
La situación para aquellos que se han quedado en Ucrania es aún más alarmante. Las infraestructuras sanitarias ya están gravemente dañadas y el trabajo de médicos y enfermeras se complica por los cortes de electricidad, con los sistemas informáticos en riesgo de apagón y la progresiva escasez de medicamentos y material, desde gasas a tiritas y bombonas de oxígeno, que ya son casi imposibles de conseguir, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"La salud debe seguir siendo una prioridad clave de la respuesta humanitaria, y la protección debe permitir que los sistemas de salud y los lugares de atención sigan funcionando de forma segura y sigan siendo accesibles para todas las personas que necesitan atención", dijeron el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, y el Director Regional para Europa, Hans Henri Kluge, en una declaración conjunta. "Esto debe incluir también la provisión de suministros médicos esenciales, incluido el oxígeno, que es crucial para una amplia gama de pacientes, incluidos los aproximadamente 1.700 que están actualmente ingresados con COVID-19 y todos los que se encuentran en estado crítico, desde la primera infancia hasta la vejez".
Desgraciadamente, se ha informado de numerosos ataques contra hospitales e infraestructuras sanitarias: "La semana pasada tuvimos la confirmación de un ataque con armas pesadas en un hospital que mató a cuatro personas e hirió a otras diez, entre ellas seis trabajadores sanitarios y estamos verificando otros numerosos informes", señaló el Dr. Ghebreyesus.
El suministro de oxígeno, explica la OMS, está en peligro porque los camiones no pueden transportarlo con seguridad desde los fabricantes hasta los hospitales y porque la producción de oxígeno médico requiere una materia prima, la zeolita, que Ucrania debe importar del extranjero.
Los programas de atención primaria, de detección y de vacunación también están evidentemente comprometidos, y esto, junto con la afectación del suministro de agua y del alcantarillado, hace temer un resurgimiento de enfermedades infecciosas prevenibles como el sarampión y la poliomielitis, según un informe de la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Poliomielitis. Un brote de poliomielitis el pasado mes de enero había llevado a las autoridades sanitarias a lanzar una campaña de vacunación que comenzó a principios de febrero: debía llegar a 140.000 niños en todo el país, pero tuvo que ser interrumpida.
"El conflicto en Siria causó una reducción significativa de la cobertura de vacunación contra la polio, lo que llevó a un brote en 2017", explica la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio, destacando otra cruel característica de los tiempos de guerra, que expone a los grupos de población más vulnerables, con las mujeres a la cabeza, a mayores riesgos.
Primeros suministros y médicos voluntarios
El jueves 3 de marzo, la base logística de la OMS en Polonia esperaba la llegada de los primeros suministros de equipos, medicamentos y materiales para Ucrania.
"La prioridad actual es la creación de corredores humanitarios para llevar la ayuda, sobre la que se ha firmado un acuerdo", dijo Michael J. Ryan, director ejecutivo del programa de emergencias sanitarias de la OMS, a Univadis Medscape Italia, señalando que la organización intergubernamental también necesita recuperar el acceso a un gran almacén en Kiev lleno de suministros médicos. "Los ataques contra el personal y las infraestructuras sanitarias constituyen una violación del derecho internacional", concluyó.
A la espera de que llegue la ayuda al país, se multiplican las iniciativas para atender a los refugiados. Un grupo de 15 médicos y paramédicos organizado por la asociación de voluntarios israelíes United Hatzalà fue el primero en llegar a la frontera entre Ucrania y Moldavia, donde se calcula que ya hay 70.000 refugiados.
"Todos están traumatizados, y nosotros estamos formados para prevenir el desarrollo de un trastorno de estrés postraumático", explica Linor Attias, responsable de situación de la asociación. "El primer día aquí asistí a una madre con un niño de 6 años en estado de shock, que durante los tres días del viaje había estado agarrado a la pierna de su madre, que estaba agotada. Le di una muñeca que me había regalado mi hija para que se la llevara, y con eso empezó a calmarse. Entonces le pregunté si le apetecía venir a ayudar al equipo, y le di una chaqueta oficial. Por fin se desprendió de su madre y pudo dormir un poco".
En una misión similar participó la asociación nacional de asistencia pública (ANPAS), presidida por Pregliasco, que tras organizar una misión en la frontera polaca para traer a las familias de algunos trabajadores ucranianos que viven en Italia, colabora ahora, a través de la red de Samaritanos Internacionales, con la asociación eslovaca en un proyecto de construcción y gestión de un campo de refugiados con 200 tiendas de campaña en la frontera.
En Irlanda, un grupo de médicos ucranianos se ha movilizado y ha recaudado más de 100.00 euros en un solo día con la iniciativa Medical Help Ukraine, con la que se ha comprado una ambulancia y dos furgonetas que llevarán medicamentos y material médico: "En Ucrania hay médicos que trabajan las 24 horas del día todos los días", explica el oncólogo Alexandar Boychak, originario de la ciudad ucraniana de Rohatyn, que lleva 20 años en Irlanda. "Sin embargo, el principal problema en este momento es que la gente se muere porque no hay suministros para tratarla. La infraestructura sanitaria ha sido destruida y las farmacias se ven obligadas a cerrar.
La ambulancia se desplegará en Ucrania, mientras que las dos furgonetas irán de un lado a otro: "Llevaremos ayuda de emergencia para mantener a los pacientes con vida en el día a día: tiritas, drenajes torácicos, mascarillas, equipos de protección personal", explica Boychak, "es una situación muy cambiante, así que seguiremos atentos y enviaremos lo que nuestros contactos nos digan que es más necesario".
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