COVID-19: uso del pulsioxímetro en el domicilio

  • Paolo Spriano

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La abrumadora velocidad de transmisión del SARS-CoV-2 ha provocado cambios igualmente rápidos y profundos en la prestación de la asistencia sanitaria, especialmente en la atención primaria, lo que ha fomentado la adopción de modelos de seguimiento de pacientes a distancia. 

Hoy en día sabemos que la infección por el SARS-CoV-2 es benigna en la mayoría de los individuos pero, en aproximadamente el 10 % de los casos, desencadena una neumonía hipoxémica, que conduce a una enfermedad crítica en aproximadamente el 3 % de los casos[1]. Durante la pandemia, el hallazgo de casos de hipoxia silenciosa en pacientes con COVID-19 fue tal que planteó la cuestión de si los pacientes deberían haber utilizado pulsioxímetros en casa para medir la saturación de oxígeno en lugar de confiar en la disnea subjetiva como indicador de deterioro clínico.

Las pruebas demuestran que la saturación de oxígeno en sangre periférica (SpO2) es un indicador crítico del deterioro de los pacientes con COVID-19 y la pulsioximetría puede ser una  buena herramienta para monitorizar a distancia la SpO2 de los pacientes y determinar si requieren atención hospitalaria o pueden ser tratados con seguridad en sus domicilios[2]. Teniendo esto en cuenta, a partir de marzo de 2020, muchos programas de monitorización remota de pacientes con COVID-19 han incluido el pulsioxímetro en el domicilio, pero todavía no se conoce bien la eficacia de estos programas. 

COVID-19 monitorización del paciente a distancia

COVID Watch es un programa de seguimiento llevado a cabo como parte de una red de asistencia sanitaria en un sistema de salud de 6 hospitales de Estados Unidos, en el que se inscribieron adultos cuyas historias clínicas electrónicas documentaban una infección por COVID-19. El programa COVID Watch tuvo una duración de 2 semanas, durante las cuales se enviaron mensajes de texto automáticos dos veces al día para obtener información sobre la disnea y ofrecer a los pacientes una atención rápida por parte del personal de enfermería. El estudio COVID Watch demostró una mayor supervivencia de los sujetos inscritos en el programa en comparación con los que recibieron la atención habitual y no tuvieron seguimiento a distancia[3]. Estos antecedentes permitieron iniciar un ensayo controlado aleatorizado de la cohorte de pacientes de COVID Watch, asignando aleatoriamente a los participantes en una proporción 1:1 a la monitorización estándar y pulsioxímetro en el domicilio o al programa estándar solo[4]. En el grupo de intervención con pulsioxímetro, los pacientes fueron monitorizados para detectar síntomas subjetivos o una saturación de oxígeno baja o decreciente. El resultado primario se definió por el número de días que el paciente con COVID-19 seguía vivo y fuera del hospital a los 30 días. Los resultados mostraron que no había diferencias significativas entre los dos grupos de pacientes con respecto al número de días que estuvieron vivos fuera del hospital a los 30 días (media de 29,4 frente a 29,5 días, para el grupo de pulsioxímetro y el grupo estándar, respectivamente; p=0,58). Así, se comprobó que, en los pacientes con COVID-19, la monitorización remota de la pulsioximetría domiciliaria no dio lugar a resultados diferentes (por el número de días de vida fuera del hospital) que la evaluación subjetiva de la disnea sola[4].

Pulsioxímetro: la lección de la COVID-19

Una revisión sistemática sobre el tema publicada en Lancet Digital Health[5] identificó 13 estudios con un total combinado de 2.908 participantes. Todos los estudios siguieron un diseño de cohorte abierto y 11 estudios no tenían un grupo de control. La mayoría de los estudios se realizaron durante la primera ola de la pandemia. El objetivo común era evaluar la eficacia y la seguridad del uso del pulsioxímetro en la monitorización a distancia de los pacientes con COVID-19 en el domicilio.

Características de los modelos de monitorización a distancia:

  • Uso de pulsioxímetros junto con otras herramientas como termómetros, un medidor de flujo máximo, un manguito de presión arterial y tablas de control de síntomas. 
  • Línea telefónica de emergencia 24 horas para los pacientes.
  • Diferentes umbrales de SpO2 en los que se activaron los cuidados avanzados. En cuatro estudios, el umbral fue una SpO2< 92 % fue el umbral para activar la asistencia.
  • En 5 de 11 estudios se disponía de una aplicación móvil o una página web para las lecturas de la SpO2, que permitía a los pacientes comunicarlas de forma independiente

En resumen, se puede afirmar que:

  • No hay pruebas claras de los efectos en la salud de los pacientes de la monitorización a distancia mediante pulsioxímetro.
  • La monitorización de la SpO2 en el domicilio proporciona una red de seguridad que permite identificar un signo temprano de deterioro: la disminución de la SpO2
  • La monitorización de la SpO2 ayudó a evaluar a los pacientes con COVID-19 a distancia y guió la intensificación de los cuidados. 
  • Los pacientes monitorizados se consideraron estables si su SpO2 en reposo era >94% y la disminución de la SpO2 tras una prueba de marcha rápida (postest) era <5%; en caso contrario, se recomendó la intervención de los servicios de emergencia

Recomendaciones para un modelo ideal de monitorización a distancia

Se utilizó el modelo de Donabedian[6] para estructurar el sistema de monitorización a distancia utilizando el pulsioxímetro. Este modelo es una buena herramienta para enmarcar los indicadores de estructura, proceso y resultado (SpO2) que determinan la integración de la pulsioximetría en el sistema de atención al paciente COVID-19 en el domicilio. 

Diseño 

  • Preparar la infraestructura y el desarrollo tecnológico necesarios para la supervisión: crear una página web, una aplicación móvil o una plataforma de monitorización para supervisar las lecturas de la SpO2 y vincularlas a las lecturas de la historia clínica del paciente.
  • Proporcionar suficientes recursos humanos para el seguimiento de los pacientes (ratio personal-paciente): ajustar según la gravedad de la enfermedad y el riesgo esperado de deterioro entre los pacientes controlados. 
  • Entrega segura del pulsioxímetro a los participantes: planificar la entrega segura dentro de un periodo de tiempo conveniente desde la inscripción.
  • Educación del paciente sobre el uso del pulsioxímetro: todos los pacientes deben recibir una formación adecuada sobre la medición de la SpO2 para garantizar la precisión y la eficacia del sistema y asegurar la seguridad del paciente.

Proceso

  • Seguimiento de los participantes durante un periodo de tiempo suficiente para detectar el deterioro: los periodos oscilaron entre 5 y 30 días, con una media de 12,7 días; siendo este el tiempo mínimo sugerido a la hora de elaborar un programa de seguimiento.
  • Estandarización del método y la frecuencia de medición y registro de la SpO2: los pacientes deben evaluar su SpO2 en reposo después de sentarse o descansar durante 5-10 minutos. La SpO2 después de un esfuerzo debe ser monitorizada y medida después de caminar durante 20-60 segundos. La frecuencia del control varía de 1 a 4 veces al día.
  • Garantizar la seguridad del paciente proporcionando una línea de emergencia 24/7 para los participantes: deben tener acceso continuo a una línea telefónica que responda a sus dudas, además de las líneas normales de emergencia médica

Resultados

  • Pacientes que requieran cuidados intensivos tras notificar una concentración de SpO2 crítica: el umbral de SpO2 debe estar predeterminado para identificar e intensificar la atención a los pacientes que puedan estar en riesgo. La mayoría de los modelos establecen una SpO2 < 92 % en reposo. Algunos modelos establecen un umbral de atención para SpO2 = 94 %. Para la SpO2 después del ejercicio, este umbral se estableció como una disminución de la SpO2 > 3 - 5 % después del ejercicio.
  • Número de consultas en línea necesarias por paciente durante el periodo de seguimiento: las consultas en línea (no urgentes) deben considerarse como la primera opción para la evaluación clínica. Pueden transformarse en una visita en persona o en una derivación hospitalaria, según el caso.
  • Proporción de pacientes que requieran hospitalización: medida de resultados que se utiliza para evaluar la eficacia de un programa de monitorización a distancia. 
  • Mediana de días de hospitalización entre los pacientes: medida para evaluar el efecto sobre la calidad de vida de los pacientes y su uso de los servicios sanitarios.

Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Italia.