EPA 2023 – Depresión inmuno-metabólica: un subtipo de depresión poco estudiado

  • Shrabasti Bhattacharya
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En investigaciones recientes se ha mostrado que los mecanismos inmuno-metabólicos pueden jugar un papel importante en la fisiopatología de la depresión, con ciertos pacientes que informan de mayor inflamación y respuestas distintas al tratamiento que otros pacientes. Para entender mejor la relación entre la depresión y las alteraciones inmuno-metabólicas, los expertos se reunieron en el XXXI Congreso Europeo de Psiquiatría en París, Francia, en una sesión con el título “La relación entre el estrés, la inflamación y el metabolismo en la depresión mayor”.

Inflamación y depresión

La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, con una prevalencia de aproximadamente el 7 % en Europa. La incidencia de la depresión ha aumentado desde la pandemia de COVID-19 y la Organización Mundial de la Salud (OMS) predice que será la primera causa de discapacidad a nivel mundial en 2030.

La depresión es una enfermedad extremadamente heterogénea, con hasta 227 combinaciones de síntomas. Aproximadamente el 25 % de los pacientes con depresión informan de comorbilidades médicas y aproximadamente un tercio no responden a los tratamientos estándar. Estas, además de otras muchas razones, hacen que la depresión sea una enfermedad difícil de diagnosticar y de tratar.

“Desde hace unos años hay mucho interés en el papel de la inflamación en la psiquiatría, especialmente en la depresión”, declara Pilar López-García, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid, España. “No todos los pacientes con depresión presentan inflamación. Pero puede haber un grupo de pacientes que presenten disfunción inmuno-metabólica”. Este subgrupo de pacientes presenta niveles elevados de varios biomarcadores inmunes, como la proteína C reactiva, la interleucina 6 y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α)”.

En un gran estudio del Biobanco de Reino Unido del equipo de Carmine M. Pariante del Kings College de Londres, se mostró que el 21,2 % de los pacientes con depresión informaron de inflamación de bajo grado (niveles de proteína C reactiva >3mg/l) en contraste con el 16,8 % de los pacientes sanos. Factores como la edad avanzada, el sexo femenino, un índice de masa corporal (IMC) mayor y los traumas durante la infancia se asociaron con elevación de los niveles de proteína C reactiva en los pacientes con depresión. La asociación entre la depresión y la inflamación siguió siendo significativa incluso tras los ajustes para los factores clínicos y sociodemográficos mencionados anteriormente.

Pariante declara que en los resultados aún sin publicar de su equipo se encuentra que la expresión de los genes inflamatorios es mayor en pacientes con depresión, incluso en ausencia de inflamación (niveles de proteína C reactiva <1 mg/l). Esto parece sugerir que la inflamación es una característica importante a nivel biológico y molecular en la depresión. “La inflamación es más importante para la depresión de lo que creíamos inicialmente”, declara Pariante.

Características de la depresión inmuno-metabólica

En diversos estudios se ha establecido que la disfunción inmuno-metabólica se vincula con un aumento de la gravedad de los síntomas depresivos, la disfunción cognitiva, la depresión no melancólica y la enfermedad resistente al tratamiento.

Por ejemplo, en un estudio de 2019 se observó que los pacientes con depresión más grave presentan disfunción inmuno-metabólica. En un estudio de 2022 de López-García y su grupo de investigación se estableció un vínculo entre la disfunción metabólica e inflamatoria y el deterioro cognitivo en pacientes con depresión mayor. En los resultados del Consorcio NIMA se demostró que los niveles de proteína C reactiva de >3 mg/l eran más frecuentes en pacientes con depresión resistente al tratamiento frente a no resistente. Resultados similares se observaron para otros biomarcadores, como la interleucina 6 y el factor de necrosis tumoral alfa. También se están utilizando enfoques de aprendizaje automático para diferenciar los tipos de depresión, como la melancólica y la resistente al tratamiento, según los biomarcadores inmuno-metabólicos y los estilos de vida.

Brenda Penninx, catedrática de Psiquiatría epidemiológica en la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) afirma que el 24,6 % de 818 pacientes con depresión en el estudio Netherlands Study of Depression and Anxiety presentaban depresión mayor “atípica” y eran generalmente mujeres, con inicio temprano de la enfermedad, aumento del peso y del apetito, hipersomnia y niveles menores de energía que sus iguales con depresión mayor “típica”. Los pacientes con depresión atípica también tenían IMC significativamente mayores y niveles elevados de marcadores inflamatorios, como proteína C reactiva, interleucina 6 y el factor de necrosis tumoral alfa, en comparación con aquellos con depresión típica y controles sin depresión. El subtipo atípico, por tanto, se ha denominado como depresión inmuno-metabólica. En un estudio reciente de 2016 se diferenciaron las bases genéticas para las formas atípicas de depresión al demostrar que la puntuación de riesgo poligénico de IMC era mayor en la depresión atípica, mientras que la depresión típica se relacionaba estrechamente con la esquizofrenia.

Necesidad de intervenciones personalizadas

Según López-García, la inflamación no es solo una consecuencia de la depresión, también puede causar depresión junto con otras comorbilidades como la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares en personas con un estilo de vida nocivo. Por tanto, las intervenciones sobre el estilo de vida junto con los tratamientos antinflamatorios pueden prescribirse para el subgrupo de pacientes con disfunciones inmuno-metabólicas.

En algunos estudios se apoyan los beneficios de los antiinflamatorios para el tratamiento de los síntomas depresivos. Pero se necesitan estudios mayores que se centren en el subgrupo de pacientes con depresión inmuno-metabólica.

La minociclina, una tetraciclina con propiedades antinflamatorias de amplio espectro, ha demostrado mejorar los síntomas depresivos en pacientes con niveles basales de proteína C reactiva ≥ frente a <3 mg/l en un ensayo aleatorizado de doble ciego. Igualmente, infliximab, un anticuerpo monoclonal anti-TNF mostró resultados prometedores en pacientes con niveles altos basales de biomarcadores inflamatorios.

Existen evidencias de que las intervenciones sobre el ejercicio físico pueden reducir el estrés inmuno-metabólico y beneficiar a los pacientes con mayor inflamación y síntomas más atípicos. En un artículo reciente se ha demostrado que la terapia centrada en correr fue tan efectiva como los antidepresivos en pacientes con depresión y/o ansiedad. La nutrición también tiene un papel fundamental en la mejora general de la salud bien directamente o a través del funcionamiento del microbioma, declara Penninx.