Cautela y optimismo ante la bajada de contagios de la viruela símica en España

  • Pura C. Roy

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Según el último informe epidemiológico del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) del 6 de septiembre, España con 6.749 casos de la viruela símica, sigue siendo el país europeo más afectado. Sin embargo, hace semanas que el número se ha estabilizado y la tendencia es descendente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló el pasado 30 de agosto que el descenso de casos en varios países europeos es un indicio de que el brote de viruela símica puede estar retrocediendo en el continente, aunque insta a aumentar los esfuerzos para eliminar la transmisión. "Hay signos tempranos esperanzadores, como se ha evidenciado en Francia, Alemania, Portugal, España, Reino Unido y otros países de que el brote se puede estar ralentizando", afirmó en rueda de prensa el director de OMS-Europa, Hans Kluge.

Con todas las cautelas sobre esta tendencia descendente, Javier Membrillo, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) expresa a Univadis España que “si bien observamos una tendencia claramente a la baja, las estadísticas hay que interpretarlas bien, ya que muchas veces se habla de datos acumulados y evidentemente estos datos o se mantienen o suben, no pueden bajar. El dato bueno es que se diagnostican menos casos y estamos a la mitad que a finales del mes de julio. En los hospitales vemos  menos pacientes. Hay un control fiable que es la Agencia del Medicamento, ya que cada vez que se dan casos hay que pedir el antiviral oportuno. Los pacientes cuando tienen síntomas consultan y la población de mayor riesgo que son hombres que tienen sexo con hombres están muy concienciados del problema, muchos se han vacunado o conocen los síntomas de la enfermedad”.

Los especialistas siempre han confiado que este descenso se produjera ya que es una infección cuya transmisión necesita  un contacto estrecho y prolongado. Al inicio siempre se da un explosión de casos, pero la inmunidad natural, la vacuna y sobre todo un cambio de conducta, con buena profilaxis y el conocimiento de los síntomas, pueden permitir que decaiga. 

Para Membrillo: “En los países en los que hemos transmitido el mensaje de la precaución, está siendo así. Pero en otros, todo depende del nivel de estigmatización que se tenga con el colectivo de hombres que tienen sexo con otros hombres. En países latinoamericanos, como en Perú, están subiendo. En África no sabemos muy bien la situación. Nos preguntamos si hasta este brote muchos casos no se estaban diagnosticando, tal vez, porque no acudían al hospital salvo que estuviesen muy graves o con lesiones cutáneas en el pene o en el ano”.

Aunque se confirme la bajada no es momento de bajar la guardia. Según el último informe del Ministerio de Sanidad, en España han sufrido complicaciones el 8,9 % de los pacientes. Solo un 3,5 % del total de pacientes fueron hospitalizados y hasta la fecha se han notificado dos muertes.

“En España las dos muertes han sido por encefalitis, dos varones jóvenes, uno tras recibir tratamiento antiviral al que no respondió y el otro cuando llegó al hospital estaba muy grave. Ninguno de los dos tenían una enfermedad grave que les supusiera una inmunosupresión. No eran pacientes con VIH y no tenían otra enfermedad o medicación que les hiciese más susceptibles a una evolución desfavorable de la enfermedad. Sí hemos visto en los hospitales casos graves que presentaron complicaciones a lo largo de su proceso clínico. Las más frecuentes fueron las úlceras bucales y las infecciones bacterianas secundarias”, confirma Membrillo.

Sin embargo, todavía no hay datos para conocer si esta enfermedad puede convertirse en endémica en España. “No estamos seguros pero es posible que sí. Ya que una vez que circula el virus y se siguen frecuentando lugares o situaciones de riesgo, el virus seguirá transmitiendo El control de la enfermedad es necesario, ya que podría afectar a otros colectivos”. En España se han dado 138 casos en mujeres.

Pocos casos y leves en niños

Según una nota informativa emitida por la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP), los casos en población pediátrica en el brote actual son de momento escasos y los cuadros clínicos han sido leves y autolimitados. “Aún así, es importante que los pediatras conozcan las manifestaciones más comunes de esta infección y los procedimientos que se deben llevar a cabo ante una sospecha”.  Se debe saber que otras enfermedades que pueden presentarse con lesiones similares, son mucho más frecuentes en la edad pediátrica. Es el caso de la varicela, el impétigo, los moluscos contagiosos, las infecciones por enterovirus o el prurigo, siendo además afecciones que predominan en la época estival”. Por ello la SUP recomienda la lectura del “Documento de consenso sobre manejo de la viruela del mono en niños”, publicado el pasado 5 de agosto y coordinado por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP).

“A pesar de ser una enfermedad por contacto, es difícil que se dé una cadena de contagios en una guardería o en un colegio de primaria. Tendríamos que tener un niño que se contagie en su entorno familiar. No es imposible, pero el riesgo es bajísimo y el mensaje general debe ser de tranquilidad ya que no hay tanta circulación y la transmisión está siendo baja en España. Puede haber brotes puntuales, como el ocurrido en un local de tatuajes en la población de San Fernando en Madrid el mes pasado, pero deben considerarse casos aislados. En los casos actuales, donde la mayoría se produce por un contacto sexual, las pústulas aparecen con frecuencia en la zona genital o perianal. Pero en caso de contagio por contacto, como suele ocurrir en los niños, las marcas generalmente estarían en las manos y serían más fáciles de identificar”, opina Membrillo.

En un estudio publicado recientemente en The Lancet de casos de niños españoles hasta el 3 de agosto, solo 16 pacientes eran menores de edad. De los cuales cuatro eran menores de cuatro años y otros 12 eran adolescentes entre 13 y 17 años. Los contagios de los niños se habían dado a partir de un conviviente infectado y en los adolescentes, a través de un local de tatuajes donde se produjo un brote y tres por contacto sexual. Únicamente un caso se produjo sin conocerse el origen de la infección.

En las últimas semanas ha arrancado también la vacunación y la Comisión de Salud Pública anunció que la vacuna se administrará vía intradérmica con una dosis de 0,1 ml, salvo embarazadas e inmunodeprimidos que recibirán 0,5 ml por vía cutánea. De forma que la dosis se reduce a una quinta parte y favorecerá la potencial cobertura vacunal.

Con respecto a la vacunación se está haciendo lo que se puede, comenta Membrillo. “Hay una escasez de vacunas a nivel mundial. En Estados Unidos tienen previsto vacunar a 1,6 millones de personas y nosotros hacemos lo que podemos con lo que nos está llegando, algo más de 5.000viales con una autorización para poder sacar cinco veces más, lo que serían unas 25.000 personas. Por lo tanto, no da para hacer una vacunación general de ningún colectivo, ni para todo el personal sanitario. Así que se circunscribe a las personas que han mantenido contactos sexuales estrechos y al personal sanitario que ha tenido un accidente o ha estado sin protección atendiendo a un paciente. Las dosis por los estudios que tenemos resultan correctas e inducen a una inmunidad suficiente”.

Ante las incertidumbres del futuro y las posible emergencias de más enfermedades víricas, Membrillo reivindica que “ante otro posible brote de una enfermedad emergente infectocontagiosa es urgente el reconocimiento de la especialidad de enfermedades infecciosas en España”.