Caso clínico oncología: una niña de 7 años con dolor en el cuello y entre los omóplatos
- Dr. med. Thomas Kron
- Noticias
El dolor de espalda en los niños no debe considerarse un síntoma “trivial”, este es el consejo de la Dra. Kristina Eder y sus compañeros de la Clínica Neurológica Provincial de Linz tras la publicación del caso de una niña de 7 años.
La paciente y sus antecedentes
Tal y como informan los autores, la niña acudió al ambulatorio del Departamento de Pediatría del Hospital Provincial de Mujeres y Niños de Linz por dolor de cuello y entre los omóplatos. Las molestias se acompañaban de una progresiva restricción del movimiento desde hacía tres semanas. No había antecedentes de traumatismo o síntomas sugestivos de infección. La exploración física y la analítica no mostraban alteraciones, tampoco la radiografía de la columna vertebral. Se derivó a consulta de un traumatólogo pediátrico y se aconsejó que, en caso de persistencia de los síntomas, se realizara una resonancia magnética de la columna vertebral. Dos meses después, la niña acudió a otro servicio de pediatría (neurología) de la clínica por síntomas neurológicos rápidamente progresivos.
Pruebas complementarias
- Exploración física: hipoestesia en el dermatoma T5 y paraparesia espástica. Reflejos musculares de las extremidades inferiores aumentados a clonus, reflejo de Babinski positivo en ambos lados.
- Orina residual: 90 ml.
- Resonancia magnética de la columna vertebral: distensión tumoral casi simétrica de las partes dorsales de la cuarta vértebra torácica, extensión del proceso tumoral hacia el canal medular, desplazamiento del saco dural hacia la cara ventral, captación homogénea del contraste, discreta alteración de la señal medular.
Diagnóstico, tratamiento y evolución
Ante los hallazgos en las pruebas complementarias y la progresión clínica se realizó una laminectomía T3-5 y la resección del tejido tumoral epidural. El diagnóstico se basó en los hallazgos histológicos: osteoblastoma.
Las alteraciones neurológicas desaparecieron rápidamente en el postoperatorio, según los autores. Una resonancia magnética con contraste realizada dos meses después de la operación no mostró enfermedad residual ni recidiva.
En la última revisión, la paciente, que ahora tiene 17 años, negó la presencia de síntomas. Radiológicamente solo se detectó una cifosis torácica ligeramente progresiva.
Discusión
El dolor de espalda es bastante raro en los niños y suele tener un correlato orgánico, explican los autores. En el diagnóstico diferencial se deberían tener en cuenta los procesos inflamatorios y los tumores.
En los niños con dolor de espalda y abdominal dependiente del movimiento, rigidez muscular paravertebral, negativa a caminar o cojera debe considerarse la posibilidad de una espondilodiscitis. Esta enfermedad es relativamente rara y afecta principalmente a niños de entre uno y cinco años de edad. También hay que pensar en una osteomielitis o una enfermedad reumática.
Una causa frecuente de dolor de espalda torácico en adolescentes es la enfermedad de Scheuermann. La espondilolistesis también es una posible causa.
Entre los tumores relevantes para el diagnóstico diferencial se encuentran los tumores espinales, como los astrocitomas y los ependimomas. Según Eder y sus colaboradores, también son posibles las metástasis espinales de tumores cerebrales primarios (como meduloblastoma y ependimoma), así como los schwannomas, meningiomas, neurofibromas, tumores dermoides, epidermoides o lipomas. Además, deben tenerse en cuenta los tumores óseos primarios, como los osteomas osteoides, los osteoblastomas, los osteocondromas o los sarcomas de Ewing.
Aparte del osteoma osteoide y el osteoblastoma, los quistes óseos aneurismáticos figuran entre las neoplasias benignas más frecuentes del hueso de la columna vertebral. El osteoblastoma afecta a adultos jóvenes (de 20 a 30 años) y es más frecuente en hombres que en mujeres. El osteoma osteoide aparece en niños y adolescentes.
Los osteoblastomas se manifiestan principalmente en la columna vertebral (cervical > lumbar > torácica). Los síntomas típicos son dolor local, limitación del movimiento y alteración de la postura. Se trata de un tumor biológicamente agresivo que destruye el hueso y se infiltra en los tejidos blandos. En el 43-70 % de los casos los déficits neurológicos están presentes en el momento del diagnóstico.
El osteoblastoma crece predominantemente en la zona esponjosa del hueso y puede alcanzar varios centímetros de tamaño, señalan los autores. En cambio, el osteoma osteoide, que suele medir menos de 1,5 cm, suele localizarse en el hueso cortical de la extremidad inferior. Es característico el dolor nocturno, que suele responder bien al ácido acetilsalicílico. En el osteoblastoma, sin embargo, esta respuesta es mucho menos pronunciada.
Según Eder y sus colaboradores, al igual que en los adultos con dolor de espalda, en los niños hay que preguntar por las siguientes "señales de alarma": dolor agudo, curso crónico-progresivo, limitación del movimiento, ausencia de traumatismos y alteraciones neurológicas. Además, deben tenerse en cuenta las enfermedades en las que se produce una irradiación del dolor hacia la espalda, como la neumonía o la pielonefritis.
Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Alemania.
Desafortunadamente este artículo no esta disponible para usuarios no logados
Has alcanzdo el límite de artículos por usuario
Acceso gratuito Un servicio exclusivo para profesionales sanitarios