Caso clínico oncología: una mujer con un nódulo que aumenta de tamaño en la parte inferior de la pierna

  • Dr. med. Thomas Kron
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A lo largo de la vida pueden aparecer cambios de aspecto tumoral en la piel. Aunque estos suelen ser benignos, siempre hay que descartar que se trate de un proceso maligno. También pueden ser indicativos de síndromes genéticos y enfermedades subyacentes de la piel y los órganos internos. Un equipo de dermatólogos de Heidelberg dirigido por la Dra. Katharina A. Kaelber describe el caso de una paciente con un hallazgo cutáneo de este tipo.

La paciente y sus antecedentes

Según la dermatóloga, la mujer de 72 años había acudido a la clínica dermatológica de la Universidad de Heidelberg por un nódulo asintomático en la parte inferior de la pierna izquierda que llevaba varios meses creciendo de tamaño.

Pruebas complementarias

  • Un único nódulo eritematoso de unos dos centímetros.
  • Al aplicar presión con el dermatoscopio aparecía una "lesión blanquecina simétrica con pigmentación parcialmente discreta sin una estructura reticular clara", señalan los autores. En el centro de la lesión se apreciaban pequeños puntos de color blanco amarillento. 
  • En ausencia de presión del dermatoscopio, se apreciaban estructuras vasculares en los bordes. Según los autores, se observaba un tumor dérmico sin crecimiento en la hipodermis. Las estructuras glandulares eran claramente visibles. Además, se apreciaban zonas individuales de calcificación de color violeta.

Diagnóstico y tratamiento

El tumor se extirpó por completo. El examen histológico e inmunohistoquímico reveló la presencia de un adenoma tubular apocrino.

Discusión

Según el equipo de dermatólogos el adenoma tubular apocrino pertenece al grupo de los tumores anexiales. Clínicamente se presenta como una lesión cutánea asintomática pero progresiva. El espectro de edad de los pacientes afectados oscila entre los 15 y los casi 90 años, presentándose con mayor frecuencia en la quinta década de la vida sin diferencias por género. En la mayoría de los casos las lesiones aparecen en el cuero cabelludo o en las extremidades inferiores.

Los tumores anexiales pertenecen a los tumores epiteliales. Estos tumores muestran un espectro morfológico muy amplio. A grandes rasgos, se clasifican en tumores de los folículos pilosos, de las glándulas sebáceas y de las glándulas sudoríparas.

Los tumores de los folículos pilosos tienen características histológicas que se asemejan a varias partes de un folículo piloso normal. Suelen ser benignos y rara vez degeneran.

Las hiperplasias de las glándulas sebáceas aparecen sobre todo en la región facial en adultos de mediana edad a mayores y también son benignas. Debe tenerse en cuenta el carcinoma basocelular como diagnóstico diferencial.

Los tumores de las glándulas sudoríparas se dividen en neoplasias apocrinas o exocrinas. Las glándulas sudoríparas exocrinas se distribuyen por casi toda la piel. Las lesiones apocrinas de la piel son menos frecuentes y aparecen sobre todo en las axilas, la ingle y la zona anogenital (también ombligo, párpados, pezón y conducto auditivo externo).

Según Katharina A. Kaelber y sus colaboradores, los tumores anexiales benignos también pueden las mostrar características clínicas de un tumor maligno. Cuando se presentan múltiples tumores anexiales siempre hay que tener en cuenta un posible síndrome genético asociado. En el caso de lesiones dermatoscópicas poco claras, siempre se debe realizar una escisión completa y examinar histológicamente el tejido tumoral.

Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Alemania.