Caso clínico oncología: paciente con dolor abdominal bajo y lesiones hepáticas
- Dr. med. Thomas Kron
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Además de las causas neoplásicas, en las lesiones hepáticas de aspecto tumoral también deben tenerse en cuenta las causas infecciosas, incluidas las infecciones por parásitos, recomiendan el doctor Markus Zachäus, de la Clínica Helios Park en Leipzig, y sus colaboradores. El motivo es la historia clínica de un hombre de 50 años que describen en la revista especializada Die Innere Medizin.
El paciente y sus antecedentes
Según los autores, el hombre de 50 años acudió a la clínica de Leipzig por un fuerte dolor abdominal bajo. Entre sus antecedentes presentaba hipertensión arterial, diabetes de tipo 2, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y una hernia inguinal operada años atrás.
Pruebas complementarias
- Dolor a la palpación en el bajo abdomen.
- Leucocitosis baja y nivel de proteína C reactiva (PCR) mínimamente elevado.
- Ecografía abdominal: estructura ecomorfa irregular limitada en el colon sigmoide con lamelas fluidas circundantes y linfadenopatía. Varios focos redondos hepáticos.
- Ecografía con contraste: ligera hiperperfusión arterial marginal, receso central así como un lavado venoso con sospecha de malignidad.
- Tomografía computarizada: sospecha de neoplasia maligna con metástasis en el hígado. Según los autores, destacaba una rama lateral trombosada a distancia de la vena mesentérica inferior paracólica izquierda con reacción inflamatoria circundante.
- Colonoscopia: infestación extensa por Enterobius vermicularis en todos los segmentos colónicos. Ausencia de tumor. En el sigmoide "varias masas submucosas pequeñas con mucosa edematosa elevada y depresiones punteadas" (reacción inflamatoria eosinofílica histológicamente pronunciada sin indicios de malignidad).
- Examen microscópico de dos "elevaciones metastásicas" superficiales extirpadas: necrosis pronunciadas rodeadas de un fuerte infiltrado inflamatorio eosinofílico. En las necrosis presencia del parásito hembra del tipo Enterobius vermicularis con un útero abultado lleno de huevos de oxiuros.
Diagnóstico, tratamiento y evolución
El diagnóstico de los médicos de Leipzig fue: enterobiasis del colon con afectación hepática de tipo tumoral. El paciente recibió tratamiento con albendazol (100 mg por vía oral 3 veces a intervalos de 14 días como dosis única). Al cabo de dos meses, no se detectaron más oxiuros, informan los autores. El control ecográfico no mostró indicios de manifestaciones persistentes de gusanos hepáticos ni de trombosis.
Discusión
Enterobius vermicularis es uno de los parásitos más comunes en todo el mundo y tiene un ciclo vital único, explica la Dra. Eva Schadelbauer, del Departamento de Dermatología y Venereología de la Universidad Médica de Graz. "Tras la ingestión oral o nasal de huevos infecciosos, las larvas eclosionan en la parte proximal del intestino delgado. En su camino hacia el intestino grueso, las larvas mudan 2 veces, se convierten en gusanos adultos y se multiplican". El gusano macho puede vivir hasta 50 días y muere tras la cópula. Los ejemplares hembra pueden vivir hasta 100 días. Solo las hembras grávidas, que pueden producir hasta 11.000 huevos, migran a la región perianal y perineal para poner sus huevos ovalados asimétricos.
El síntoma clínico típico es el prurito nocturno (peri)anal, que puede llevar al rascado incesante y a la sobreinfección bacteriana, explica además el dermatólogo. La enterobiasis se transmite por contacto con alimentos, ropa, ropa de cama y otros objetos contaminados, o por contacto cutáneo y sexual directo.
La enterobiasis sistémica extraintestinal con afectación multiorgánica es rara, según Markus Zachäus y sus colegas. Los principios activos aprobados para el tratamiento de la enterobiasis son el mebendazol, el pirantel y el pirvinio. Su indicación se limita a la infestación entérica. Para las infestaciones extraintestinales, el albendazol y la ivermectina se consideran muy eficaces como "tratamiento fuera de ficha técnica". Sin embargo, solo el derivado albendazol es adulticida y ovicida.
Es necesario que todas las personas que viven en un hogar y también las parejas sexuales de los pacientes sean examinadas, sometidas a pruebas y, en caso necesario, también tratadas, subraya Eva Schadelbauer. Sin embargo, incluso después de un tratamiento exitoso, pueden producirse recidivas.
Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Alemania.
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