Calidad de vida de los cuidadores de los pacientes oncológicos: aspectos a tener en cuenta

  • Equipo editorial Univadis
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El cáncer es una de las principales causas a nivel mundial de morbimortalidad. Con los avances de las últimas décadas se ha convertido en una patología crónica para muchas de las personas que lo padecen. 

El cáncer lleva asociada una pérdida considerable de la calidad de vida de los pacientes y en ocasiones limitaciones que requieren la ayuda de terceras personas. A estos cuidadores no profesionales se les conoce como cuidadores informales. 

Según diversos estudios el perfil de estos cuidadores informales suelen ser mujeres de entre 45 a 65 años, amas de casa, hijas o cónyuges de la persona enferma. 

Calidad de vida de los cuidadores de pacientes con cáncer

Los cuidadores informales suelen enfrentarse a numerosas tareas que conllevan un aumento de los niveles de estrés, con un desgaste tanto físico como emocional, que tiene un impacto en su calidad de vida. Estudios previos han observado una relación inversa entre la carga y la calidad de vida de los cuidadores de pacientes con cáncer. Una investigación española estimó que el hecho de tener una persona dependiente a su cuidado implica un 86 % de riesgo de padecer ansiedad, y un 65 % de padecer depresión.

La calidad de vida de las personas cuidadoras de pacientes con cáncer ha atraído el interés de los profesionales en los últimos años. Ahora, una nueva investigación española ha intentado analizar los problemas (físicos, emocionales, sociales y económicos) a los que se enfrentan las personas que son cuidadores de pacientes con cáncer y así poder describir las estrategias para mejorar su calidad de vida.

Para ello, se llevó a cabo una revisión bibliográfica en PubMed, Cinahl, PsycINFO y Scopus, con una selección final de 36 estudios con una muestra total de 7.663 participantes (edad media 54,42 años y 66,72 % mujeres). 

En el análisis se observó que el trabajo asistencial implica un mayor riesgo para los cuidadores de sufrir morbilidad física, aumentando a medida que la carga asistencial se prolonga en el tiempo. Estos eran más frecuentes en las mujeres cuidadoras con un impacto en su percepción de calidad de vida. 

A nivel emocional se observaron problemas emocionales y psicológicos destacando la ansiedad, la depresión, los sentimientos de pena y angustia y los altos niveles de estrés. Cuanto mayor era la necesidad de cuidados a lo largo del tiempo, mayor era la tensión y la carga emocional, resultando en una peor calidad de vida.

También se describieron problemas sociales (conciliación, interacción social, desarrollo de actividades cotidianas e impacto en la vida laboral) y económicos (costes asociados a la enfermedad, la falta de apoyo económico de otros miembros de la familia, o la dificultad de conciliar su rol de cuidador con su actividad laboral). 

Estrategias para mejorar la calidad de vida

Los autores destacan la necesidad de:

  • Potenciar el apoyo social mediante el refuerzo de las redes de apoyo y la facilitación del acceso a grupos y asociaciones de apoyo.
  • Estrategias de afrontamiento. 
  • Ejercicios de respiración y sesiones de asesoramiento para reducir la tensión emocional.
  • Actividad física.
  • Formación de los profesionales sanitarios para hacer frente a las necesidades de los cuidadores.