¿Aumentan los inhibidores de la recaptación de serotonina el riesgo de delitos violentos?

  • Bhavna Choudhari
  • Noticias de Medscape
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Batya Swift Yasgur

23 de junio de 2020

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina conllevan más riesgo de cometer un delito violento, un efecto que puede prolongarse hasta 12 semanas después de suspender el tratamiento, señala nueva investigación.[1] Sin embargo, los autores añaden que el hallazgo debe interpretarse con cautela.

Un estudio grande basado en la población (más de 800.000 individuos) demostró que quienes tomaban dichos antidepresivos en general tenían un riesgo 2,7% mayor de cometer un delito violento mientras se trataban con estos fármacos, que cuando no los tomaban.

El aumento del riesgo persistió hasta 12 semanas después de suspender los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y luego volvió a los niveles previos al tratamiento. El riesgo fue más alto en individuos más jóvenes y en aquellos con antecedente de un delito violento.

"Nuestros hallazgos deben interpretarse con cautela porque no sabemos en qué grado la asociación entre el tratamiento con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y el delito violento reflejan causalidad", comentó a Medscape Noticias Médicas la autora principal, Tyra Lagerberg, M. Sc., candidata a doctorado por el Karolinska Institute en Solna, Suecia.

"Asimismo, los hallazgos no deben ser motivo para suspender los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina a los pacientes, o para que los médicos dejen de darlos a quienes podrían beneficiarse de ellos", agregó Lagerberg.

El estudio fue publicado el 29 de mayo en la versión electrónica de European Neuropsychopharmacology.

Inquietudes previas

Ha habido la inquietud sobre una posible asociación entre los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y una elevación del riesgo de agresión y violencia, en especial en personas jóvenes, pero sigue sin esclarecerse si hay riesgo similar en personas de mediana edad y en adultos mayores, señalaron los autores. Además no está claro si el riesgo de violencia varía con el tiempo después de iniciar y suspender el tratamiento con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.

Para evaluar de qué manera el riesgo de delitos violentos podría variar según la edad y el tiempo después del inicio y la suspensión del tratamiento con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, los investigadores calcularon las tasas absolutas de delitos violentos por 1.000 años-persona durante periodos con y sin tratamiento, y también llevaron a cabo análisis intragrupo.

La cohorte, que se derivó de varios registros nacionales suecos, incluyó a todos los individuos en Suecia a los que se prescribieron inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina entre el 1 de enero de 2006 y el 31 de diciembre de 2013 (n = 785.337; 64,2% mujeres) durante un seguimiento promedio de 7,3 años.

Algunas covariables utilizadas en los análisis fueron edad, delitos violentos recientes o previos, uso de fármacos diferentes a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, género, ingresos familiares, escolaridad, condado de residencia, nacionalidad, y diagnósticos en el curso de la vida.

Efecto raro

Casi toda la cohorte del estudio (99%) cambió su tratamiento mediante inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina durante el periodo de seguimiento. En este tiempo, de toda la cohorte del estudio 2,7% cometió delitos violentos (21.203 delitos en 5'707.293 años-persona).

Más hombres que mujeres fueron condenados por un delito violento (5,7% frente a 1,0%, respectivamente).

Las tasas absolutas de delitos violentos fueron más bajas durante los periodos de tratamiento frente a aquellos sin tratamiento para todas las categorías de edad (excepto para edades entre 15 y 24 años) cuando no se tomaron en cuenta covariables.

Sin embargo, cuando se compararon los riesgos instantáneos durante los periodos con y sin tratamiento, y se ajustaron con respecto a covariables, el tratamiento con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina se asoció a incremento moderado del riesgo de delitos violentos (HR: 1,10), en particular en las personas de 15 a 25 años, y de 25 a 34 años (HR: 1,19 y 1,16, respectivamente).

Por otra parte, el análisis adicional estratificando la cohorte de acuerdo a su antecedente de delitos violentos previos reveló que el incremento del riesgo para las condenas por delitos violentos "al parecer se limitó a los individuos con delitos previos", en comparación con los que no tenían antecedentes penales (HR: 1,13 frente a 1,07).

El análisis intraindividual incluyó a 2,6% de la cohorte general que cambió de tratamiento mediante inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, así como con uno o más delitos violentos.

Estos individuos fueron diferentes de la cohorte general por cuanto tendían a ser más jóvenes (cerca de la mitad tenía de 15 a 24 años, en comparación con una cuarta parte de la cohorte general), y eran predominantemente de género masculino (77% frente a 36%, respectivamente).

Cuando el hazard ratio de delitos violentos se comparó entre los periodos con y sin medicación de los individuos, hubo incremento significativo del riesgo durante el tratamiento en toda la cohorte (HR: 1,26), en particular en quienes tenían 25 a 34 años y 35 a 44 años (HR: 1,35 y 1,15, respectivamente).

Los hazard ratio intraindividuales se mantuvieron elevados hasta por 12 semanas después de suspender los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (HR: 1,37 durante los primeros 28 días, y HR: 1,20 durante los días 29 a 84). Aunque las mujeres tuvieron incremento significativo del riesgo instantáneo durante el tratamiento en la categoría de edad más joven, mostraron menos frecuencia de delitos en diferentes edades.

El tratamiento con benzodiacepinas se asoció a un hazard ratio significativamente más alto de delitos violentos, y el tratamiento con antidepresivos diferentes a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina se asoció a un hazard ratio "moderado, pero no significativamente elevado".

En cambio, el tratamiento con otros fármacos psicoactivos no se relacionó con aumento del riesgo.

Advertir a los pacientes

En su comentario sobre el estudio para Medscape Noticias Médicas, el Dr. Eduard Vieta, Ph. D., profesor de psiquiatría, Instituto de Neurociencias de la Universidad de Barcelona en España, y autor de un editorial adjunto, añadió que aún se desconoce si el factor mediador en el aumento del riesgo de delitos violentos radica en los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, o el trastorno mental subyacente que fue motivo de la prescripción.[2]

El Dr. Vieta, que no intervino en el estudio, añadió que los resultados "suscitan una nota de precaución en cuanto a establecer un diagnóstico muy preciso y tratamiento de los pacientes con antecedente de condenas, violencia o delincuencia, y optar idealmente por tratamientos psicosociales cuando sea posible en esta población".

En su comentario sobre el estudio para Medscape Noticias Médicas, el Dr. Michael Thase, profesor de psiquiatría en la Perelman School of Medicine de la University of Pennsylvania en Filadelfia, Estados Unidos, dijo que los hallazgos no son fáciles de descartar o eliminar.

El Dr. Thase, quien no intervino en el estudio, agregó que aunque es un hallazgo pequeño, también es un problema serio.

Recomendó que el riesgo se tratara de manera similar al riesgo de pensamientos o conductas suicidas.

"De la misma manera que se podría advertir a los pacientes que inician el tratamiento con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina en relación con este riesgo, se podría ampliar la asesoría e incluir otros tipos de conducta violenta, pues el mismo proceso que provoca el riesgo de autolesión para determinada persona puede exteriorizarse y provocar daño o violencia hacia otros", agregó.

Lagerberg añadió que se necesita más investigación para confirmar sus hallazgos y aportar información para determinar si se modificaría la práctica clínica, y de qué manera.

El estudio fue financiado por el Consejo Sueco de Investigación, proyecto de ACCION Horizon 2020, el Consejo del Condado de Estocolmo y la Fundación Thurings. Lagerberg ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. Las declaraciones de los conflictos de intereses de demás autores se enumeran en el artículo. El Dr. Vieta y sus colaboradores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. El Dr. Thase ha declarado dar consultorías y recibir financiación para investigación de parte de muchas compañías que producen y comercializan antidepresivos.

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