Asesinatos en serie en clínicas y residencias: ¿falta prevención?
- Thomas Kron
- Noticias
Hace tres años, el enfermero Niels Högel fue condenado a cadena perpetua por múltiples asesinatos. Se demostró que había asesinado a 85 pacientes. Entre 2000 y 2005, inyectó a pacientes diversos fármacos, poniendo así su vida en peligro para luego aparecer como el salvador. Pero no ha sido el único.[1]
En los últimos años han salido a la luz varios asesinatos en series en clínicas y residencias de ancianos, informa el profesor Karl H. Beine, que lleva años investigando estos crímenes. Los juicios han llegado a conclusiones importantes para la prevención de estos delitos. Entre otras cosas, se ha demostrado que la detección rápida se ve a menudo obstaculizada ya que los propios compañeros de trabajo y superiores del responsable consideran que es “imposible” que tal cosa suceda en su lugar de trabajo. Por lo tanto, es necesario examinar de cerca los asesinatos en serie que conocemos, dijo Beine, que ocupa la cátedra de psiquiatría y psicoterapia en la Universidad de Witten/Herdecke y fue médico jefe del Hospital St. Marien de Hamm hasta 2020.
Un fenómeno presumiblemente mundial
Según el catedrático, se han procesado legalmente 12 series de asesinatos con un total de 17 procesados en regiones de habla alemana. En todo el mundo se han documentado 57 asesinatos en serie: 19 en Europa, 18 en Estados Unidos y Sudamérica, 4 en Japón, 3 en Australia y 1 en Canadá.
Para profundizar en este fenómeno, Beine examinó la serie de asesinatos cometidos en clínicas y residencias de Alemania, Austria y Suiza con un veredicto jurídicamente vinculante hasta febrero de 2022. Evaluó los documentos judiciales y sus propias observaciones de los juicios.
¿Es el número real de víctimas mayor que el número probado?
Según el autor, en los 12 asesinatos en serie en los países de habla alemana hubo 205 víctimas probadas (la víctima más joven tenía 31 años, la mayor 96). Entre las víctimas había 40 residentes de residencias de ancianos y 165 pacientes de clínicas, 90 mujeres y 115 hombres.
En 59 homicidios imputados no se ha podido demostrar claramente la autoría. Beine sospecha que el número real de víctimas es probablemente mucho mayor. En un caso, más de 130 personas murieron mientras el autor del crimen estaba de servicio pero fueron incineradas tras el fallecimiento, por lo que no fue posible realizar un análisis toxicológico. Solo algunas de las víctimas se encontraban en fase terminal, otras se estaban recuperando y esperando al alta. Los médicos y el personal de enfermería sospecharon de la causa de la muerta, ya que la consideraban “inverosímil” y las horas de los fallecimientos “sospechosas”. Las víctimas no presentaban rasgos comunes, aunque la mayoría eran de edad avanzada y con comorbilidades.
Autopsias poco rigurosos
En ocho escenas del crimen se demostró que el uso de fármacos fue manipulado de forma negligente, informa además Beine. Al preguntar por el aumento de consumo de medicamentos o por los medicamentos que habían desaparecido, la respuesta fue en todos los casos incoherente o directamente no se proporcionó.
Los exámenes post mortem no fueron exhaustivos ni competentes en ninguna de las escenas del crimen. En varios casos, los grandes hematomas y las marcas de punción llamativas no se habían cuestionado o se habían pasado por alto. En un caso, se retrasaron las autopsias y en otro caso, ni siquiera se llevaron a cabo.
Apodos como “Bruja, Ángel de la muerte, Ejecutor”
En el transcurso de la investigación judicial quedó claro que en todos los asesinatos los compañeros de trabajo de los autores de los crímenes habían notado un comportamiento extraño ya desde el inicio. Había rumores entre el personal, aunque nunca se llegó a comentar con la persona implicada. Así, en al menos cinco escenas del crimen, los autores habían recibido apodos de moda, como “Bruja, Ángel de la Muerte, Ejecutor". En seis casos se habían notificado estos comportamientos a los supervisores. En uno de ellos, los empleados preocupados llegaron a informar en múltiples ocasiones. Sin embargo, se les reprochó su actitud y se les pidió “que mantuvieran la boca cerrada”. En uno de los casos, una enfermera había observado cómo el agresor "inyectaba algo a un paciente que tuvo que ser reanimado poco después". Informó del incidente a su superior quien le contestó “No hagas tanto escándalo. Hay que vivir con ello".
Mal ambiente de trabajo, resignación, indiferencia
La mayoría de los asesinatos fueron cometidos de forma individual. En dos casos se pudo establecer una acción conjunta. Además, en dos de las escenas del crimen había pruebas de incidentes que, según Beine, hacían suponer la connivencia o el consentimiento de los asesinatos. En uno de los casos una compañera le pidió a la perpetradora, F., que la acompañara a ver a un paciente moribundo: "Acompáñame, quizás así vaya más rápido”. En otra ocasión mientras el personal hablaba sobre un paciente gravemente enfermo, se comentó: “ No puede morir porque el F. no ha llegado". En otro caso, antes de entrar en el turno de noche uno de los empleados comentó al perpetrador acerca de tres pacientes: "No quiero volverlos aquí mañana". A la mañana siguiente los pacientes habían fallecido. Al final del turno de noche, el autor señaló: "Órdenes cumplidas".
Según Beine, en casi todas las escenas del crimen había conflictos ocultos que contribuían a crear un ambiente de trabajo tenso. Parece claro que, desde un primer momento, los errores evidentes y las agresiones no se abordaron correctamente. Instalándose un clima de resignación y desinterés.
En el caso de casi todos los agresores, como explica el psiquiatra, se comprobó posteriormente que tenían "rasgos de carácter y de personalidad relevantes que no habían sido especialmente perceptiles desde el principio". Retrospectivamente, se pusieron de manifiesto diferentes cambios de personalidad en los autores de los crímenes, que se habían desarrollado durante un largo período de tiempo, tales como: mayor retraimiento, relaciones distantes y fría, tensión, comentarios cínicos y denigrantes, lenguaje áspero y arrebatos agresivos. En todos los agresores se observó una inseguridad superior a la media y unos rasgos de personalidad narcisista pronunciados. Ninguno de los agresores trató de hablar con otros o buscó ayuda profesional.
En todos los casos, según Beine, no hubo un único motivo para cometer delitos, sino una combinación de ellos. La motivación en cuatro casos no quedó clara, mientras que en cinco destacó el afán de poder y prestigio. Al parecer, ocho de los autores alegaron la compasión como motivo para cometer el crimen.
Sin embargo, como demostraron las evaluaciones y los procesos judiciales, los autores eran en realidad incapaces de soportar el estado de sus pacientes y su propia situación. Según Beine: "No fue el supuesto bienestar de las víctimas, sino las propias percepciones y evaluaciones erróneas de los autores lo que guió sus acciones."
Señales de alarma
Los asesinatos son, como concluye el científico, posibles en todos los entornos. Cualquier anomalía debe ser reconocida y tratada de forma precoz. Los indicadoress de un mayor riesgo podrían ser combinaciones de los siguientes signos de alarma:
- Pronunciada inseguridad,búsqueda de elogios, esfuerzo por obtener reconocimiento.
- Lucha por el reconocimiento y el dominio, déficit de empatía, egoísmo.
- Cambios de personalidad
- Lenguaje cínico y agresivo.
- Acumulación de muertes inesperadas o urgencias.
- Evolución tórpida antes del fallecimiento.
- Presencia frecuente del mismo compañero en casos de urgencia o muerte.
- Aumento del consumo de medicamentos.
- Apodos relevantes.
- Autopsias negligentes sin exámenes toxicológicos.
- Inacción por parte de los supervisores.
Los resultados de esta evaluación, en consonancia con los datos de otros estudios, han puesto de manifiesto la necesidad urgente de investigar este complejo tema, concluye Beine. Los asesinatos en serie en hospitales y residencia deberían recibir más atención científica y de política sanitaria, afirma el psiquiatra.
Este contenido fue publicado originalmente en Univadis Alemania.
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