Apple publica un informe con su visión de su contribución a la salud.

  • Santiago Appdemecum
  • Salud Digital
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En muchas ocasiones se recuerda la frase de Tim Cook, el sucesor de Steve Jobs al frente de Apple, cuando en una entrevista de televisión realizada en 2019 hablaba sobre cómo imaginar el legado de la empresa al cabo de unos años. Si titubear, afirmó que cuando se pueda lanzar esa mirada retrospectiva, y se hiciera la pregunta de cuál fue la mayor contribución de Apple a la humanidad, la respuesta sería la salud. 

Realmente es innegable el interés de Apple por este campo, presente en casi todos sus productos, y especialmente en aquellos de uso más personal, como el iPhone y el Watch, y también en la gama de servicios y aplicaciones que les acompañan. 

En cada ocasión en que se presentan las mejoras de los sistemas operativos, o los nuevos dispositivos, aparece algo innovador en esta materia. Como es habitual en esta compañía, muchas de las cosas que hacen ya están presentes en otros productos de la competencia, pero es innegable que bajo su batuta aseguran una excelente operatividad y la integración de todas sus funcionalidades en un mismo ecosistema y lenguaje visual. Todo ello hace que se traslade una sensación de utilidad y fiabilidad únicas en panorama tecnológico.

Precisamente para contar todo lo que Apple está haciendo en este campo es por lo que la compañía ha publicado un informe (“Empowering people to live a healthier day”, de 59 páginas) en el que se resume todo el conjunto de soluciones, acercamientos y utilidades que han puesto en marcha en el ámbito de la salud durante los últimos años. A través de él se ofrece una visión interesante sobre cómo la tecnología puede cambiar aspectos sustanciales en este campo, como el autocuidado, el control del estado físico, o la investigación biomédica.

 

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El informe se presenta como “una instantánea que muestra cómo los productos de Apple están capacitando a las personas para que tomen en cuenta su salud y actúen como guardianes inteligentes de ella”. 

Es claro que esta compañía nunca ha sido vista como una empresa sanitaria tradicional, sino más bien como un gigante tecnológico que ofrece productos de consumo, de precio alto, y que se caracteriza por ser pionera en la mayor parte de las tecnologías innovadoras que pone en el mercado. A lo largo de los años, ha buscado la manera de extender el uso de su tecnología a diversos campos, y uno de ellos es el de la salud.

Más datos, más distribuidos.

Los esfuerzos de Apple para mejorar la salud se dividen principalmente en dos categorías, que se detallan en sendas secciones correspondientes del informe. La primera describe fundamentalmente las funcionalidades relacionadas con la salud y el estado físico de las que disponen el Watch y el iPhone, basadas en recopilar y ofrecer información procesable en distintas aplicaciones. La segunda recopila el trabajo de Apple con la comunidad médica para apoyar la investigación y la atención sanitaria. Ambas secciones incluyen una variedad de ejemplos de cómo diversos desarrolladores externos, organizaciones sanitarias y centros de innovación emplean la tecnología de Apple con estas finalidades.

El informe destaca específicamente cómo su software y hardware han permitido a los usuarios repensar la forma en que interactuar con su propia fisiología y su salud. Analiza cómo su tecnología “proporciona a los usuarios datos de alta calidad recopilados a lo largo del día y la noche, e información significativa sobre su estado de salud”. De hecho, la compañía cree que “ofrecer a las personas información sobre su salud y estado físico permite establecer unos  objetivos personales y, cuando sea necesario, buscar orientación y consejo médico”.

Según el informe, actualmente hay 17 áreas relacionadas con la salud en la que los dispositivos de Apple ofrecen soluciones, con más de 150 tipos de datos que pueden ser recopilados, y son 800 las organizaciones sanitarias que utilizan estas tecnologías en diversos procesos preventivos, asistenciales o de investigación, principalmente en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.

 

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“Creemos fervientemente que la tecnología puede desempeñar un papel en la mejora de los resultados de salud, e incentivar a las personas para que tengan un día a día más saludable. Nos entusiasma ver la las muchas maneras en que los usuarios pueden beneficiarse de estas  funciones, y cómo se está utilizando nuestra tecnología en este campo”, dice Jeff Williams, director de operaciones de Apple, en la presentación de la monografía.

Además de sus propios desarrollos, Apple ha habilitado todo un ecosistema para que otros creadores construyan sus propias aplicaciones de salud y planteen nuevas formas de captar y emplear la información. Como ilustra el informe, las “API de Apple están permitiendo a los desarrolladores externos crear nuevas soluciones que promuevan estilos de vida saludables e innovación en salud. Actualmente, hay decenas de miles de aplicaciones en la App Store que pueden tener acceso a HealthKit - Salud (el lugar del sistema operativo dedicado a este tipo de registros), por lo que pueden generar modelos de interacción y ofrecer experiencias innovadoras relacionadas con el estado físico y el ejercicio, garantizando la privacidad y la seguridad de los datos. 

Algunos de los avances más noticiosos en el campo de la salud son, por ejemplo, el reciente lanzamiento de la aplicación de oxígeno en sangre del Watch, que mide los niveles de saturación y que constituye una métrica importante en relación con el COVID-19, o la herramienta de electrocardiograma y evaluación de la frecuencia cardiaca. En paralelo, Apple ha promovido estudios clínicos en diversas áreas, como el que desarrolló con la Universidad de Stanford para evaluar la eficacia de su reloj inteligente en la detección de arritmias cardiacas, u otros en relación con la salud auditiva o los ciclos menstruales, por poner sólo un par de ejemplos.

Además, Apple tiene una visión bastante innovadora sobre cómo usar su tecnología para mejorar la comunicación de los datos médicos. Han diseñado sus tecnologías, dispositivos y aplicaciones médicas para permitir que los centros sanitarios y los propios profesionales puedan conectar con los pacientes mediante flujos específicos de comunicación, que además se integran en modelos de trabajo colaborativo que mejoran su experiencia. Esto abarca, incluso, la integración de la información que se recopila con la historia clínica.

El informe es especialmente interesante por los ejemplos y casos de uso que recoge, y porque sistematiza cómo está avanzando la utilización de las tecnologías de Apple en el campo de la salud. Especialmente relevante es la descripción de la manera en la que se está generando un ecosistema muy amplio, en el que organizaciones sanitarias, desarrolladores, centros de investigación e investigadores emplean estas herramientas para generar sus propios progresos.