Alteraciones de la actividad sexual en mujeres con cáncer de mama: mapa de evidencia

  • Equipo editorial Univadis
  • Noticias
El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados. El acceso al contenido completo es sólo para profesionales sanitarios registrados.

En 2020 el cáncer de mama fue el tumor más frecuentemente diagnosticado en España, representando el 12,5 % del total y siendo la quinta causa de muerte por cáncer, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). En los últimos años la supervivencia ha aumentado gracias a las estrategias de detección precoz y a los nuevos tratamientos disponibles, superando actualmente la supervivencia a cinco años el 85 %.

Ante el aumento de la supervivencia los expertos advierten de la necesidad de tener en cuenta la calidad de vida de estas pacientes, no solo a nivel físico sino también a nivel de salud sexual. Estudios previos han observado que las supervivientes de cáncer de mama tienen un mayor riesgo de sufrir ansiedad, depresión, altertaciones neurocognitivas, disfunción sexual y de cometer suicidio.

Afectación de la actividad sexual: ¿qué dice la literatura?

La disfunción sexual abarca un grupo heterogéneo de trastornos que se caracterizan por una alteración clínicamente significativa de la capacidad para experimentar placer sexual. 

En un reciente estudio italiano casi el 20 % de las mujeres que habían sido diagnosticadas con un cáncer de mama experimentaron un deterioro de su vida sexual. Otros estudios elevan la cifra a más del 70%. Las principales alteraciones que las pacientes refieren son el dolor de penetración, el deseo, la lubricación, la excitación disfuncional y las preocupaciones reproductivas.

Ahora un grupo español ha realizado un mapa de evidencia con el objetivo de identificar, describir y organizar la evidencia disponible para “una mejor comprensión de los estudios existentes, identificar los vacíos de evidencia en la literatura y hacer recomendaciones para futuras investigaciones.”

Mapas de evidencia

El estudio se llevó a cabo siguiendo las directrices de la iniciativa Global Evidence Mapping (GEM), teniendo en cuenta tres principios fundamentales: establecer los límites del mapa y el contexto; buscar y seleccionar los estudios pertinentes; informar sobre el rendimiento y las características de los estudios.

Se incluyeron estudios observacionales con muestras de más de 50 mujeres con cáncer de mama entre enero de 200 y marzo de 2021 en los que se hubiera evaluado la función sexual de manera estructurada. Se incluyeron finalmente 64 estudios con 13.257 mujeres. La mayoría de los estudios analizaron la función sexual con una sola herramienta, la más utilizada fue el Índice de Función Sexual Femenina , seguido del Cuestionario de Actividad Sexual, identíficándose un total de 40 dominios. Los más estudiados fueron: el deseo, la satisfacción, el orgasmo, la lubricación, la excitación y el dolor. La mayoría incluía solo a mujeres casadas, en pareja o con relaciones sentimentales, dejando a las mujeres solteras, lesbianas y bisexuales infrarrepresentadas.

Conclusiones: falta información

Los autores señalan en sus conclusiones el escaso número de publicaciones disponibles resaltando la importancia de valorar la función sexual en las mujeres con cáncer de mama dado que es un efecto secundario frecuente de los tratamientos antineoplásicos. Hacen un llamamiento a la comunidad de profesionales sanitarios para que se replantee el concepto de función sexual de una manera más inclusiva y se mejoren los instrumentos de evaluación. 

“Recomendamos encarecidamente que los clínicos utilicen/introduzcan el instrumento más adecuado en su práctica clínica para apoyar la toma de decisiones y mejorar la calidad de vida de la mujer con cáncer de mama”, concluyen.