Alimentación de estilo occidental y cáncer colorrectal: una nueva perspectiva
- Arima K & al.
- Gastroenterology
- Univadis
- Clinical Summary
Existe una sólida asociación entre una alimentación de estilo occidental y un subgrupo de cáncer colorrectal que contiene una cantidad abundante de Escherichia coli con policétido sintasa, lo que respalda una posible relación entre la alimentación, la microbiota intestinal y la carcinogénesis colorrectal.
El Dr. Shuji Ogino, del Departamento de Anatomopatología, Hospital Brigham y de Mujeres (Boston, Massachusetts, Estados Unidos), investigador del estudio, afirmó que recientemente se había hallado que la E. coli con policétido sintasa productora de colibactina provoca mutaciones en el ADN de las células del colon.
“Nuestros resultados relacionaron con éxito la alimentación de estilo occidental con esta bacteria en el cáncer colorrectal. Nuestro estudio respalda la hipótesis de que una alimentación de estilo occidental puede provocar cáncer colorrectal por medio de esta bacteria”, explicó el Dr. Ogino.
Los investigadores calcularon las puntuaciones de alimentación occidental utilizando datos de la frecuencia de alimentos obtenidos cada 4 años en 134.775 adultos que participaron en el Nurses’ Health Study (edad de 30 a 55 años en el momento de la inscripción) y el Health Professionals Follow-up Study (edad de 40 a 75 años en el momento de la inscripción).
Se notificaron 3.200 casos nuevos de cáncer colorrectal durante 3.766.179 años-persona de seguimiento. Se realizó con éxito un análisis para cuantificar el ADN de Escherichia coli con policétido sintasa en el tejido tumoral por duplicado en 1.175 casos; 111 tumores presentaban E. coli con policétido sintasa.
Los resultados mostraron que la asociación de las puntuaciones de alimentación occidental con la incidencia de cáncer colorrectal difirió según las concentraciones de Escherichia coli con policétido sintasa (pheterogeneidad= 0,014) y fue más fuerte para los tumores que contenían concentraciones más altas de Escherichia coli con policétido sintasa.
En comparación con las personas en los terciles más altos de las puntuaciones de alimentación occidental, frente a los más bajos, el riesgo de cáncer colorrectal fue más alto para las concentraciones más altas, frente a las indetectables, de Escherichia coli con policétido sintasa en los tumores (hazard ratio [HR]: 3,45; ptendencia= 0,001).
El Dr. Ogino afirmó que los resultados tienen posibles implicaciones clínicas: “Las personas con alimentación de estilo occidental presentan un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Estas personas de alto riesgo, debido a su alimentación, probablemente necesiten más escrutinio que las personas de bajo riesgo. Lo más probable es que necesiten un cribado personalizado del cáncer”.
En el estudio también se subraya la importancia de las modificaciones en la alimentación para la prevención del cáncer.
La Dra. Aasma Shaukat, MPH, de la División de Gastroenterología y Hepatología del Centro de Salud Langone de la Universidad de Nueva York de la ciudad homónima, afirmó que este estudio “contribuye a nuestra comprensión de cómo la alimentación puede influir en el riesgo de cáncer colorrectal”.
“Aunque no afecta a las recomendaciones de cribado, indica que deberíamos seguir recomendando una alimentación baja en carne roja y azúcar refinado, junto con otros cambios en el estilo de vida, para la prevención del cáncer colorrectal”, declaró la Dra. Shaukat.
Amanda Bode, RDN, LD, del Centro Clínico de Cleveland para la Nutrición Humana (Cleveland, Ohio, Estados Unidos) señaló que los factores alimentarios de la alimentación occidental que se ha sugerido, en este estudio, que aumentan la inflamación, lo que provoca daños en el ADN y cáncer colorrectal, “no son sorprendentes”.
“Hay pruebas sólidas de muchos otros estudios de que los patrones alimentarios, incluyendo la carne roja y los cereales y el azúcar refinados, aumentan el riesgo de cáncer colorrectal”, afirmó la Dra. Bode.
“Además de las recomendaciones de limitar la carne procesada y comer menos cereales y azúcar refinados, un nutricionista certificado puede ayudar a identificar problemas con el microbioma intestinal y personalizar las intervenciones nutricionales teniendo en cuenta las preferencias únicas de cada paciente”, observó.
“Trabajar para mejorar el patrón alimentario global parece afectar al riesgo de enfermedad más que centrarse solo en un alimento individual”, comentó la Dra. Bode.
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